CONFERENCIA
 

VICENTE BELTRAN ANGLADA

 

[edición en curso]
 


 
 

Conversaciones Esotéricas 

Conceptos Generales de Esoterismo.

Barcelona, 22 de Junio de 1.975
 

"LA VERDAD HA DE PRESENTARSE DE TAL MANERA, QUE CONVENZA SIN ATAR Y QUE ATRAIGA AUN SIN CONVENCER. ESTO SOLO PUEDE REALIZARLO EL LENGUAJE DEL CORAZON".

-VBA: Introducción al Agni Yoga, p. 49
 


Conversaciones Esotéricas

Conceptos Generales de Esoterismo.

 

Vicente.—... y empiecen otras razas que serán más sutiles, entonces, Devi-yoga, el yoga de los devas, será una cosa como ahora,... como una orientación definida, pero mucho antes estaba... en las primeras razas que todavía el naturalismo no ha podido catalogar; primero, porque los cuerpos eran más  sutiles y no existe nada, por ejemplo, podemos encontrar de las razas prehistóricas algún ejemplar, como el hombre de Cro-magnon, por ejemplo, pues podían resistir el peso del tiempo y más si existía algún estrato en el cual no había mucha..., porque se guardaban bien petrificados o se guardaban con agua o cualquier molusco, como tenemos en Montserrat, en las montañas. Bueno pues, entonces, todo esto no ha podido ser registrado, al menos por el ojo experimentado del clarividente esotérico, que puede ver más allá del tiempo, por lo tanto, ver el pasado es como ver el presente, porque es como si un proceso de introspección hiciera objetivo el tiempo que ha pasado; es la única manera que se puede tener una noción de lo que fueron las razas o el aspecto en el cual la raza dévica, o el reino dévico y el reino humano estaban viviendo en armonía. El deva siempre ha sido el aspecto constructor de la naturaleza y el ser humano parece ser que es el que idea las cosas, y entre el hombre que idea y el deva que construye vemos todo esto y esto es su totalidad es Dios. Pero Dios sin el hombre y sin los devas no habría nada, porque no es un ser que tenga manos y pies, que esté haciendo un edificio, sino que da una impresión y esa impresión rasgando los éteres llega a ciertos elementos y estos hacen lo que deben hacer, porque todo eso está creado por la mano de un hombre, pero otro lo ha ideado, pero los elementos que constituyen esto que es la tierra, el agua, por ejemplo, el fuego que ha cocido todo esto, son los devas. Por lo tanto, siempre hay una construcción, y donde hay personas que piensan bien acostumbra a haber siempre otro tipo de vegetación y cada raza tiene un tipo de vegetación, igual que pasa con los continentes, hay sitios donde hay una serie de plantas diferentes de otros lugares, y aun no se ha estudiado, por más que dicen que son agentes atmosféricos, sí, bueno, pero, ya estamos, ¿qué es el agente atmosférico sino los devas en acción? Todo es vida, por lo tanto, si llegamos a esta conclusión, veremos que estamos tan cerca de los devas que, forzosamente, si queremos consumar, ya, definitivamente lo que es la perfección de la raza, tendremos que contar con los devas,  tendremos  que establecer contacto y trabajar conjuntamente, en forma inteligente.

 

Interlocutor.—... que está en desarmonía con el hombre, se dice que cuando Caín mató a Abel, que es el aspecto malo, que mató al bueno, entonces...

Vicente.— Sí, es como el mito de Adán y Eva. De hecho Adán y Eva no es más que la serpiente, esto lo vemos después reflejado, como dijimos el otro día. Claro, ahora en la intimidad se pueden resolver más pequeños problemas que hay en una persona que dice: “Lo que acaba de decir me parece es muy vago”, claro, es muy vago porque... ¿no es vago el mito de Adán y Eva? Es muy vago, pero cuando dices que Eva es la serpiente de la derecha de la columna vertebral, es el fuego serpentino, o Pingala, y que Ida es el hombre, es el aspecto hombre, están divididos y están recorriendo el Árbol del Edén, ¿eh?, están dando vueltas al otro lado y al final se deben encontrar un día. Y, cuando la serpiente ha cumplido su misión, el hombre ya no es hombre ni es mujer —o el ser humano—, se convierte en andrógino. Hay que esperar a que la 7ª Subraza de la 7ª Raza, ya vayamos a lo lejos, tiene que ser que en la columna vertebral saldrá el fuego de Kundalini directamente desde abajo hasta arriba sin pasar por la serpiente.

 

Leonor.— Pero lo que será interesante es pensar, a mi modo de ver, —yo siempre vivo más abajo— lo que será muy importante es ver qué clase de civilización existirá en el mundo cuando exista el andrógino, porque es que ahora casi todo se realiza,... se  suceden las cosas buscándose el uno al otro, el hombre a la mujer, la mujer al hombre; aunque no sea.., por más que las personas... eso no quiere decir que las personas se tengan que encontrar en esta vida física, pero que la mayoría, por no decir la totalidad, pues, pasa mucho tiempo, el tiempo que tendría que emplear en el hacer ahora de creación, de lo que sea, lo pasa pues buscando esta otra parte de sí mismo, tanto si lo encuentra como si no lo encuentra. O, a lo mejor, si no piensa determinadamente en una mujer o determinadamente en un hombre, se encuentra un poco, digamos, aislado, o solo, o separado. En este caso habrá otra clase de civilización, porque todo este tiempo que la juventud —y hablo de la juventud—, está, digamos, perdiendo o empleando en estos menesteres, tendrá que ser empleado en otros, tendrán que existir otros incentivos. Otros incentivos, o sea, que la civilización no se parecerá en nada a la que vivimos, no tiene que parecerse en nada.

Vicente.—  Pero no será nada por esto, porque habrá cambiado el ser humano, no pueden cambiar las circunstancias.

 

Interlocutor.— Yo creo que todo estará de acuerdo con la evolución del ser humano...

Vicente.— Sí. Pero fijaos bien en una cosa esencial, que todo el sistema de yoga se basa en destapar el Kundalini, sea el Hatha-yoga, o el Agni-yoga, pasando por todas las clases de yoga  existentes conocidos, además de Agni-yoga, otro que es desconocido y otro que aparecerá en un próximo futuro, o en un lejano futuro; pero el hecho de que la civilización esté basada en la dualidad de sexos, en una competencia, se basa en el predominio de una serpiente, de una de las dos que actúan en la columna vertebral, porque lo primero que hace un iniciado es equilibrar la fuerza de la serpiente. No hay ningún iniciado siquiera que no sea andrógino.

 

Interlocutor.— El camino del Buda que decía  Patanjali.

Vicente.— Sí.

 Interlocutor.— ¿Tiene que ver con el proceso alquímico del andrógino?

Vicente.— Sí, sí, sí. De hecho, el hombre y la mujer cuando están equilibrados constituyen el andrógino. Cuando la serpiente Ida está predominando sobre Pingala, entonces, queda todo el aspecto hormonal, digamos, clasificado dentro de una diferente... o sexualidad diferente, en el hombre y en la mujer. Es decir, que todo el aspecto hormonal, todo cromosoma, que ahora está esto en la base de la genética, tal como se está estudiando, y que se llega, cuando se llega a las finales reducciones de la genética, se llega a la hormona final, en el cual se ve si es hombre o mujer, vemos o dos “xx” o “xy”; esto ya formado en el aspecto científico, entonces, el predominio del hombre o de la mujer, no lo hace el cromosoma sino que el aspecto evolutivo del hombre utiliza el cromosoma “xx” o “xy” para su evolución, lo cual significa que, cuando“xy” o “xx” se junten, formarán una cosa que desconocemos; por ejemplo, en un cromosoma de la séptima raza, tendrá que haber un equilibrio, entonces no habrá nada, no verás nada, verás, que te diré yo... reflejará el cosmos, el cromosoma. Si cogemos el cuerpo de un Adepto, por un proceso alquímico, que no está a nuestro alcance naturalmente, puedes sacar del cuerpo de un Adepto un cromosoma y verás como no tiene matiz, porque es andrógino ¿comprendéis? Es decir, que él puede procrear por un acto de voluntad, no tiene que pasar por el proceso de la genética para transmitir ciertas herencias a la raza, lo cual hace el Manú cuando crea una raza, es el único ser de la categoría de Cristo, o más allá, que tiene que encarnar y tener contacto con las  hijas de los hombres, porque siempre encarna el aspecto masculino, el Manú, y crea lo que será la semilla  de una raza. Hasta aquí lo ha ido haciendo el Señor Manú, el de nuestra raza actual ha sido lo mismo. Se ha plegado, se ha sometido a las leyes de la Naturaleza, porque forma parte de las leyes creativas de la Naturaleza a través de los devas, porque a través del Manú y de los devas se hacen los tipos raciales; y entonces cada cual con el tipo racial que le corresponde y su tipo de inteligencia va creando las semillas del futuro. Y la genética, todo viene, digamos, diferenciado de la genética de la cuarta o de la tercera raza raíz, o de la primera raza y la segunda, de la cual no tenemos noción... al menos no hay... porque si, por ejemplo, la primera raza era una raza cuyo cuerpo era sutil, que tenía, qué te diré... el aspecto de una ameba gigantesca, al ponerse en contacto con el sol pues tenía que desaparecer, no tenía osamenta, por lo tanto, era un cuerpo como una cosa gelatinosa, por lo tanto, no puede quedar resquicios de esto. La primera razas no tienen...

 

Leonor.— Algo que me parece un caso, es una cosa... con todos los que estudiamos estas cosas que nos interesan; que al buscar diferentes sistemas de yoga, o diferentes clases de estudio, los que sean, porque en el campo esotérico hay muchas escuelas, entonces, creo que muchos buscan la forma, algunos, de obtener poderes para dominar ciertos problemas o circunstancias que se suceden en el mundo y que ellos tienen que vivir, o que tenemos que vivir. Otros, para poder llegar, buscan qué camino será el más idóneo para poder llegar a encarnar en sí mismo esta forma andrógina, para no tener que luchar ni sufrir por esas cosas que sufren y luchan otros. Por lo tanto, si fuéramos todos sinceros, buscaríamos solamente este aspecto, porque estudiar mucho el aspecto intelectual y luego en la vida diaria no poder o no saber desprendernos de ciertas tendencias, es cuando nos pasamos la vida buscando qué clase de teoría, qué clase de escuela, qué clase de asunto nos llevará más pronto a conseguir aquello que queremos. Claro, esto está en la mente de muchos que no lo preguntan y yo, precisamente pienso cómo deberían emplear las fuerzas interiores cada uno para poder dominar o suprimir, no,... ni dominar ni suprimir...

Vicente.—... equilibrar...

 Leonor.—... equilibrar sí, es decir, buscar esta armonía que les hiciera perder ciertos deseos, ciertas tendencias obsesivas, ciertas cosas que entonces les hacen obrar muy diferentemente de lo que saben ya, y de lo que están estudiando. Esto yo creo que tiene que ser una cosa muy personal. No pueden ser líneas generales.

Vicente.— En todo caso, no será marcharse de la sociedad que condicione los actos y buscar la liberación, será otro tipo de actividad. Por ejemplo, el hecho de que una persona... porque, mentalmente hay un ideal en todos nosotros, realmente nos señalan un ideal, el corazón asiente este ideal y tratan de equilibrase el uno con el otro para llevar la conducta a aquel  ideal. En tanto que el ideal no se ha formado conscientemente en la mente...

 Leonor.—... no es demasiado fuerte...

Vicente.—... lo cual es la meditación constante e ininterrumpida. Yo veo, más bien, la observación de todas las cosas, que no observamos mucho, porque la mayor parte de las cosas vienen sin ilación porque no estamos atentos. Tenemos muchos lapsos, prácticamente no registramos nada.

 Interlocutor.— Es a través de la manifestación de todas las cosas.

Vicente.— Exacto. Por ejemplo, qué te diré... un ideal, el ideal de belleza, es que si tenemos un ideal de belleza para constituir la semilla de lo que será nuestra actividad futura, hemos de estar pensando constantemente en el ideal. No pensando en el ideal por dentro de belleza, la belleza en todas las cosas, sino que la belleza tiene que ser de tipo emocional, controlando las emociones, porque una emoción violenta no es bella. Una emoción, digamos, de romanticismo, hasta cierto punto tampoco es buena.

 Interlocutor.— O sea, quizás podríamos decir, un alineamiento de los tres cuerpos.

Vicente.— Justo, es la base, sí, sí, sí, estoy de acuerdo con el ideal siempre, porque el que persigue un ideal a través de la meditación, en el yoga o de cualquier otro sistema de entrenamiento espiritual, parte de un ideal y trata de encarnar aquel ideal en su conducta, aquí  viene el proceso más difícil; ya no es tener estructurado un ideal sino tratar de que toda la  conducta que viene impregnada por una serie de elementos sociales que nos rodean, que nos impregnan para seguirlo, es el campo, digamos, de los discípulos.

Interlocutor.— Lo que dices, sin duda está muy bien. Estamos polarizados, ¿no? Entonces, ¿cuál es la formula de esa polarización? Neutralizarla, porque claro hay dos polarizaciones, ¿no? Una arriba y una abajo y hay que equilibrarlas, pero entonces es cuando...

 Leonor.— Y empezar por lo más sencillo, lo que nos parece que no vale la pena de hacerle caso.

Vicente.— Bien, ¿te acuerdas? En la búsqueda del equilibrio entre el ideal que presentimos o que queremos desarrollar y el reconocimiento de la ineptitud, o de la ineficacia, o de la falta de recursos actuales, es lo que crea la división, lo que crea el motivo de conflicto que existe en toda sociedad organizada y en todo ser humano, cuando el hombre empieza a buscar el ideal, es cuando empieza a sufrir.

 Interlocutor.— Cuando el hombre empieza a reconocer que es sabio, cuando... Es eso, porque mientras el hombre esté imbuido de aquel cuerpo y forma de pensamiento y sentimiento, es cuando suceden todas esas cosas, esta estructura social... todo esto. Cuando esto no suceda pues ya está, entonces habrá más identificación, más vinculación entre todos ¿no?

Vicente.— Haced un ideal, después sabes que el que busca un ideal... no es un ideal, por ejemplo, que es el ideal más común de buscar, el desarrollar un centro, porque le han dicho que actuando sobre un centro determinado y unas ciertas reglas de respiración y de concentración, puede aprender a soltarse del cuerpo y viajar por el espacio; esto atrae mucho a atención, ¿eh? Hay otra que dice: “yo quiero ver las cosas” y entonces se dice “pues si actúas sobre este centro vas a tener el poder de ver a través de los objetos opacos; o si te gusta todo el campo de la clariaudiencia, tienes que desarrollar otro centro. Claro, la gente ve... ya  no como un ideal más lejano sino el más próximo a su naturaleza pasional y competitiva, porque el que tiene un poder enseguida lo pone en competencia y dice: “Yo soy esto”. Fijaos bien que no hay ningún iniciado que blasone de ser iniciado, pero el que tiene un pequeño poder, es como la nuez vacía, que hay muy poca cosa dentro y hace mucho ruido. Entonces, en la regla espiritual, se niega la eficacia de desarrollar un centro, porque el centro no debe desarrollarse si antes el centro no está lleno de la eficacia del ideal. Entonces, el ideal ya no será buscar el desarrollo de aquel centro sino buscar el ideal en las pequeñas cosas de la vida, lo que decíamos, el ser un buen ciudadano, y le damos tan poca importancia a ser un buen ciudadano.

 Interlocutor.— En parte le cuesta.

Vicente.— Por esto. El ideal máximo es este, lo que pasa que, fijaos bien, hay personas —y esto los sé porque todos hemos tenido que pasar por lo mismo, los que tenemos una cierta experiencia de orden espiritual— de que establecerte en un sitio y ser algo más que los demás; si ocasionalmente en un momento de la meditación tienes algún dato, alguna información, alguna experiencia de tipo psíquico, confundes lo psíquico con lo espiritual y, a través de aquellas cosas psíquicas edificas un sistema de orientación que es falso; entonces es cuando vienen las aberraciones de tipo, digamos, psíquico; ya no me atrevo a decir espiritual, porque no existe espiritualidad donde existe psiquismo. El psiquismo viene cuando el hombre es espiritual. El ser psíquico sin ser espiritual es negativo, es una regresión, porque las razas del pasado fueron psíquicas por excelencia. La Lemur y la Atlántida tuvieron grandes poderes psíquicos, y ¿qué les pasó?, pues que la Atlántida está en el fondo del océano todavía, ¿por qué?, porque los poderes mal empleados como el de aprendiz de brujo, traen como consecuencia aquel poder que es el máximo, el cual dice: “Esto no puede ser” y no es, no puede ser, hay ciertas leyes que no pueden ser transgredidas por el hombre. En tanto que si el hombre se atreve a dar la nota clave de su vida, su ideal, empezando por enaltecer el corazón y la mente, entonces, los poderes vienen por sí solos; vienen porque su vida se ha purificado de tal manera que ha atraído de las entrañas del planeta el fuego, el poder creador del fuego y, entonces han ido surgiendo a través de la base de la columna vertebral, de la columna de Mercurio..., ascendiendo a los centros que están purificados. Es decir, que si el centro Muladhâra está purificado —el de a base de la columna vertebral está purificado—,  automáticamente se llena de fuego, porque sabes que no harás mal; porque el aprendiz de brujo cuando desarrolla el aspecto este sin estar convenientemente purificado, entonces se convierte en algo que no debe ser; entonces viene toda la serie de aberraciones que existen en la naturaleza del principiante, que confunde el psíquico con lo espiritual, y esto no nos cansaremos nunca de repetirlo, porque lo primero que hay que buscar es que la mente se  serene y el corazón casto, tal como se dice, busque el equilibrio de valores. Y esto no es decir que hay que hacer esto y hacer lo otro, surge un modo de vida diferente cuando los centros están purificados desde dentro y no se les imbuye con la imaginación desde fuera. Y ahora que estamos en una vida, digamos, comunitaria, que el sistema de relación es tan rápido, que casi el mundo está unificado, ahora mezclamos muchas culturas en un espacio muy reducido de tiempo y esto nos presiona hasta cierto punto, nos obliga a dar un salto más alto, por encima de nosotros mismos. Ver, por ejemplo, la televisión, veis un hecho que pasa ahora mismo a miles de kilómetros de distancia, eso sucede aquí, automáticamente, pero claro, una serie de  informaciones en vistas a seguir un carácter, pero el choque que existe en el mundo psíquico es tremendo, porque es romper una rutina, un tipo de civilización marcado por una era determinada, y se ve que se abre la perspectiva de otro mundo. Por lo tanto, todo cuanto existe ahora de evolución técnica no es ni más ni menos que una evolución de la propia entidad solar, a través de nuestro planeta, considerando nuestro planeta como un centro, como un chakra que se está purificando dentro de su esquema; así que ya vamos de lo particular a lo universal, que es la línea esotérica; y siempre tienes que ver que hay la contraparte hermética de que lo mismo que ocurre aquí debe ocurrir dentro de esta entidad  psicológica, primero, porque el árbol está contenido en la semilla y que Dios ha hecho al hombre a su imagen y semejanza para representar un papel definido dentro de su esquema planetario. Ya sabéis que hay varios esquemas planetarios; el nuestro es uno de los  más pequeños y el más orgulloso de todos.

 Leonor.— No sabemos como son los otros, nadie nos lo ha dicho todavía.

Vicente.— Yo estoy hablando de un sistema, lo que quizá en otros planetas no dirán lo que decirnos aquí, que se cree el centro del universo, aún hay personas que están de acuerdo en que es el centro del universo. No son solamente Ptolomeo y los demás que vinieron, y Galileo, sino que dijo que se movía, pero nunca dijo que fuese la Tierra un elemento, digamos, que iba, sino que va, es decir, que siempre será más interesante desde el punto de vista actual reconocer la humildad del planeta Tierra, para reconocer la humildad, de tener un acto de humildad y de contrición de los hombres que se creen superiores cuando están en uno de los niveles más bajos del sistema solar. Así que, fijaos bien, si hay trabajo que hacer, y todo el sistema del yoga está tratando al hombre... el hombre que tiene un poco de ideal, de llegar a tocar alguna de sus octavas superiores, por su propia naturaleza, ya no de otra naturaleza solar. Yo hablo mucho del sistema solar e incluso del sistema cósmico, por ley de analogía, y más para dar información porque nadie puede probar esta  información, porque si yo digo una cosa y no podéis probarlo hay queda, bueno eso queda dentro del espacio de una duda inteligente, lo cual hace que el hombre tiene que estar percibiendo constantemente si aquello es verdad o es falso; pero al mismo tiempo da un estímulo, porque si se presenta la cosa según la ley hermética de analogía, que igual es abajo que arriba, igual es arriba que abajo, entonces no hay problema y todo el sistema religioso de ahora y de todos los tiempos, se basa en el ser humano como una contraparte perfecta de Dios o de su Creador y del Logos Solar. No tenemos más percepción que lo que vemos, las estrellas y todo, pero, si tuviéramos la visión de un Logos, veríamos que el Logos es una entidad psicológica como nosotros, con un cuerpo físico como el nuestro, con unas características de amplitud que escapa a la medida del entendimiento y con reacciones psicológicas muy similares aunque sean  multidimensionales, porque no podemos llegar a esto, y que todo movimiento cósmico es el movimiento social de unos Logos y otros Logos. Así que, fijaos bien, y cuando llegas a este punto de maravilla tienes que decir forzosamente, bueno y ¿qué debo hacer entonces? Pues, toda la regla está en dos palabras muy sencillas: ser humilde y ser una persona socialmente bien integrada en los valores sociales, del momento que sea, lo cual no puede hacerlo todo el mundo, porque luego siempre hay pequeñas cositas que hacen que estemos en un proceso de regresión y no de propulsión hacia el futuro; esto ya es una de las condiciones por las cuales nos reunimos, a ver si podemos entre todos constituir un núcleo que nos proyecte hacia este futuro que presentimos, que adivinamos, o que intuimos, pero que sabemos que no podemos realizar de inmediato, y ahí está el sentido de humildad. Cuanto más humildes,  más rápidamente avanzaremos. Mira lo que pasa con el pequeño aprendiz de brujo, que aprende a volar por el espacio y, a veces, no puede volver porque no tiene los canales bien estructurados, se queda a medio camino y, entonces, dicen:“mira, un fallo del corazón; sí, sí, ha tenido un ataque y se ha quedado”. Y todo el mundo dice: “tan buen hombre que era”, y estaba practicando la magia negra, y la magia negra quiere educar una cosa que no está a la altura su alcance. Todo está en el sistema, aplicándolo yo mismo, que me permite volar al espacio conscientemente, pero no tiene pasaje de vuelta. Así que lo que se hace allí es aparte; sin contar las formas que existen en esos espacios que desconocemos.

 Leonor.— Dicen que hay muchas personas reunidas en diferentes lugares del planeta, aunque repiten las mismas cosas, en diferentes aspectos, diferentes palabras, que si se reúnen lo que espera, dale el nombre que quieras, no digo lo que sea, en fin, el caso es que en varios lugares del mundo aumente la cantidad de personas que se reúnen, dos tres, las que sean y hablan o no hablan. Si hablan de un tema que sea constructivo y luego un gran tiempo de silencio. Cuando en muchos lugares del planeta haya personas que puedan reunirse haciendo un silencio auténtico, que tampoco es muy fácil, porque la mente divaga, cuando se puede llegar a una hora de silencio absoluto, lo que se desprende de aquellos seres son puntos de luz en el planeta que ayudan a la marcha rápida de la civilización. Pero, no sabemos... por eso los grupos con nombre... no digo yo nada de nombre, grupo quiero decir una persona puede reunirse en su casa con dos amigos, con tres, con las que sean, con diez o con veinte o solamente con dos, pero el caso es que puedan llegar a hacer esos ejercicios de voluntad, que lleguen a poder dejar la mente completamente libre. Además de que el cuerpo encontrará una salud que no tenía antes de poder hacerlo, pues el resultado será este. No sabemos y si  hubiera un momento antes de la radiación que desprenden las personas que pueden estar en absoluto auténtico silencio una hora seguida, veríamos cómo hacen evolucionar. Si en una nación se juntaran varios grupos de estos, veríamos avanzar el progreso en aquella nación.

Interlocutor.— Lo cual quiere decir que hay muy poca gente, porque para llegar a esto se debe tener casi la Tercera Iniciación, ¿no?

 

Leonor.— Sí, pero es que las iniciaciones pequeñas llevan a las mayores y a las pequeñas no les hacemos caso, pero nos bastan también para poder hacer esto. Claro, una de las primeras cosas para llegar al silencio es el cuerpo de deseos, que esté callado, el cuerpo... si uno termina de hacer un trabajo muy pesado tampoco puede hacerlo entonces, tiene que estar ya primero reposado el cuerpo, luego, el cuerpo de deseos o nuestro aspecto emotivo, digámoslo así para entenderlo mejor, tiene que estar callado, no desear ni sentir, no expresamente... que llegue espontáneamente; llegar al punto de decir “vamos a hacer silencio” y todas las células del cuerpo de las personas acostumbradas se callan solas... Al juntarse varias personas así y poder hacer esto en varios puntos de la nación o del planeta, veríamos cambiar las cosas. Estoy segura, es una cosa muy sencilla y muy difícil, y, además la misma persona al volver a actuar en su vida diaria lo haría de otra manera. Menos pasiones tumultuosas, menos, quizá, menos disgustos, menos desengaños, porque, claro, las ilusiones sólo son ilusiones, son una sensación de deseos de obrar o de crear, porque la propia naturaleza te pide hacer aquello que puedes hacer, pero no es de la forma que hacemos ahora que hay ilusión, o “qué desengaño, no me merezco esto”; todo esto está fuera de... Esas iniciaciones pequeñas nos las damos nosotros mismos. Hemos creado a través de ciertas... teosofías, no digo de la teosofía, digo ciertas teosofías, a través de ciertas enseñanzas hemos llegado a imaginarnos siempre un hierofante que nos coge, nos hace esto, son también cosas de deseos en el fondo también de tipo emocional. Pero las pequeñas iniciaciones se van adquiriendo así, cuando uno ya va llegando, en el lugar donde haces la meditación, si pudieras hacer siempre en el mismo lugar, aunque fuera más anodino... porque si yo os dijera dónde empecé a hacer las mías... pues es para reírse, pero era para quedarme sola en un sitio donde no me molestara nadie, pues el caso es que para poder hacer esto, en el mismo lugar, al entrar en aquel lugar, ya te cogen las ganas de dejar todo, ya pilla la calma. Al principio te puedes dormir, cuando se han sosegado el cuerpo y las emociones, lo que te puede pasar en principio, en un largo principio, es quedarte dormido, es un relajamiento, que al cabo de mucho tiempo también es muy bueno. Eso podíamos decirlo como una pequeña fase de las iniciaciones, pero luego viene lo que.., lo ves todo pero no piensas en nada y, entonces, es cuando unos cuantos reunidos así, aguantaran un rato bastante largo, es un impacto tremendo en la naturaleza, pero claro, tampoco tenemos una... tampoco nos lo pagan este trabajo. Quiero decir que, a veces, aún esperamos algo, ver algo del resultado y hasta se ha de llegar a no querer ni ver nada de resultado, ni creer que existe resultado. Eso son las iniciaciones pequeñas que llevan a las grandes y no las vemos porque no tienen importancia, porque estamos acostumbrados, hasta en el esoterismo estamos acostumbrados a buscar sensaciones.

 Interlocutor.—... a ver si pasa algo.

 Leonor.— Sí, a ver si pasa algo, a ver si ahora eso tendrá este impacto y no pasa nada hasta que esperamos que no pase nada.

 

Interlocutor.— Hemos de abandonar los deseos...

 Interlocutor.— De todo nivel, porque hay personas que creen que los deseos sólo están a nivel de pasiones.

 Vicente.— Hablad en castellano.

 Leonor.— De todo nivel porque hay personas que creen que los deseos están sólo a nivel de pasiones.

 Interlocutor No, hay muchas clases de deseos.

 Leonor.— Y, gradualmente, hay muchos... no solamente, claro, las edades hacen mucho, la edad física, pero hay muchos que primero les es más fácil dejar las pasiones humanas que las otras, a las otras les cuesta mucho más, porque todavía esperan recompensas, todavía esperan que se les haga caso, todavía esperan... en estos niveles hay otra lucha, si dejan esta lucha de aquí, empieza la de aquí, la de aquí, la de aquí... y no hacemos caso de estas pequeñas iniciaciones y además, entonces, al enseñar esta clase de yoga nadie te hace caso porque no encuentra nada. Aparentemente nadie encuentra ningún resultado, no tiene valor esto, o si encuentras alguien que sí que le da el valor auténtico, lo haces trabajar y lo dice. Yo, a alguna persona que conozco, ya puede llegar a encontrar... a entrar en el mismo lugar donde hace las meditaciones diarias, y cuando entran en aquel lugar, ya... no sabe a nada. Al cabo de un tiempo, aunque no le hayan cambiado las cosas, se las mira de otra manera, las mismas cosas no le molestan, esto es el éxito, no de que desaparezcan los problemas, las causas que causan los problemas quizá no desaparecen pero es que ya no sientes el problema, ya no lo consideras problema.

 Interlocutor.— No te identificas con el problema.

Leonor.— Haces lo mismo sin que te canse, o haciéndolo todo, dejándolo todo, haciéndolo todo.

 Interlocutor.—Es muy difícil esto.

 Leonor.—  Y tan difícil.

 Interlocutor.—Llega un momento en que te encuentras sin nada, nada.

 

(se produce un corte de sonido)

 

Vicente.— Ruido, porque si algo altera el ruido, es el sonido mágico de la naturaleza...  es el ruido humano. Naturalmente, que por la mañana y a ciertas horas de la noche... y el silencio tuyo, el silencio de la naturaleza... Aquí no, no tenemos todavía los sentidos para el silencio, hay que reconocerlo. El silencio, cuando llega, llega por, como decíamos, por los centros, por el impulso interior, lo cual, voluntariamente, los sonidos externos no puedan penetrar. Eres sordo y eres ciego de todo, excepto para una sola cosa, de todo para ti, para ti mismo, el ser superior, el trascendente. Y esto es una cosa que viene con la práctica, con el tiempo, con la evolución de la conciencia; en cuanto puedes paralizar los sentidos, educar el sentimiento interno, solamente de paz y de silencio... en este mundo todavía, a menos que... el ruido y el silencio exterior si nos ayuda, veremos cómo hay una dificultad entre el silencio tuyo y el del ambiente, o entre una persona que actúa y que piensa de una manera y que las oscilaciones del pensamiento te están alterando. Así que el silencio es ya la fórmula final, la fórmula final de una serie de meditaciones y de una serie de acciones que está desarrollando el hombre. Es la contemplación final donde  tu y la naturaleza formáis un sólo cuerpo con plena conciencia y, voluntariamente paralizáis todo cuanto ocurre a tu alrededor, si no, el silencio se convierte en una lucha, la lucha entre tu silencio y el que presientes —y que no has adquirido todavía—  con el ruido ambiental. No solamente el ruido de las músicas y de todo lo que pasa fuera por aquí, sino el ruido de los pensamientos, el ruido de las emociones que están flotando, que están condicionándonos constantemente. Así que estamos inmersos en el Kurukchetra, en el campo de actividad de muchas fuerzas, a las cuales no las conocemos la mayoría, porque existe una naturaleza, una serie de expresiones en otra dimensión que no están a nuestro alcance, y por lo tanto, es un campo de visión que no nos pertenece todavía.

 

Si os dais cuenta este es un proceso místico natural, y siempre es cuando el sol se oculta, y en el momento hay un silencio que se puede aprovechar, para el silencio solamente no para meditación. Hay un silencio místico por la mañana cuando sale el sol, no te invita a hablar ni a pensar, te invita a estar en silencio, son los períodos cumbres de la naturaleza, los que con el tiempo serán los que condicionarán las respiraciones; el verdadero pranayama será este, cuando exista precisamente un cuidado de los intervalos: el intervalo de la aurora y el intervalo del crepúsculo, pero aplicados a la doble función de la respiración, desde el intervalo que existe entre una inhalación y una exhalación, el rato que queda en silencio es que estás paladeando la sustancia misteriosa que constituye la alquimia de la naturaleza humana. Paladeamos los alimentos, masticamos los alimentos, pero no paladeamos el alma, estamos siempre... y se separa de cuanto se sigue en los intervalos; y a medida que los intervalos quizá vendrán con el tiempo en el ser humano de los pensamientos y sus emociones sea más extenso, más extensa será la pausa entre dos inhalaciones, entre dos tipos de respiración, entre una inhalación y otra, hasta llegar al estado de samadhi en el que prácticamente no se respira, porque está unificada toda la naturaleza y la naturaleza respira por ti. El corazón queda completamente parado, y entonces todas las funciones son contemplativas. Llega a nosotros un ruido menos, digamos, con intermitencias de silencio, y claro, naturalmente estos silencios, si hay luz, será solamente un intervalo muy prolongado de silencio, pero realmente vivido, no el tiempo de silencio, porque tratad de poneros en silencio buscando el guía interior, os daréis cuenta cómo estamos condicionados por tantas cosas que ya la mente, que nos obliga, se dispersa como una ardillita dentro de la mente, buscando direcciones, tratando de huir y cuanto más tú buscas el silencio, enseguida aprieta el sentido del pensamiento y las imágenes. Hay yogas, muchos tipos de yoga, pero más que nada yo digo que la única manera directa y social de llegar al silencio es estando muy atento a todo cuanto ocurre, porque, en tanto tu estás atento a una cosa dejas de pensar en ti,  que es la base y el secreto del ruido interior. Entonces, cuando una persona está muy atenta a lo que pasa se olvida de sí misma,  se “ensimisma”... y al propio tiempo se auto-ensimisma en ese aspecto, y entonces llega este estado contemplativo al que parece ser llegaron místicos del pasado, muchas personas del presente pueden llegar. Hay mucho ruido exterior, pero hacemos pequeños intervalos de ruidos y el silencio de samadhi es el silencio ininterrumpido ya, en un estado de contemplación tan profundo que el corazón ha dejado de registrar los hechos cósmicos y ha dejado de sentir, por ejemplo, la presión de los nervios, de la sangre, de todo el proceso digestivo, todo desaparece, entonces queda aquello como una estatua y el Ego está en su propio nivel actuando, entonces no hay ruido que altere porque realmente está muerto, porque no hay aire, solamente hay un sitio divino, que une el corazón del que está en samadhi con el Ángel Solar; entonces hay vida, pero el cuerpo no registra otra cosa que sensación de silencio de los altos lugares. Así se puede hablar, lo demás son intermitencias funcionando entre ruidos, es como una música disonante. Se trata de buscar un equilibrio de valores pero no existe realmente, y habrá música significando como una melodía, un sonido entre dos notas, un silencio entre dos notas. El sonido es un intervalo que constituye la  música, lo que crea la melodía es la actividad de las notas y la mayor obertura de los sonidos, de vacío, porque casi es imperceptible, pero todos los músicos han tenido que captar la música de un lugar donde existe silencio. Solamente cuando llega a su mente y lo registra en su corazón es cuando tiene que salir la música como cosa objetiva, auditiva para nuestros oídos. En esto nadie puede limitar la perfección del viento cuando azota las ramas de un árbol o el canto de un pájaro, que es la voz de los devas, porque la persona que accede al mundo dévico sabe exactamente dónde hay un deva y cómo se registra la... (corte de sonido)... porque tiene temor a enfrentarse consigo mismo... Por lo tanto, es muy difícil el silencio, aparentemente es muy fácil, es lo más difícil de la creación, pues una persona que está años y años y años meditando y todavía encuentra que le falta la última succión del ser interno que..., con todo tu equipo y, entonces,  llegas al estado de samadhi.

 

Interlocutor.—Así es que durante años y años de actuación de la mente, acuden ideas, ideas, ideas, pues que se deja la mente hasta que se agote ¿se logra algo?

Vicente.— Yo creo que sí, es un proceso.

 

InterlocutorLa verdad es que, en meditación me han venido ideas, pero me han dejado, las he alejado y luego me he quedado dormida. Me ha pasado muchas veces esto, como has dicho tú Leonor.

Leonor.— Son estadios, estos estadios se pasan.

 Interlocutor.—Yo, a veces, ha habido algunas veces, pocas, que estando meditando, e intentando hacer silencio, pues he oído mi cuerpo mental, estaba consciente en mi cuerpo mental, voces, comentarios.

 Interlocutor.—Luego, otra cosa, y esto también te lo quería decir, he notado cuando hago la meditación de los triángulos, sobre todo el de las diez de la noche, ahora  me pasa desde hace unos pocos días, que al hacer la meditación, como la hago siempre en el mismo sitio, noto el aura y como un fluido y luego, cuando he terminado, noto  aquí (señala) como un cosquilleo, la glándula pineal debe ser, ¿no? Un cosquilleo, una cosa como unas cosquillas, como si se moviera algo... no sé, no sé decirlo, pero noto un cosquilleo como si hubiera algo, ¿eh?

Vicente.—Sí, sí

 Interlocutor.—Como si se despertara algo que está dormido, como si comenzara a despertarse, una cosa como un hormigueo.

Vicente.— Sí, seguramente es eso, es el registro, digamos, del ser interior.

Interlocutor.—No hace mucho que lo he sentido esto, ¿eh?

Vicente.—Y todo el mundo que está en meditación, claro que en la meditación no estás en silencio sino que es tratar de indagar sobre una cosa, por ejemplo, hay tres estadios y cada cual pertenece a un estadio, el estadio de concentración, en el cual se ve la cosa objetiva, un árbol, por ejemplo, o una silla... como el campo de observación, vas observando la silla hasta que hayas agotado toda la perspectiva y te que cansa ya de observar aquello, pero, mientras observas la silla en tu campo de percepción no piensas en otra cosa, entonces, cuando ya aquello lo tienes fijado, viene la segunda etapa que es la fase de la meditación, en la cual empiezas a mirar las cualidades que adornan aquello que estás observando. Por ejemplo, un árbol, primero es una forma física, pero después puedes calcular las cualidades del árbol, el cerezo, por ejemplo, tiene ciertas cualidades que no son las propias de un manzano o de un limonero, es una cosa pues completamente diferente, entonces, casi, casi, por lógica, vas a buscar el fruto y, automáticamente viene la sustancia, el gusto, porque todo el mundo ha comida una cereza; entonces, te da la sensación de gusto de la cereza; forma parte de las cualidades del árbol y, si añadís a las cualidades del árbol el aire que le está moviendo, que forma parte de la naturaleza, iréis penetrando en el sentido más amplio, sentido universal y cósmico, por lo cual, el viento, la lluvia y todo lo que existe, ha ayudado a crear este cuerpo que están observando, que tiene alma como todas las cosas tienen y que es sagrado, para llegar finalmente al estadio en el cual te pones en contacto con el alma del árbol, es la contemplación. El hombre que está contemplando, está poniéndose en contacto con el alma de las cosas. El alma de la silla, porque todas las cosas tienen una sustancia que las aglutina, un centro de gravedad que está en cualquier parte donde existe algo que mantiene en unión todo el conglomerado atómico de esto, y que tiene una cierta conciencia y una misión a cumplir, porque el hombre ha creado la silla para que se sienten, luego cumple una misión social, pero esta misión social puede ser el propósito de esta silla, desde el momento en que ha quedado aquí, inmersa aquí... (Vicente lo explica de forma expresiva)

 Interlocutor.—Yo he pasado por ese trance, pero, lógicamente, yo pasé por ahí y no me enteraba de nada y, precisamente ahora, viene la confusión. Las personas están dormidas despiertas y están despiertas dormidas, y no me enteraba de nada absolutamente, hasta que rebasé aquel período, estar consciente despierto, no dormido, y entonces, me recreaba viendo lo interno, no lo externo, y cuando pasaba la mente, que no se puede, es imposible la mente trasladarla a ningún sitio, ni  paralizarla, mejor dicho, paralizarla sí, pero a su forma, ella, no poner nosotros ningún trabajo de pararla, no. Yo, en todo esto me he preguntado, ¿eh? lo digo porque yo no he leído nada de esto, sino que me ha pasado, yo me he dado cuenta, en un recipiente de agua, si no tiene movimiento el recipiente, el agua está completamente nivelada y quieta; yo he buscado ahí, la lógica mía ha sido buscar ese nivel de ese recipiente; el agua ha sido para mí la energía mental y yo he tratado de poder... ese recipiente, que no se perturbe y, así conseguir estar despierto en ese profundo silencio. Llegué la primera vez que esto lo hice, vamos que fui consciente, no se puede explicar, porque ya lo que se pone para explicarlo ya es mental, ¿eh? , pero ya no se puede explicar. No sé si me explico bien.

 Interlocutores.—Sí, sí.

Interlocutor.—Todo lo que se explique ya es mental, ya no se puede... exactamente. Es un estado que se tiene que vivir, he tenido la suerte de... pero he tenido que pasar por ahí, es que se pasa, veréis, si es que vais experimentándolo lo comprenderéis y lo pasaréis igual que yo y hablaréis igual vosotros que yo estoy hablando ahora, igual. Es fácil. Ese ruido este que tenemos ahora aquí, pues hay varios de nosotros que no oyen el ruido. Pero para llegar a ese estado [se aísla], ¡claro que se aísla!, es más el ruido interno que se produce, más que el que pueda existir externo, ¡fíjate! Esto no es nada, un cohete, una música, esto no es nada; es el interno. Y si llegarais a oír el interno, es de pánico. Ni una fábrica, ni una fábrica; ahora, a ver, hacedlo vosotros eso y veréis... ya llegaréis, ya. Ni una fábrica, ¡oye! ¿Es posible?... ¿habéis estado en una fábrica de tejidos? [Sí, bueno, ya sé, más o menos] calderas... púm, púm,... con todo el ruido del fuego, cuando el fuego... trabaja toda la sala, pues todo eso lo tenemos nosotros,... ¡todo!, ¡todo! Es todo como trabaja, trabajo y el ruido que produce eso y cómo te altera los nervios. Oye, yo no estoy hablando por nada ¿eh?, comprobadlo y lo veréis.

Vicente.— ¿Tú crees que se puede llegar a comprobar el silencio interior?

Interlocutor.—Esto viene sin que uno se dé cuenta...

Vicente.— Claro.

 Interlocutor.— Yo no buscaba nada y en un momento determinado desapareció todo, el que sabe hacer el arroz tiene que saber para hacerlo todos los días y ser especialista, no cabe duda, pues todo igual. Es cuestión de esto, de hacer aquello que estás haciendo, que están explicando aquí y tú, y venga y duro y llegarás, ya lo creo que llegarás, no cabe duda de que llegarás. Y todo es igual. El que sabe tocar la guitarra tiene que ejercitar mucho, venga, hasta que hasta que te salga bien, pues todo es igual. Yo me quedaba roncando... ya lo ha dicho Juan, me quedaba roncando.

Interlocutor.—Eso también me pasaba a mí, yo roncar no, pero me he sentido la respiración, la he sentido. Me he fijado y me he dicho: fíjate, estoy dormida y siento la respiración.

 Interlocutor.—Ahora, yo pregunto, ¿cómo se conoce perfectamente bien un contacto con el Alma?

Vicente.—Se registra siempre por el silencio, con paz, paz e integridad.

Interlocutor¿Se ve la luz?

Vicente.— Sí, claro.

 Interlocutor.—¿Por encima, verdad?

Vicente.— Bueno, la luz se ve por dentro

 Interlocutor.—Una luz blanca, blanca, como plateada. Mucha luz.

Interlocutor.—Eso me parece a mí que es bastante psíquico. Ya no es mental.

 Interlocutor.—Es lo que dijo aquí, traducirlo en palabras es muy difícil, porque como parece que eso trasciende ya, por ejemplo, pensamientos y palabras, porque claro, al expresarnos nos expresamos de una forma física, de una forma mental; si suponiendo que se trascienda la mente es otra forma de expresión, que ya no puede ser física, luego las palabras no pueden significar nada, pero vamos, vamos a tratar de poderlo expresar con palabras: Yo he experimentado dos veces como caer en un abismo, desde luego no caigo, lo que estás es estático, quieto, eso por supuesto, pero da la impresión de que caigo en un  abismo, en una profunda oscuridad, donde no existe nada, nada, absolutamente nada, no hay relación con nada, allí es un vacío por completo. Aunque yo diga esas palabras... vacío, todas estas cosas, no hay nada, nada, nada, nada, solamente hay una cosa, que yo sé que yo estoy allí. Es muy difícil de expresar esto, ¡es muy difícil!, yo no tengo conciencia de nada, yo no sé... es una oscuridad por completo, no hay ninguna relación con el exterior de nada, absolutamente de nada. Tengo que decirlo así porque tengo que expresarlo con palabras, porque no es lo que yo experimento, y ahí hay una cosa, no hay nada, absolutamente nada, pero hay una cosa: que estoy yo. Esto me ha sucedido dos veces.

Vicente.— ¿Cómo un sueño, digamos?

Interlocutor.— No, no, no, no es un sueño, yo estoy completamente en vigilia.

Vicente.— Consciente.

 Interlocutor.—Yo estoy consciente, lúcido a más no poder, pero es que no hay nada allí, solamente hay una cosa, no yo como persona, como forma, como cuerpo, como pensamiento ni como sentimiento, es una sensación de que soy yo, pero, no sé, no se puede explicar.

Vicente.—Cuando más se penetra en el sentido de las cosas, más difícil se hace interpretarlas.

 Interlocutor.—No se puede, pero es que sabes que eres tú, pero que eres algo más que tú, no sé. En este mundo es algo más, algo que...

Vicente.—... habitualmente, ¿eh?, cuando entramos en contacto con el Yo Trascendente o con el Alma, es un aspecto superior y ya perdemos la conciencia, pero claro, guardamos la conciencia y el cerebro si está bien establecido el Antakarana registra todas las impresiones de la conciencia, lo manda al cerebro y dice: “Soy yo este”, realmente el yo ha desaparecido pero existe el consciente que registra el cerebro, porque la meditación es que el cerebro registra las impresiones que están en otro plano dimensional superior, y claro, no podemos hablar del plano de la Mónada o del Espíritu porque no hay palabras, porque esto ya la mente no está preparada todavía para poder registrar los hechos monádicos o espirituales de trascendencia. Registramos hechos actuales que están a nivel de nuestra conciencia actual en evolución, el lugar que ocupamos en la escalera de Jacob, digamos, de la Jerarquía; allí tenemos nosotros un punto de conciencia iluminada y es la luz que podemos ver, no podemos pasar de ahí. Y cada cual ve su propia luz, no ve la luz de otro ni nada, ve su propia luz, y registra la luz que está en aquel nivel en el cual tiene un sentido de percepción que puede ser registrado por el cerebro, y al mismo tiempo cualificar una emoción suave, y tiene que ser siempre una sensación de integridad; de integridad y de conciencia, date cuenta que estás en el...    que eres tú.

 Interlocutor.— Lo que registra allá es conciencia... no es algo allá que es el yo,... no, no, hay una conciencia

Vicente.— Es conciencia.

 

(Comentarios sobre  cómo está sentada alguna de las asistentes, por alguna incomodidad. No se entiende claramente).

Interlocutor.— Es muy importante. Oye, cómo te llamas.

Interlocutor.—Paco.

Interlocutor.—Es muy importante que hayas visto estas cosas, que hayas experimentado estas sensaciones, tuyas, y te ha contestado bien... (sonido defectuoso)... pero yo quería decir una cosa, que, quizás, tú mismo la puedas también experimentar y  todos los que estamos aquí, fíjate bien, lo que has dicho... es muy importante el colorido que forma la luz que ves, entonces, por el colorido tu deduces el estado en que tú te encuentras en aquel momento.

Interlocutor Pero es que yo... los colores pasan a montones

 Interlocutor.— No, deja los colores. Si es correctamente cuando se produce la luz, ten presente que el colorido va de abajo a arriba, siempre, toda la vida, todos los colores, de lo más pesado a lo más sutil, ¿comprendes? ¿está bien dicho esto?

Vicente.— Sí, sí, sí.

Interlocutor.— Cada vez el color se va haciendo más claro, más tenue, más claro, como un sol que deslumbra, yo al menos de esta forma lo he experimentado. O sea, que cuanto más abajo estés más sucio será el color, y cuando vas subiendo, elevando, cada vez es más brillante, más fulgente.

Interlocutor.— Y de otro color.

Interlocutor.— Y de otro color, sí, sí. Por regla general, y tú lo comprobarás, aparece, lo primero que aparece es un verdoso, como amarillento, después se transforma en gris, sucio, y se va aclarando. Después de estos colores se mete el negro, va apareciendo entre esas dos mezclas. He dicho verde, gris, y el negro, y algo se mezcla el rojo un poco, ya, hasta que sale eso mismo que tú has dicho: el amarillo, pero no amarillo fuerte...no, no, no, es un amarillo apagado, no tiene brillo, va subiendo y aparece entonces claro, hasta que remontas, si se puede decir así, hasta el electrónico, y en esa forma es cuando puedes deducir el estado en que tú estás, que no siempre lo verás igual, ¿eh? ¿Has comprendido ahora? A veces sí, otras... Pero no hagas caso de esto, no te sirve para nada.

 Interlocutor.— Ah!, no, yo lo que trato es de fusionarme dentro de eso, porque parece que esto me venga para mí y entonces me da la impresión de dejarme ir, de dejarme dentro, en un agujerito...

 Interlocutor.— Aunque te bañes en toda la luz que quieras, acuérdate de esto, no te sirve para nada.

 Interlocutor.— Yo digo lo que me pasa, yo no sé nada.

 Interlocutor.— Yo te he dicho lo que me ha pasado a mí ¿eh?

 Interlocutor.— Vale, vale.

 Vicente.— Tienes piel de gallina..., ¿quieres mi americana?

Interlocutor.— Yo no tengo frío y usted tendrá frío ahora.

 Interlocutor.— Prosigue, prosigue, todo esto no sirve para nada.

 Interlocutor.—  Te digo que no sirve para nada porque hay que vivirlo al momento. El pasado ya no sirve, ¿me has comprendido? Si de momento te ha servido esta medicina por un impacto que pueda hacer a la mente, te ha servido para algo, pero ya, para que lo recuerdes después, no te sirve para nada, fíjate bien cómo te hablo. Y por esto, ciertas cosas haciéndolas conscientes, no dormida ni roncando, puedes sacar muchos provechos de estas cosas.

Leonor.— Estando alerta.

Interlocutor.— Estando alerta, sí, y vivir siempre el momento, el presente, el pasado ya no te interesa, ni el futuro.

 Interlocutor.— No, no, si es un eterno presente.

 Interlocutor.— No, si es que hay muchas personas: “yo veo luz”  y bueno, y qué. Esto es verdad, las cosas como sean... no sirve para nada. Ni más inteligente, ni más humilde, ni nada, no te sirve para nada. Hay que estar alerta siempre para que te sirva para algo. Es lo único que interesa, ser consciente. Y si has pecado, que has pecado una chispita, algún desliz que tenemos, corrige al momento preciso eso para no volver a sacar otra vez lo mismo, para sacar provecho de algo; pero si no es así, aunque seamos santos en aquel momento, no sirve para nada. Estas son las conclusiones que yo he sacado para mí, ¿eh?, eso no quiere decir que para otra persona no saque las mismas. Puede sacar los mismos conceptos, pero como todo está generalizado.

 Leonor.— Ahora que esto es la verdad, lo que hoy pasa ya no te tiene que importar mañana. Lo pasado, pasado.

Interlocutor.— Exactamente, en la vida... entonces si tu quieres vivir la vida tienes que estar atento a cada instante que sucede, porque si no, no vivirás la vida. Claro, si no... (Comentarios sobre la sesión, se hace tarde)... yo fui, yo dejé de ser, yo hice... Una consecuencia que es muy importante, para todos ¿eh?, es la predisposición. Eso es importantísimo, que muchas veces hablamos, decimos, queremos, anhelamos, deseamos proyectarnos, pero no hay interiormente la predisposición para eso.

 Vicente.— Cuando una persona está en un cierto nivel, se le presenta la opción a decidir entre los pares de opuestos. Los pares de opuestos es el mundo de los hombres y el mundo de Dios. No se puede pactar a un mismo tiempo con Dios y con el César; es decir, que con el bien y con el mal no se puede pactar, pero la mayoría tienen miedo porque no saben que hay la solución real que es el camino del centro. Es decir, que cuando estás en el peligro de la decisión estás fluctuando entre el bien y el mal, porque cuando llegas al bien, el bien te ofrece solamente una perspectiva desconocida y la muerte causa la misma sensación de una perspectiva indefinible, que por no poder ser definida se transforma en temor. El hombre tiene temor a todo aquello que no puede descubrir de inmediato; ya, desde los tiempos prehistóricos, el temor a los elementos ha condicionado la vida de los pueblos, cuando existe un pavor social como el que estamos viviendo, existe el temor al mañana, porque todo el mundo estamos inmersos en el temor de lo que pasará mañana, lo que pasará pasado mañana, porque tal y como están las cosas tiene que pasar algo y el hombre teme lo que va  a pasar, y no estamos en el centro del equilibrio, y todo lo que pasa es en bien del ser humano, sea lo que sea. Entonces, cuando estás en el conflicto de decidir entre el par de opuestos, el de la luz y las tinieblas, y las tinieblas siempre son el símbolo de la atracción de ciertas cosas del mundo, como estamos creados con la sustancia del mundo participamos del mundo, y como tenemos sustancia de Dios participamos así mismo de la esencia de Dios y cuando el alma llega a registrar que forma  parte del mundo y al propio tiempo tiene la aspiración de Dios, es cuando surge el conflicto, y entonces el conflicto se traduce en sensación de miedo, de soledad, de angustia, hasta de desesperación, porque nadie externo te da la clave, e interiormente el cielo aparece como algo espantoso. Tampoco te da una solución, entonces, el silencio tampoco te dice nada porque tampoco lo registras. En este caso, y lo que hay que hacer siempre es tratar de afrontar la realidad del hecho, atención a lo más inmediato, a todo cuanto ocurre a tu alrededor le prestas una atención formidable, tienes que escaparte del ruido de ti mismo que es el que te impide dar la solución a tu problema. Si estás en un lugar y tú estás enfocado en el problema que estás considerando y no el problema propio, entonces, tiene que haber algún tipo de solución, porque la atención siempre marca el punto exacto en donde estás situado, te demuestra toda la formulación psicológica de la vida a través de ti, lo cual es un símbolo de solución y, si estás proyectado hacia cuanto ocurre a tu alrededor, y esto es el yoga más difícil, te das cuenta que la sensación de angustia se va desvaneciendo, la estás triturando, estás, digamos, desalojando de tu ser, ¿por qué?, porque tu ser está en lo inmediato y no en el valor del pasado trascendido que es el que te está atrayendo, ¿te das cuenta? Y entonces también viene, por otra parte, que a medida que vas intuyendo la realidad a través de estos momentos de atención hacia lo que está delante de ti, inmediato, te das cuenta cómo una voz de dentro te está llamando, porque realmente como hemos pasado toda nuestra vida en forma inatenta, no hemos considerado los hechos psicológicos que ocurren a nuestro alrededor. ¿Nos hemos autoconsiderado psicológicamente nosotros? Aquí hay que ver todo el proceso. Si hubiéramos sido atentos al proceso que desenvuelve la naturaleza, con todos sus estratos, o la sociedad con todos sus estamentos, y hubiéramos tratado de inquirir la finalidad de todo cuanto nos rodea, entonces, en nuestra mente y en nuestro corazón no tendría lugar la duda, no puede existir la duda donde hay atención formidable. Es decir, que prueba tú de tener atención y no me digáis que esto se va a convertir en rutina, porque de la misma manera que estáis aprendiendo algo y al principio hay un esfuerzo tremendo de atención, hasta que se convierte en automático, la atención hacia los hechos, hacia la observación serena de cuanto existe a vuestro alrededor, en circunstancias, en hechos, en personas, en estados de conciencia, se va desvaneciendo la duda, el temor desaparece, ¿por qué?, porque estás enfrentando constantemente los hechos y, como que el hecho que estás considerando forma parte de tu problema, al resolver el hecho inmediato estás quitando parte del problema psicológico, lo estás desvaneciendo, estás casi, casi, evaporándote, hasta que llega un momento en que viene el paso decisivo que te conduce a la luz. Pero, fijaos bien, que la mayoría de personas cuando se encuentran en un conflicto dual de valores, buscan siempre quitarse algo. Es como el enfermo; el enfermo no tiene que hacer más que equilibrar su cuerpo, no tratar de luchar contra la enfermedad, porque la enfermedad es parte de ti mismo, y si tu estás en paz contigo mismo no puede haber enfermedad. En psicología hay la enfermedad psicológica, hay la duda, el temor, la angustia, la desesperación, el trauma, el complejo, todo cuanto está ahora a la orden del día forma parte de lo que estás viendo constantemente, pero tú estás enfocado allí; naturalmente, como aquello forma parte de tu pasado, porque no estás orientado hacia el presente, aquello se asienta delante de ti, como un recuerdo vivo de lo que tienes que hacer. De la misma manera que la fiebre registra un estado de angustia del cuerpo, si no existiese la fiebre, ¿cómo sabéis que funciona? Hay estados que parece que estás bien y hay la fiebre. Pues la duda, el miedo, la desesperación, el temor, el odio, indican la fiebre que pasa por tu ser psicológico. Y aquí está ya la decisión, que es de estar atento; así que no es difícil, difícil es orientarte constantemente hacia lo que pasa, aquí es fácil tener un poco de atención, digamos, ¿por qué?, porque es algo que te gusta, algo que te atrae a tu ser, y ves algo de solución para tu problema, pero saldrás después de aquí y llegarás a ver otras personas que a lo mejor no tienen la atención... Primero, porque al dar atención a una cosa, y la atención llega a ser muy profunda, tú y aquella cosa, ya, dejáis de estar antagónicas. Hay personas que no las comprendemos porque nos son antipáticas, pero si tratamos de ser amables con ellas veremos que no son antipáticas aquellas personas, sino que ha sido una figuración de nuestra mente. Pienso: “aquella no persona me gusta”, ¿por qué?, porque es una impresión de aquel momento y te ha dicho que esa persona no me gusta, y has hecho un juicio y este juicio te ha condenado; ¿por qué?, porque cuando tú vas en un proceso de atención tratando de comprender al propio tiempo el problema de tu ser inmediato, el prójimo, en la familia, en el trabajo, en la comunidad, te das cuenta del valor que tiene la efectividad que tiene esta atención. Por ejemplo, tratad de resolver el problema de un ser humano cualquiera, y resuelve el tuyo, porque tú y él formáis parte de un contexto mundial de problemas que existen, pero nunca tratamos de tratar de salir en busca del problema del otro, sino que estamos tan prendidos del propio problema que, realmente, estamos creando un vórtice de energía,  un cáncer dentro de la psicología, que tarde o temprano nos impide buscar una recta solución, y esto si no crea un trauma dentro de nosotros que nos marque para siempre. Ahora bien, en el caso místico, la gran mística nos ofrece el símbolo de la persona que debe decidir algo profundo, algo que ya no pertenece al mundo psicológico corriente, sino que pertenece a niveles o estratos del alma. Cuando el alma ve que el vehículo que utiliza para manifestarse está en ciertas condiciones para recibir su paz, su integridad, su luz, su inteligencia, su amor infinito, entonces es cuando empieza a mortificarle con su influencia; mortificarle en un sentido desde abajo, se siente mortificado porque estando prendido de la ley que impera en los miembros, como dice San Pablo, ve que aquel le habla de otra cosa para la cual no está preparado y, claro, entonces viene la lucha. O bien te orientas definidamente hacia allí, a ver lo que pasa, o bien cedes a aquello. No puede, como decía san Juan, no pueden haber hombres tibios: o frío o caliente. La frialdad no es para los hombres espirituales o la cosa tibia, esta cosa amorfa, ¿eh?, esta persona que no es ni una cosa ni otra. No es ni frío completamente ni es completamente ardiente, en el sentido de la palabra en términos espirituales, no es ni del mundo, ni es tampoco de la parte de Dios, y aquí debe realizar la alquimia que debe convertir al hombre en un ser que sea capaz de vivir en el mundo sin ser del mundo, aquí está la problemática de todos los tiempos, más cuando estamos buscando a Dios, que es la parte más importante de nuestra naturaleza. La atención acompañada de ejercicios, por ejemplo, de respiración, de dejar la mente en silencio, ayuda también a soportar ese estado, pero lo principal es la conducta diaria; lo que digo siempre, porque la meditación ocupa diez minutos, veinte minutos, en nuestros momentos, nos quitan, nos roban, tenemos que robarlo de actividades sociales que nos obliga la vida, la vida que nos rodea, y tenemos que decir, diez minutos, veinte, lo que podamos, pero aquello es solamente un anticipo de la gran verdad que se está completamente analizando, desde el momento en que tienes que estar enfrentando un hecho y el hecho es lo que te desafía la circunstancia. Debes presentarte ante cualquier persona, debes realizar un trabajo para el cual tú te sientes incapacitado y te ejerce temor, y para el cual no estás mentalizado, también es un momento de angustia, y estos momentos de angustia los hemos pasado todos porque todos hemos tenido que enfrentar un hecho para el cual nos hemos creído incapacitados. No estamos mentalizados para la vida espiritual, como tampoco hemos estado mentalizados para una vida social correcta, porque, al fin y al cabo, lo mismo es una cosa que otra porque una persona que obre correctamente en sociedad tiene que buscar valores espirituales profundos. Entonces, para mí, yo siempre digo, la persona que se encuentra en conflicto es que está en un momento de evolución muy bueno, porque si no, no se presenta la lucha. El caso de la tentación; lo que decimos tentación en religión es la persona que está escapándose del demonio, esto es simbólico ¿eh?, yo no creo en el demonio, ya lo he dicho muchas veces, pero hablamos en sentido metafórico. La persona que se escapa del demonio es la que es tentada, la que está de acuerdo con el demonio no tiene tentación alguna, entonces el que tiene tentaciones es que está en buen camino, porque la peor tentación es no tener tentaciones, ¿os dais cuenta?; luego, si tu registras un estado de angustia es que estás en el buen camino... (Corte de sonido)... en seres auténticamente sociales. Sed buenos ciudadanos, ya no ser buenos esotéricos, ni místicos, sino simplemente personas que tratan de reconocerse, de quererse, de amarse, de sacrificarse los unos por los otros. Ya estamos interpretando la octava sinfonía esta del culto de la naturaleza, porque estamos viviendo de acuerdo con la ley y no de acuerdo con las propias satisfacciones, porque todos tenemos satisfacciones, inmediatas, producidas por el pasado, por un estado de ánimo, y esto, primero, para nosotros, esto es antes que el Reino de Dios y por eso se dicen las palabras sacramentales: “Buscad primero el Reino de Dios y, después, vendrá lo demás por añadidura”. Y eso se aplica a todo el sistema de yoga, porque primero buscamos un sistema de yoga y después buscamos a Dios, en tanto que si buscamos a Dios a través de la conducta, Él, hablando siempre en sentido muy universal, nos dice: “este es el yoga que te pertenece”. O cuando hablamos de pranayama, de respiración, estamos educando un sistema de respiración para llegar más fácilmente a Dios, pero, ¿sabemos si aquella respiración es la nuestra?, ¿sabemos si debemos escoger un hábito, por ejemplo, de respiración, normal, planetario, o solar o lunar o, digamos, zodiacal, que nos corresponde? No sabemos nada. Él, Dios, sí que lo sabe, por lo tanto, en vez de buscar una respiración para llegar a Dios, buscar a Dios y que Él elija nuestra respiración. Así que, si un día respiráis de una manera, es que Dios respira a través de ti, no te preocupes, pero nos levantamos tratando de buscar unas reglas respiratorias determinadas, y ¿por qué?, porque nuestra sociedad está mecanizada, simplemente, y hemos llegado a un estado en el cual queremos que Dios nos diga: tú debes respirar esto, de esta manera y con este ritmo, no es que te lo diga con palabras, lo sientes por dentro, ¿eh? No es que lo sientas, es que estás respirando de una manera distinta; también estamos condicionados por ciertos tipos de rayo. Y, ¿qué pasa con la alimentación? Ahora todo el mundo quiere ser naturista, y cuando este te diga: hay que empezar por aquí, empieza por aquí, pero ¿qué es empezar con el naturismo si nos es desconocido y serás un pelele de la sociedad? Si solamente pensarás en el estómago... y que le voy a dar. Te encontrarás mejor físicamente, pero ausente completamente de aquello. ¿Os dais cuenta cómo la matemática celeste es la que debe regir nuestros pasos? Y, claro, leemos la Biblia, leemos el contexto de los libros sagrados y olvidamos lo más importante, aquel que dice, por ejemplo, “buscad primero aquello y lo demás vendrá por añadidura”, por añadidura a la búsqueda, porque hay muchos iniciados que no llevan una vida naturista y son plenamente iniciados y trabajan por la Jerarquía. Hay quien respira de una manera... “oh! este respira de una manera”... está respirando de acuerdo con el sonido que le ha dado la Jerarquía, está hablando de acuerdo con la Jerarquía, está haciendo todo de acuerdo con la Jerarquía y no podemos juzgar al Iniciado como juzgamos al común de los hombres, porque se escapa a todas las leyes conocidas, está por encima de los astros, está por encima de todo; por lo tanto es como tratar de diseñar el vuelo de un pájaro, es imposible, o el aire, a ver qué pasa con el aire, sentimos pero ¿podemos coger el aire y clasificarlo? O, clasificad un color de la naturaleza, a ver si podéis definirlo, como decía Ricardo. No se pueden definir ciertos estados, pero podemos sentir la impresión de algo que debemos hacer y eso todo el mundo lo sabe, pero no lo hacemos, todo el mundo siente la voz de Dios constantemente, pero... hoy, sí, a ver mañana, mañana, a ver, sí, mañana, y se va aplazando el tiempo y, cuando estamos cansados decimos, bueno, bueno, a la otra reencarnación. Entonces, ya posponemos y ya no es el aquí y vamos a la otra vida y así proyectamos toda nuestra insuficiencia, la indiferencia con los demás y todo el sistema caduco de valores para dentro de mil años, dos mil años, sí, sí, porque después reencarnaremos y lo arreglaremos, es la confesión que hacemos.

 Interlocutor.—...con el pranayama equivocado se han cometido muchos disparates...

Vicente.— ¡Ah! sí, ahora mismo,...  lo estoy viendo, hay personas que dicen: educa esta especie de respiración y vas a ver cómo tú te vas a ir al plano astral, dando al plano astral una significación como si todo el mundo estuviese capacitado para ir al plano astral y ser consciente o autoconsciente en el plano astral. Dejar que la naturaleza cumpla su misión, tú entrégate y lo que venga pues acéptalo y nada más.

 Interlocutor.— La gente quiere poderes, poderes.

Vicente.— Sí, sí. La mayoría de cartas que recibo es para que enseñe a descubrir poderes. Créame, que lo diga Leonor, o que le cure una enfermedad, pero nunca me piden ¿qué puedo hacer para los demás?...  

 


CONFERENCIA VICENTE BELTRAN ANGLADA

Barcelona 
22
-Junio-1975

Conferencia digitalizada por el Grupo de Trascripción de Conferencias (G.T.C.)
28-Abril-2007

Editada por el Centro de Estudios VBA (en curso)
23-Mayo-2007

Anterior | Hogar