TEOSOFIA: Curso de Estudio Introductorio

Algeo_Teosofia.pdf

por

John Algeo

Departamento de Educación
 

[Anotaciones por la Redacción de NGSM.org]

Aries 2009: Nuevo Ciclo de TENSION/EXPANSION

Curso introductorio a la Sabiduria Divina

 


Recapitulación y Síntesis


Clausura del curso: primera clase egresada del Centro de Estudios VBA


 

Informe Final
 por 
Mirta Reyes

 

I.        Qué es la Sabiduría Divina?

 Definición, trasfondo histórico y vertientes principales (filosofia, ciencia y religión)...

 Si me formulo  la pregunta a mí misma, la sola expresión de “Sabiduría Divina”, tiene connotaciones muy profundas, como un mantra que evoca a mi consciencia  una memoria conocida,  ancestral, hermética.  Una memoria  presta a ser develada.

 Sabiduría Divina, es para mí, la esencia de todo saber humano, la  matriz del Plan que da sentido a la experiencia de Humanidad, desde su aparición en el globo, hasta nuestros días. Es el “saber” que el hombre  comienza a buscar cuando se “inicia”  en la experiencia de su propia revelación, como resultado del proceso continuo de su transformación evolutiva   (Homo quaeritans). 

Es el “saber atemporal”  que ha estado y está disponible en forma de principios y verdades inmutables, expresadas de formas diferentes a lo largo de la historia de la civilización. 

 La necesidad de encontrar sentido y significado a la existencia, ha sido la motivación de las grandes preguntas, que han llevado al hombre por el camino del autoconocimiento y al desarrollo de visiones cosmológicas, desde las fuentes de la filosofía, de la religión y de la ciencia.

 La Teosofía  (del griego theos “divino” y sophía “sabiduría”) encarna  esta sabiduría  divina, reuniendo las distintas visiones e integrándolas  en una síntesis de sus aspectos más valiosos, como una manera de responder a esos grandes interrogantes existenciales.

 Los conocimientos de los sabios del mundo  en sus distintas denominaciones y manifestaciones:  Brahmavidya (en India),  Sanatana Dharma (hinduismo o “Enseñanza Eterna”), la Cábala del judaísmo, el Tao Hsueh (Gran Enseñanza, en China), el Sufismo en el islam, la Prisca Theologia  (Teología de los Antiguos, del cristianismo), la Tradición de Sabiduría o Filosofía Perenne, la Doctrina Secreta,  la Sabiduría Antigua, la Gnosis (cristianismo), están abarcadas  en la expresión de la Teosofía, como germen potencial del desarrollo del espíritu humano.

 Así entonces, la Teosofía como Sabiduría Divina, fue utilizada  para designar el cuerpo de  enseñanzas de distintas vertientes del conocimiento como la  escuela alejandrina de neoplatonismo,  el pitagorismo y gnosticismo, hermetismo,  alquimia, budismo, y la de filósofos, teólogos y científicos, como Paracelso, Nicolás de Cusa, Giordano Bruno, Jakob Böhme, Emanuel Swedenborg, entre otros.

 Desde el punto de vista de la Religión, la Teosofía no es una religión, sino una estudiosa de las grandes religiones del mundo, desde su raíz conceptual del  latín  “re-ligare” (con la realidad última, el Absoluto, Dios,etc.)  y desde ese punto, no plantea dogmas, sino búsqueda de significados en los diversos credos y ceremonias religiosas, fundándose en bases racionales, dejando libre al individuo para que profese la religión que elija:   “no hay religión más elevada que la Verdad”  es  el  lema de la Teosofía.

 La Teosofía actúa asimismo como Ciencia.  Difiere de la Ciencia ortodoxa en los métodos de observación.

Mientras una se limita a sí misma a lo que es observable y cuantificable objetivamente, la otra explora la experiencia directa , subjetiva y cualitativa.  Recordando la declaración de que “cada gran descubrimiento de la ciencia fue primero una gran intuición”   podremos valorar los conceptos de la sabiduría divina, si estamos dispuestos a usar nuestras propias vidas como laboratorio experimental.

Sin embargo, hay una distinción muy importante:  en la ciencia, importa el conocimiento y sus aplicaciones,   en la ciencia teosófica lo que importa es la evolución del conocimiento para el bien de la humanidad, porque está relacionado con nuestra vida toda, pues la afecta en su totalidad.

Considerando al Hombre como un ser Divino expresándose en muchos planos de existencia a través de cuerpos de distintas densidades, llega hasta sus más profundos enigmas y a las causas fundamentales de los mismos en el plano físico.

 Actúa como Filosofía cuando formula una explicación o postulado  racional y lógico de esos enigmas, más allá de la ciencia y de la religión. El universo y sus leyes, el origen, evolución y destino de la humanidad, cobran sentido a través de la filosofía teosófica, porque propone un propósito o Plan Divino.

 Estas tres formas de abordar la Sabiduría Divina,  no están separadas, sino que se funden y constituyen una plataforma coherente en la búsqueda de la verdad del universo y su existencia. De pronto, lo que hoy es religión o filosofía, puede transformarse en ciencia.  El atomismo es un ejemplo de ello: surgió como un sistema filosófico de la escuela atomista, en Grecia en el siglo V a. C., y su realidad científica  pudo ser comprobada recién en el siglo XIX.

 

II.       ¿Cuáles son los postulados fundamentales de la Sabiduría Divina?

 

Constitución humana y los planos del universo, reencarnación y karma; el bien y el mal; historia planetaria y racial; el Plan...

 Los postulados de la Sabiduría Divina, explican “la Verdad Suprema en la que todas las verdades parciales están contenidas y  conociendo a la cual se conoce todo lo demás”…

Ella da cuenta del peregrinaje de la chispa monádica emanada del todo unificado o absoluto, en su camino por los mundos de la manifestación (involución)  y el Sendero de regreso a la unidad (evolución).

Menciono a continuación, algunos postulados esenciales de la cosmovisión teosófica.

 *   La realidad última, es un todo unificado, absoluto, impersonal, incognoscible e indescriptible. Es  la fuente de toda conciencia, materia y energía, aspectos creadores del universo manifestado.

 *   Vivimos en un universo, del que sólo somos capaces de experimentar un aspecto, que llamamos físico, pero que sólo es un fragmento del universo total. El universo está constituido por múltiples planos, campos o dimensiones que no están separados o uno encima del otro, sino que son coexistentes, compenetrantes e interactuantes.  Son campos de energía, que se encuentran en distinto estado de vibración, compuestos de sustancias afines.  El sistema solar en el que vivimos, comprende siete planos: Físico, Emocional, Mental, Búdico, Atmico, Monádico y Divino, cada uno dividido en siete subplanos. 

 *   Somos seres inconclusos, porque vivimos en  permanente cambio y transformación, lo que deja planteado el hecho del proceso evolutivo que responde a una inteligencia suprema, y que se expresa potencialmente en todo lo manifestado. En el reino humano este  proceso permite la expansión de la conciencia,  que significa una gradual comprensión espiritual del universo y de nuestro lugar en el mundo.

*    El Hombre como expresión divina, es una triplicidad

 Una personalidad temporaria, constituída de varios  cuerpos  (o interfaces, como dice Algeo), que le permiten expresarse en los distintos planos del universo: el cuerpo físico-etérico, el cuerpo emocional-astral, y el cuerpo mental , que funcionan en los respectivos planos. Estos  constituyen la personalidad  y son temporales pues  sirven sólo a una encarnación

Un ente o individualidad que reencarna hasta su liberación y que se expresa en el Cuerpo Causal cuyas energías son las de mayor frecuencia porque pertenecen al plano mental superior.   

 Una chispa o mónada que es eterna porque emana del Absoluto y vuelve a él.

Los cuerpos de la personalidad,  son cuerpos de energía en distintos estados de vibración, que conforman una unidad  interdependiente,  que se conectan mediante centros que llamamos chakras, que concentran la energía que fluye a través de los cuerpos y los comunican de un plano a otro. 

 El cuerpo físico es el “visible” mientras que los otros, más sutiles, conforman lo que Ch.Leadbeater llama el “hombre invisible” porque están fuera del rango de visión del hombre común.

 El cuerpo etérico , que es parte del cuerpo físico, es  un cuerpo de energías que sustenta todas las formas de vida en manifestación.  Toda forma, la más diminuta posee un patrón o cuerpo etérico  (vital). Es el factor de cohesión positiva con respecto al físico y el que lo mantiene vivo. Es el receptor y transmisor de las energías solares y planetarias. El cuerpo etérico es el medio por el cual el Alma anima a la forma, transmitiéndole sus cualidades y también atributos y deseos.

 El cuerpo emocional,   es el “cuerpo sensorio” del ser humano, constituido de materia astral.  Por analogía entonces, es un vehículo de  todo tipo de  deseos, sentimientos y emociones, como lo es el plano astral, es decir, un campo en permanente movimiento, causado por las sensaciones e impactos generados por las formas mentales propias y ajenas.

 El cuerpo mental inferior, está constituido con materia de las cuatro subdivisiones más densas del plano mental. Se extiende más allá de los cuerpos físico y astral, compenetrándolos y relacionándonos con el mundo. Es energía, sin forma, que se expande  cuando está en uso, vibrando rápidamente y que se desarrolla mediante el uso correcto del  poder del pensamiento.

 El  Cuerpo Causal, es la vestidura del Angel Solar (Angel de la Presencia). Se lo llama así porque en él se procesan y preservan  las “causas o vibraciones” que se convertirán en efectos en el mundo físico, mediante los  átomos simientes.  A medida que nos desarrollamos mediante las múltiples encarnaciones y vamos expresando el amor y la sabiduría, este cuerpo se va llenando de luz y color.  Es el más permanente de los cuerpos,  porque  acompaña al ente humano durante miles o millones de años, hasta su liberación.

  *  El Universo y todo en él, está sujeto a patrones cíclicos regulares, sucesivos y ordenados que incluyen fases alternantes de actividad y reposo, gobernados por un principio universal de causa y efecto, o karma, muy relacionado con  el principio de renacimiento o reencarnación.

 La Ley de Karma  permite acercarnos a la comprensión de las  diferencias  (de equidad, justicia, talentos, circunstancias, etc.) entre las experiencias por la que atraviesa cada ser humano. Es una de los más difundidos, aún en ámbitos ajenos a la Teosofía.

 "La Ley del Karma es actualmente un grande e incontrovertible hecho en la conciencia de la humanidad…

…Todo lo que acontece en el mundo de hoy y que afecta tan poderosamente a la humanidad -cosas bellas y horribles, modos de vivir, civilización y cultura, prejuicios y preferencias, adquisiciones científicas y expresiones artísticas y las innumerables maneras con que la humanidad cobra la existencia de todo el planeta- son aspectos de efectos iniciados por los seres humanos, en alguna parte, en algún nivel y época, ya sea en forma individual o en masa. – (AAB, Curación Esotérica).

 Es una ley natural universal,  basada en el principio de que ninguna partícula de energía puede ser utilizada sin originar un movimiento o efecto correspondiente. Por eso es la ley que “gobierna el mundo de los cambios constantes”, es la que rige ese mundo de movimientos y ajustes constantes, destinados a producir la Armonía y el Equilibrio universal.

Es conocida también como ley de “causa y efecto”, “causalidad”, “acción y reacción”  o “compensación”. 

El concepto de esta ley, está presente en todas las religiones y concepciones filosóficas.  Es abarcativa de todo el proceso de la acción (que implica acción y re-acción ) .  En los tres mundos de la experiencia humana, significa que todo pensamiento, sentimiento y acción, de cada instante de nuestras vidas  –en consonancia con esta ley-   generan resultados inevitables que deberán ser experimentados, en esta o en próximas vidas.  Desde ese punto, la Ley de Karma, junto a la de Reencarnación, son pilares fundamentales de la Teosofía, una complementa a la otra, en la explicación del proceso evolutivo.

 El karma trasciende nuestra personalidad actual, operando causas de vidas anteriores. Trasciende nuestra individualidad, y constituye lo que se conoce con el nombre de karma distributivo, que implica un karma familiar, ambiental, nacional, racial, y de grupos mayores, como la humanidad como un todo, con el planeta, el sistema solar e incluso con otros sistemas.

Siendo parte de la Vida Una, somos responsables morales de nuestras acciones. Por ello, en conocimiento de esta Ley,  tenemos la obligación discipular de contribuir a aliviar el karma colectivo, del mismo modo que podemos hacerlo con nuestro karma personal,  mediante la vida consagrada  y alineada con el Alma.

 *   La Ley de Reencarnación o Renacimiento,  es el complemento de la Ley de Karma y postulado fundamental de la Teosofía.  Plantea que todas las Almas, encarnan y reencarnan bajo esta ley.  Desde mi punto de vista, esta visión sintetiza en forma lógica dos polaridades aparentes: amor divino e injusticia divina…

En actuales tiempos, a la luz de la reflexión, nos parece poco aceptable la idea de un Dios que permita las desigualdades  e injusticias, sin un motivo o propósito. Y en este punto, la Ley de Karma es la explicación.  La Reencarnación  nos abre a la comprensión del  amor divino, porque nos brinda innumerables oportunidades para recapitular experiencias, reasumir obligaciones, restaurar relaciones, saldar antiguas deudas, la posibilidad de retribuir, progresar y despertar las cualidades potenciales, sanar injusticias, en suma comprender lo que nos condiciona y nos hace ser lo que somos.    Esto responde por cierto, al postulado de que somos seres inconclusos, en proceso de evolución.    

 En la Ley de Renacimiento, una mónada humana sólo puede reencarnar en el reino humano, distinción importante con la teoría de la “Transmigración de las Almas”, que postula que una mónada puede reencarnar en cualquier reino, lo  cual es contrario al principio de evolución.

 Cuando reencarnamos, el Alma encarnante se reviste de nuevos cuerpos y nos encontramos liberados de memorias detalladas del pasado, porque los detalles de la memoria son constituyentes del cerebro físico, que desaparece,  y la conciencia cerebral se pierde.  Dijimos también que es el Cuerpo Causal el recolector de la síntesis de todos los talentos, poderes y capacidades de la vida última y de las anteriores del Alma Influyente, que  están presentes, en forma de vocaciones e impulsos egoicos, aspiraciones, ideales, talentos y capacidades innatas.  También, intuitivamente podemos reconocer a otras Almas con las que tuvimos conexiones grupales o familiares.

 En analogía, diríamos que esta ley promueve e impulsa nuestra “educación cósmica”, mediante la escuela de la vida y sólo cuando completamos todas las fases del aprendizaje nos graduamos para abordar otras experiencias  superiores.   Esta analogía es  la más apropiada como hipótesis de un sistema ordenado, que responde a un propósito.

 *  Cuando desde el Absoluto, que es incondicionado e inmanifestado, se manifiesta periódicamente un universo, éste al ser una  manifestación parcial de aquello que es completo y sin limitaciones, es necesariamente imperfecto.  Surge entonces, el principio de la dualidad o polaridad, lo que significa que todo lo que sucede en el  universo es relativo a otra cosaEsto expresado de otra forma, es la manifestación de un Logos imperfecto, que continúa su proceso de redención y  explica la existencia de lo que conocemos como  el Bien y el Mal.

Para poder comprender esto, necesitamos ser capaces de ver simultáneamente la expresión de la polaridad. Nuestra mirada interior debe salir de la unilateralidad  y adquirir la visión del conjunto, que nos permitirá advertir la relatividad de lo que llamamos bueno o malo.

 Las personas vivimos en permanentes actos de elección entre el bien y el mal, no obstante, como estamos  en distintos momentos de  expansión de la conciencia,  la responsabilidad respecto al mal ocasionado, es relativa y funcional a la economía cósmica.

  En nuestra etapa de evolución, es malo todo lo que nos conduce a la separatividad, la materia, la inconsciencia.  Es bueno todo lo que está en armonía con el desarrollo evolutivo del universo.  Esto expresado de manera general, implica un infinidad de “matices” en los que el grado de discernimiento del ente humano pondrá su impronta y generará consecuencias kármicas.   Es cuando aparece el dolor (el mal)  o sufrimiento, movilizador del aprendizaje, en nuestro proceso de expansión de conciencia.

 “…más que perder nuestro tiempo…tratando de pretender que las cosas malas no existen, debemos elevar nuestra conciencia hasta el nivel donde el mal no puede expresarse…confiando en que el amor vencerá al odio y el orden al desorden, no sólo para nosotros como individuos, sino para toda la humanidad” (J. Algeo).

 El universo tiene un  Propósito y un Plan.  La Teosofía postula que la Vida se manifiesta mediante fenómenos externos medibles y observables, que derivan de propósitos internos que por el contrario,  no se pueden observar o medir directamente, y que esto requiere un Plan, que  sólo puede desarrollarse  mediante un proceso ordenado, en el que existe intención y conciencia.  Esto implica por lo tanto, una inteligencia o poder superior capaz de crear el Plan y ponerlo en ejecución.

 Sostiene que el propósito de la existencia es el desenvolvimiento o “desarrollo  de las capacidades  latentes, en poderes activos”, lo que implica un plan de evolución de la conciencia, mediante la experiencia en el mundo de las formas. 

 En este punto es bueno señalar las diferencias entre la teoría darwiniana de la evolución y el postulado de la sabiduría divina.  Mientras uno plantea un movimiento “lineal” en un solo sentido, de lo simple a lo complejo, el otro en cambio propone una doble evolución: la de la conciencia o percepción, desde un estado de restricción a otro de expansión y la evolución del espíritu, desde lo fragmentado a la Unificación.    

La Teosofía sostiene el principio de la existencia de  conciencia en las formas más simples (la conciencia del átomo), que se desenvuelve hasta llegar a la autoconsciencia humana, expresada en formas cada vez más sensibles y sutiles.  Una fase es el camino de “descenso”,  o involución (desarrollo de la conciencia perceptiva), y otra fase es el “ascenso” o evolución (expansión de la conciencia espiritual).

 

¿Cómo se cumple el proceso de evolución (El Plan)?

 La Teosofía explica la formación y evolución de los mundos mediante el proceso que llama Las Tres Oleadas de Vida, que proveen de materia, construyen formas y finalmente producen la unidad espiritual, respectivamente.

 La primera oleada  implica la vibración que demarca el “espacio”  o campo para el nuevo mundo (círculo no se pasa)  y trae a la existencia (del océano de energía primordial) la proto-materia, convirtiéndola en unidades individuales o átomos, de distintos tipos, que constituirán la materia de  cada uno de los siete planos que conformarán el nuevo mundo y que usarán las dos oleadas de vida siguientes. Este proceso de creación de la materia, toma eones de tiempo y continúa.

 L a segunda oleada se diferencia en dos etapas: una que se sumerge o “desciende “y es la primera mitad del aspecto involutivo: no genera formas, sino que trae a la vida las potencialidades (cualidades) de la materia para responder a los estímulos de la evolución.  Es la vida elemental. 

 La segunda etapa del aspecto involutivo en cambio, implica la construcción de las formas (trabajo dévico). de los tres reinos inferiores: mineral, vegetal y animal que permitirán el desarrollo de la conciencia.

 La tercera  oleada  es la que pone en actividad a las chispas divinas emanadas del Logos (las mónadas individuales), contactándolas con las formas más elevadas de la segunda oleada.

Mónada es símbolo de unidad, pero en Teosofía se la considera como un fragmento de la vida divina, manifestada en una entidad individual, y por lo tanto el más elevado o más interno estado de conciencia.

 Así, las mónadas van “encarnando” en las diversas formas de los distintos reinos y se constituyen las almas grupo  (esto significa que una sola mónada vivifica un reino, como el mineral, o se localiza en el cuerpo de muchos o pocos cuerpos, en el caso del reino animal), o se individualizan en el caso del reino humano, para lo cual fecunda materia mental apropiada, formando el cuerpo causal  vehículo de la conciencia humana, el Alma, reflejo de la mónada y con el cual se conecta con un solo individuo. 

Los seres humanos somos pues,  el resultado del desarrollo de la autoconciencia divina en su peregrinaje a través de las  formas de los distintos reinos, y su individualización: el ascenso de la vida inferior y el descenso de la vida divina en respuesta.

 El reino humano es el punto de inflexión del proceso general. En el comienza el aspecto ascendente de la evolución, hacia la fusión con la Unidad Consciente, recordando que el proceso se inició mediante la multiplicidad de la unidad inconsciente.

Las leyes naturales son las que rigen la evolución  y a medida que nuestra autoconciencia se intensifica, podemos comprenderlas y entregarnos a la influencia del Alma para acelerar el proceso. La Teosofía o Sabiduría Divina, es fuente de conocimiento y ayuda para la humanidad en su largo peregrinaje en pos de su individualidad, y su progresiva entrega al control del Alma.

 La cualidad de los distintos Rayos de expresión de la Vida primordial, se expresan también en nosotros, a través de las distintas encarnaciones, en diferentes culturas y razas.

  “Dios duerme en el mineral, sueña en el vegetal, despierta en el animal, se torna autoconsciente en la humanidad y universalmente consciente en el Cristo o Yo Superior de todos los seres”…

*  Existe un plan septenario de evolución humana, basado en siete ciclos evolutivos, en las que aparecen  Siete Razas Raíces, sucesivas en el tiempo pero con  largos períodos de solapamiento, unas con otras.  El concepto de Raza en este caso no tiene que ver con las etnias, sino, con el  factor de conciencia en común.

 Son grupos de almas con  potencialidades comunes de conciencia, que encarnan en determinados períodos (edad geológica, civilización, cultura), y cuyo propósito es hacer “germinar” las cualidades que le corresponden como “raza”.  A  su vez, cada raza se divide en siete “sub-razas”, que mantiene las potencialidades de la principal, pero a su vez posee una cualidad particular que debe desarrollar. Las  subrazas a su vez, se dividen en las llamadas “ramas o familias raciales”. 

 En analogía con la escuela de la vida, cada raza es un cuerpo de lecciones por aprender, las subrazas son los grados de la escuela y las ramas raciales, son las clases dentro de los grados.  Podemos decir entonces que los miembros de cada raza son “educados” para manifestar  el aspecto particular de conciencia que los caracteriza, que debe ser desarrollado en siete niveles distintos (sub-razas) y desde varios ángulos (ramas). Asimismo, cada raza raíz, debe recapitular todo el adiestramiento anterior y empezar a concentrarse en un aspecto nuevo, y a su vez, en cada ciclo, comienzan a aparecer los indicios de la cualidad de la etapa siguiente.

Las raza muere, cuando hasta el último ser que la constituye, está en condiciones de pasar a la próxima fase, porque ya aprendió las lecciones necesarias.

Este plan septenario de razas, está íntimamente ligado,, con la expresión de los Siete Rayos, que se manifiestan en diferentes tradiciones, culturas, filosofías y cosmogonías, como las que menciona Algeo: los Vedas, el Budismo, el Confusionismo, el Helenismo, la Revolución Científica, las Religiones, la Masonería, respectivamente.

 De esta forma, cada raza, ha contribuido y contribuye,  a la evolución y progreso de la especie humana en sus muy distintas facetas  y desarrollo, de manera que sus logros y consecuciones forman parte de nuestra estructura genética y sustancial, en la premisa  de que todos hemos ido encarnando sucesivamente en distintas razas y culturas para asumir, integrar y transcender sus características positivas y condicionantes negativas.

 En la actual humanidad dominan las almas de  la quinta raza raíz llamada “aria”, quinta sub-raza.  La misión de nuestra quinta sub-raza es el desarrollo de la mente superior. Y ya está en su desenvolvimiento embrionario la  intuición, que  será la nota clave de la 6ta. subraza, donde surgirán a su vez, los atisbos de la cualidad de la séptima raza raíz, la voluntad.

 Quizás nos invada el desaliento, por la lentitud del proceso con relación a nuestra percepción, pero debemos confiar en el Plan, y aportar nuestra contribución como miembros de la raza que nos ha tocado encarnar.

  Someramente, podemos decir que:  de las dos primeras razas no han quedado rastros históricos ni geológicos. Según las tradiciones, no tenían cuerpos físicos densos, sino cuerpos sutiles. Solo accediendo a los registros akhásicos puede comprobarse su existencia.

 La primera, se habría desarrollado, hacen unos  55 millones de años, en el que se produjeron  las primeras glaciaciones y otros eventos causantes de extinción.    Esta raza, concentró la conciencia en las sensaciones o percepciones más básicas, era asexuada y se reproducía por un sistema de “brotes . Está asociada al Continente Polar, Monte Merú o Isla de los Devas.

 La segunda raza, llamada Hiperbórea  se habría desarrollado hacen 34 millones de años. y está asociada al  Norte de Asia, Groenlandia, Suecia, Noruega, Islas Británicas .El aspecto conciencia se concentró en la actividad pues sus cuerpos fueron organizándose de manera de poder interactuar con el ambiente.  Fueron andróginos y su sistema de reproducción consistía e un proceso de “sudoración”.

 La tercera raza comenzó siendo etérica, pero en el curso de la evolución de sus correspondientes sub-razas, tomó forma física. Se llama “lemuriana” por el continente asociado: Lemuria, en el océano Indico,

Surgió hacen unos 18 millones de años y  en su proceso se produjo la aparición de cuerpos físicos y la separación de sexos (coincide con el proceso de individualización).  El foco de la conciencia estuvo en el aspecto o desarrollo del cuerpo astral-emocional y fueron depositarios del principio mente.

 La cuarta raza raíz ha sido llamada “Atlante”, también por asociación con un hipotético continente: Atlántida.

Ellos desarrollaron la mente y el lenguaje. Sin embargo su civilización devino predominantemente materialista,  y se convirtieron en  expertos en el manejo de las fuerzas  mágicas, de las que abusaron en forma incorrecta y fue lo que  los llevó a su fin. Fueron sometidos a las consecuencias de grandes catástrofes  (entre ellas el diluvio), y la desaparición misma de su continente.

Finalmente, la quinta raza, la raza Aria comenzó con los sobrevivientes de la Atlántida,  razón por la que está influenciada por la conciencia  atlante materialista, carente de valores morales y humanos. Por lo  tanto, como miembros de esta 5ta. raza, tenemos la responsabilidad del trabajo permanente en el Yoga (camino de unión con lo divino), para hacer efectiva nuestra contribución al proceso de evolución de la presente civilización y de la humanidad.

 

III.     ¿Cuál es la relevancia de la Sabiduría Divina y cómo se aplica a la vida diaria?

Poder del pensamiento (construcción del carácter); estudio, meditación, servicio; vida grupal...  

 La Sabiduría Divina o Teosofía, es la gran ayuda o herramienta que la Jerarquía ha puesto al servicio de la Humanidad, a través de la intuición y conocimiento de hombres iluminados que han sido capaces de “captar las ideas” y transformarlas en principios y postulados para guiar las actividades de la vida.

 El aspirante serio, que estudia la Teosofía no como pasatiempo o curiosidad intelectual, sino para comprender los problemas más profundos de la vida y trascender  sus limitaciones e ilusiones, debe advertir  muy claramente la naturaleza única de este conocimiento, de modo que su actitud hacia él sea la correcta.  Debe darse cuenta que este saber no sólo es  supremo sino totalmente distinto a cualquier otro.

 El conocimiento mencionado como Sabiduría Divina  no es un compilado de mandatos para ser “obedecidos”, no es un sistema religioso, no es un dogma, sino un sistema de principios  de significados y valores para ser vividos. Cuando el individuo lo aplica a su propia vida  ésta es afectada en su totalidad, tanto externa como internamente. La Sabiduría Divina no sólo tiene en cuenta al hombre en todas sus dimensiones ,  sino que lo considera como una unidad, cuyas partes y aspectos son interdependientes.

 Si existe una determinación definida en la vida humana, y una meta precisa de realización espiritual, que sólo puede alcanzarse por un esfuerzo autodirigido, entonces el aspirante debe tener una clara idea con respecto a esta meta y saber cómo ordenar su presente existencia, a fin de poder alcanzarla y realizar su destino. Esto sólo puede llevarse a cabo cuando el individuo es capaz de reconocer ese propósito y tomar la dirección de su vida en sus propias manos. Por ello, es muy importante, determinar la naturaleza de los esfuerzos que seremos capaces de poner en actividad.

  En cada instante de nuestras vidas, manejamos tres tipos de energía: pensamiento, emoción y acción, y la clave de nuestro poder, es  el control y el propósito que  apliquemos a esas fuerzas.  El conocimiento teosófico, nos brinda los argumentos para que podamos orientarlas hacia el bien grupal, mediante el control de nuestros pensamientos,  la meditación, el estudio y  el altruismo.

 El pensamiento es una poderosa energía creadora. Justamente “la magia” de las transformaciones posibles, reside en este poder. Conocemos la premisa esotérica esencial que dice que “la energía sigue al pensamiento” o “el hombre piensa y el Angel  construye ( VBA). Toda manifestación en el mundo,  es la expresión o el símbolo de un pensamiento, y como tal puede ser utilizada para bien o mal, en nosotros mismos y en los demás. 

 Los pensamientos establecen  hábitos vibratorios en el cuerpo mental,  influyen sobe el cuerpo emocional-astral, y muy importante: influyen sobre el cuerpo causal, mediante la construcción de cualidades que formarán parte permanente del carácter del individuo en sus sucesivas encarnaciones.

 Los pensamientos tienen influencia en los demás, ya que los campos energéticos mental y emocional se compenetran entre sí y los pensamientos causan cambios en la atmósfera emocional, de igual modo que las emociones afectan el campo mental y generan pensamientos, afectando el cuerpo mental de cualquiera que ingrese en su área de influencia.    De hecho los egrégores son condensaciones de las energías mentales-emocionales que afectan al ambiente y permanecen en él,  y de los cuales somos partícipes responsables.

 Sin embargo,  ese campo mental nos afecta sólo en la medida que estemos en la misma “frecuencia de onda”, ya sea por el tipo de pensamientos que tenemos, o porque dejemos de estar atentos (bajemos la guardia) y en condición de vulnerabilidad.  No obstante, y lamentablemente, ésta condición última, es la que predomina en la gran masa de la humanidad.

Resulta obvia la importancia vital del “correcto pensar”.  La inofensividad es la mejor protección, respecto a los “malos” pensamientos propios y de otras personas. Esto nos ubica en una frecuencia  vibratoria  particularSólo si asumimos esta responsabilidad podremos reconocernos como seres  que caminan el sendero espiritual y contribuyen con el plan divino, porque indica que estamos alineados con  el Alma. 

  Una herramienta interesante, es la  práctica del “pensamiento asertivo”.  Debemos poner nuestro centro de atención mental en aquello que queremos y no en lo que deseamos evitar.  Justamente los grandes miedos se originan en esas formas de construcción del pensamiento negativo, que terminan construyendo nuestros “propios y limitados mundos de existencia”.  Para ello podemos tener en nuestro pensamiento afirmaciones u oraciones que eleven nuestra vibración. El recitado de La Gran Invocación, es un excelente modificador de nuestros pensamientos y de la calidad de las energías que emitimos.

 En el atribulado proceso del dominio de nuestros pensamientos,  la Meditación es un factor esencial.

En el  proceso de la meditación, el cuerpo mental se moldea a sí mismo con la idea en la que está concentrada y crea en él los órganos necesarios para el trabajo a realizar, que luego descienden a los cuerpos astral y físico.  La práctica meditativa nos brinda la posibilidad de hacer contacto, mediante el silencio de la mente, con nuestro ser esencial, conocer el mundo subjetivo, el conocimiento interior,  “buddhi”,  según la Teosofía. 

 Por cierto, existen diversas técnicas meditativas, acorde a los diversos temperamentos y oportunidades., pero todas, sin son practicadas con paciencia y regularidad pueden ayudarnos al objetivo del contacto superior con lo bueno, lo verdadero y lo bello, en suma con nuestra Alma.

 Sólo a partir de este  “contacto”  comenzamos a ser  habilitados para el servicio inteligente y creador, porque se manifiesta el amor en su dinámica de buena voluntad, de correctas relaciones, de responsabilidad  grupal, y plena expresión de  la Ley de la Fraternidad.

 La aceptación, comprensión y práctica de los postulados de la Sabiduría Divina, nos conducirán naturalmente a la revelación de nuestro verdadero ser y lugar en el mundo, a la vez que convertirnos en servidores activos en la evolución de la conciencia racial y el cumplimiento del Plan.

 Cuando aplicamos el estímulo correcto para hollar el Sendero podemos sorprendernos al encontrar que lenta e imperceptiblemente,  el conocimiento comienza a fluir desde el interior de nuestro corazón.

 

“…para aquéllos que tienen éxito en transitarlo,

hay un premio que sobrepasa lo expresable,

el poder de bendecir y salvar a la humanidad”…

 

                                                                          (Helena P. Blavatsky)

 
 

 


Recapitulación


Capítulos

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Caminante son tus huellas
el camino nada más;
caminante no hay camino
se hace camino al andar.
Al andar se hace camino
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante, no hay camino
sino estelas sobre el mar.

Red Iberoamericana de la Voluntad al Bien y la Buena Voluntad

Quetzal como representante del puente entre el aguila del norte y el condor del sur. El Quetzal es intercambiable con el símbolo de Quetzalcóatl-Kukulcan, el Avatar de Venus.

 

 

 

2009-09-07