Iniciación Humana y Solar
CAPÍTULO VII
EL SENDERO DE PROBACIÓN
Preparación para la Iniciación.
[e62] [i63] El sendero de
probación precede al sendero de iniciación o santidad, y señala esa
etapa de la vida del hombre cuando se pone definidamente del lado de
las fuerzas de la evolución, trabajando al mismo tiempo en la
construcción de su propio carácter. Entonces se controla a sí mismo,
cultiva las cualidades de que carece y procura controlar afanosamente
su personalidad. Construye su cuerpo causal con deliberado propósito,
llenando los vacíos que puedan existir y tratando de convertirlo en
adecuado receptáculo para el principio crístico.
MR-JB: La iniciación requiere
preparación. Las dos etapas evolutivas que anteceden al Sendero de la
Iniciación son el Sendero de Probación y el Sendero del Discipulado.
El espectro de la luz visible que se
manifiesta como un arcoiris --sin demarcaciones definitivas entre un
color y otro-- sirve de una buena analogía a la secuencia entre esas
tres etapas de la evolución de la conciencia humana.
El Sendero de Probación es el camino
de "las pruebas y las tribulaciones". En cierto sentido, incluye al
Sendero del Discipulado, pues existen muchas pruebas y tribulaciones en
la vida discipular.
Todo discípulo se considera en
probación (noviciado o discípulo probatorio) hasta alcanzar la etapa del
discípulo aceptado, y aún entonces, es tan sólo un iniciado en probación
hasta alcanzar la iniciación de la transfiguración (3ra iniciación
planetaria). Como es de esperar, sin embargo, las crisis, pruebas y las
tribulaciones del discipulado son más profundas y complejas.
El Sendero de Iniciación es el
Sendero de la Santidad o de la Sanidad, pues sanar es recobrar la
íntegra unidad espiritual.
El Sendero de Probación comienza
cuando el individuo experimenta el primer contacto consciente con su
alma. Comienza así a experimentar conscientemente la dualidad de lo
superior (el mundo de los valores espirituales) y lo inferior (el mundo
de los valores materiales). Aspira al mundo superior, pero continúa
viviendo en el mundo material. La lucha de esas dos polaridades en
aparente conflicto lo destroza.
En el Sendero de Probación se
transmuta el egoísmo en altruismo. No se puede trillar el Sendero de la
Iniciación sin antes haber pasado esta prueba.
En el Sendero de Probación se
cultivan las virtudes que forman un buen carácter moral. Este proceso de
transmutación de los vicios de la personalidad en las virtudes del alma
tiene necesariamente que comenzar antes de la primera iniciación
planetaria (el nacimiento de Cristo en Belén).
Nadie se tropieza accidentalmente con
el Sendero de Probación. Allí se llega por una decisión deliberada
conscientemente luego de haber desarrollado cierta sensibilidad a los
valores del mundo espiritual. De ahí la necesidad de
cultivar un buen carácter moral.
¿Qué es el carácter moral de un
individuo? Es una cierta estructura cualitativa de pensamientos, de
emociones y de conducta. Es un patrón o tendencia de hábitos y actitudes
que determinan su quehacer en una sociedad. De acuerdo a su carácter
moral, un individuo puede ser reconocido como bueno, malo o indiferente.
Cuando la tendencia de los hábitos y
de las actitudes que definen los pensamientos, las emociones y las
acciones de un individuo alcanzan una cierta vibración sostenida y
orientada hacia lo bello, lo bueno y lo verdadero, entonces se le
reconoce como alguien de un buen carácter moral en la sociedad.
En el Sendero de Probación el
aspirante construye su carácter moral dentro de la sociedad en que
convive, hasta que la Jerarquía de la Luz pueda confiar en su capacidad
para ser de más ayuda a la humanidad. La Jerarquía de la Luz tiene que
minimizar el riesgo de que Sus discípulos aceptados, por fallas en su
carácter moral, sean más un estorbo que facilitadores del contacto
Ashrámico con la humanidad.
Quien decida trillar el Sendero de
Probación asume una inmensa responsabilidad personal, también conocido
como el Sendero del Automejoramiento Consciente.
Quien asume tal responsabilidad se le
denomina un aspirante espiritual. El aspirante comienza así un proceso
de observación propia que se complementa con el control de sí mismo. El
verdadero aspirante es aquel que intenta y que falla --una y otra vez y
muchas veces más-- pero que siempre lo intenta de nuevo.
En el Sendero de Probación
descubrimos las deficiencias de nuestra naturaleza humana e intentamos
superarlas. Tales deficiencias son realmente "brechas vibratorias"
dentro de nuestro cuerpo causal.
El cuerpo causal es el vehículo o el
campo energético donde se conservan las virtudes o cualidades positivas
cultivadas a través de nuestra larga serie de encarnaciones. Es nuestra
"cuenta de haberes" espiritual. No es suficiente con saldar nuestras
deudas (la rectificación y la recapacitación de nuestros defectos) sino
que debemos cultivar las virtudes ausentes pero necesarias para
progresar en el Sendero.
Bajo la influencia del signo de Libra
(el signo de la evaluación), el aspirante comienza a compararse con
otros, y así descubre sus deficiencias. Reconoce que los verdaderos
discípulos e iniciados son individuos balanceados y que todo
desequilibrio debe ser ajustado.
Para trillar el Sendero de Probación
es imprescindible un sentido de honesta autoevaluación. Se requiere
paciencia, pues el Sendero es muy largo ya que se tienen que rectificar
tendencias de muchas vidas.
En el caso de la persona promedio que
no es aspirante, la personalidad es regida por el deseo y la ambición.
El aspirante suplanta la aspiración por el deseo y así aprende el poder
de la voluntad. Con mayor frecuencia se da cuenta cuando ha transgredido
alguna norma, que no es otra cosa que estar desalineado con su Alma. El Alma
comienza a tener una presencia tangible en el aspirante.
En el Sendero de Probación el
aspirante aprende --sin dominar aún-- el significado de la disciplina.
Todavía no la practica tan bien como se hace en el Sendero del
Discipulado, pero el Sendero de Probación no se puede completar sin
algún grado de disciplina personal.
En el Sendero de Probación el
aspirante aprende a construir su cuerpo causal con deliberada intención.
Este "depositario espiritual" asume gran importancia en la vida del
aspirante, sustituyendo la atención que antes brindaba a sus cuerpos
físico, emocional y mental. Su concepto de identidad cambia y aunque no
tenga la capacitación técnica esotérica para definir su constitución
sicológica, se orienta interiormente y reconoce que su identidad
espiritual pertenece a los planos internos y no a los efímeros vehículos
de expresión de su personalidad. El aspirante espiritual sabe que el
Reino de los Cielos es interno.
¿Cómo se completan las deficiencias
del cuerpo causal, cómo se rectifican sus defectos y cómo se construyen
sus cualidades?
1. Observar lo que se carece.
2. Anhelar la virtud correspondiente.
3. Estudiar esa virtud expresada en otros, observando las conductas
relacionadas a esa virtud.
4. Practicar tal conducta en uno mismo.
5. Profundizar en la actitud interior que en otros permite la expresión
de esa virtud, pues no se procura un mero cambio de forma (conducta)
sino una transformación de la actitud sicológica que permita la
expresión de esa virtud que carecemos.
6. Meditar regularmente (concentración prolongada) en la virtud por
desarrollar, y visualizar su exitosa expresión en uno mismo.
7. Repasar constantemente la razón que nos motiva a procurar la
posesión y la expresión de tal virtud como algo útil y deseable.
El cuerpo causal se simboliza como
compuesto por 12 pétalos u orbitales vibratorios. La capa externa
consiste de tres pétalos del Conocimiento (o Inteligencia). La capa
intermedia de tres pétalos del Amor (o Sabiduría). La capa interior de
tres pétalos del Sacrificio (o Voluntad). El núcleo esta compuesto por
tres pétalos de Síntesis que custodian la Presencia del Angel Solar (o
Agnishvatwa) como Intermediario de las ígneas energías Monádicas.
El cuerpo causal corresponde al
chakra Monádico del corazón. Los 12 pétalos del cuerpo causal
corresponden a los
12 signos del Zodiaco y a las 12 Labores de Hércules.
El cuerpo causal ha de ser el
receptáculo adecuado para el Principio Crístico. Así que no es
suficiente con ser construido de "buen" material (de los pétalos del
conocimiento) sino que además debe resistir la intensa vibración del
Principio Crístico (en resonancia con los pétalos del amor).
El Principio Crístico es el amor
divino. Es posible que un cuerpo causal contenga muchas virtudes (pétalos
del conocimiento) pero que le falte la vibración del amor divino (pétalos
del amor). En el Sendero de Probación se comienza a cultivar el amor que
corresponde a la expresion del Alma.
En síntesis, el aspirante va
construyendo al Cristo en sí mismo, esto es, el segundo aspecto de la
divinidad dentro del tercero. Solo los "calificados" (construcción de la
"calidad" Crística) se gradúan al Sendero del Discipulado.
El Sendero del Discipulado Probatorio
comienza cuando se despliega el sexto pétalo del cuerpo causal. El
periodo entre la apertura del quinto y el sexto pétalo se considera
probatorio (discipular) con sus correspondientes pruebas de la
personalidad. Es cuando se despliegan el séptimo y el octavo pétalo (primera
y segunda iniciación planetaria, respectivamente) que se comienza el
Sendero de Iniciación, pero, aún entonces, se considera al aspirante
como un Iniciado en Probación, pues sólo la tercera iniciación
planetaria confiere el grado de Iniciado en propiedad.
Por lo tanto tenemos ante nuestra
consideración tres etapas que comparten experiencias en común:
1. el Aspirante (Probacionista) que
recorre el Sendero de Probación, en quien se esta abriendo el quinto
pétalo y el sexto justo está comenzando a desplegarse.
2. el Discípulo en Probación (Aspirante Avanzado) que recorre el
Sendero del Discipulado desde antes de lograr la primera iniciación
planetaria hasta convertirse en Discípulo Aceptado (una vez alcanzada la
primera iniciación planetaria).
3. el Iniciado en Probación (de primer o segundo grado), que puede ser
un Discípulo Dispuesto, un Discípulo Juramentado o un Discípulo Aceptado
(en ese orden). Durante este periodo se despliegan el séptimo y el
octavo pétalo del cuerpo causal.
