CONFERENCIA
 

VICENTE BELTRAN ANGLADA

 

[edición en curso]
 


 
 

Conversaciones Esotéricas 

La Ley del Karma.

Barcelona, 8 Octubre del 1.977
 

"LA VERDAD HA DE PRESENTARSE DE TAL MANERA, QUE CONVENZA SIN ATAR Y QUE ATRAIGA AUN SIN CONVENCER. ESTO SOLO PUEDE REALIZARLO EL LENGUAJE DEL CORAZON".

-VBA: Introducción al Agni Yoga, p. 49
 


Conversaciones Esotéricas

La Ley del Karma.


Barcelona, 8_Octubre_1977. —Conversaciones Esotéricas: La Ley del Karma. El Karma y el Destino son la misma cosa. Karma y Gravedad. El Karma y nuestra Ubicación. La Redención de la Substancia. ¿Cómo y de que manera nos podemos liberar del Karma? Sobre la Pérdida de Peso y el Cuerpo Astral. La Conquista de las Dimensiones y la Ley de Gravedad. La Atención al proceso y el Espacio conquistado. La Influencia de las Estrellas y la Voluntad. Analogía Krishna y Arjuna. La Humildad y la Sencillez del Individuo dentro del Mecanismo Cósmico. El Misterio de la Ascensión. Seguridad y Gravitación. El Misterio de la Luz. La Velocidad del Movimiento. El Iniciado vive más rápidamente en el Eterno Ahora.


Vicente.— Ustedes recordarán que en nuestra conversación del pasado mes nos referimos, concretamente, a los espacios intermoleculares que existen en toda materia organizada, y aún dentro de todos los planos de la naturaleza y entre los reinos. Todo cuanto existe en la naturaleza posee este espacio intermolecular, un espacio intermolecular que da lugar a aquello que psicológicamente describimos como Ley de Inseguridad. El ser humano por su tendencia gravitatoria, si puedo emplear esta expresión, está constantemente buscando seguridades, y me pregunto si hay alguna seguridad espiritual para el ser humano, habida cuenta que místicamente la inseguridad rige la vida espiritual. Entonces, el concepto dinámico de la vida impuesto por la tradición y por los últimos acontecimientos, constituyendo un núcleo de poder enaltecedor de la conciencia, está actuando en virtud de los espacios intermoleculares, y sirve de vehículo a aquella ley gravitatoria que permite la expresión de los mundos. 

 Quisiera hoy conversar con ustedes sobre un tema, a mi entender  apasionante, que está en la base de toda formulación, de toda interrogante, y que una vez comprendido este punto podemos decir que el individuo se ha encontrado realmente a sí mismo y puede ascender por las alturas misteriosas de la iniciación, me refiero concretamente a la Ley de Karma. Todos estamos sujetos a karma, pero el sentido que tenemos de karma es, a mi entender, de un tipo meramente analítico, hipotético, pero, ¿qué sabemos realmente del karma? El karma y el destino son la misma cosa. Sabemos que el hombre forma parte de su destino y que el destino forma parte del hombre, y la pregunta inmediata es: ¿qué papel juega realmente el individuo ante esta ley gravitatoria de karma? Al hablar de karma en un sentido realmente científico, tal como debe ser en nuestra nueva era de grandes avances técnicos, es (necesario) el considerar en toda su expresión esotérica la ley de gravedad, esta ley que Newton enjuició de esta manera empírica de que los cuerpos se atraen en virtud de la densidad de sus masas y en una relación inversa al cuadrado de la distancia. Significa que todo el proceso manifestado de la vida obedece únicamente a la ley de gravedad, siendo la gravedad el principio expresivo del Universo, y aunque un planeta, un sistema planetario, un sistema solar, o la totalidad de una galaxia, contenga mundos siderales, mundos etéricos, no significa esta particularidad el que sobre estas masas siderales de tipo etérico no tengan también su propia gravedad.  Todo cuanto vemos es una expresión del karma y todo cuanto vemos es una expresión de la ley de gravedad, y para enjuiciar la ley de gravedad en su verdadera dimensión hay que remontarse al principio del Universo y, naturalmente, se nos puede tachar de soñadores de mente nebulosa, o quizá demasiado mística, cuando empezamos locuciones de tipo cósmico, tal como debe ser en el sentido del estudio esotérico. Entonces, más que un misticismo acendrado, o más que una potencialidad dinámica de la acción, (lo importante) es el reconocimiento de ciertas verdades y es la consideración de si el karma es realmente un destino inapelable, implacable, sujeto a la acción e interacción de los astros en movimiento, tal como nos dice la astrología, o bien será la expresión libre de un ser cuya voluntad está más allá y por encima de las estrellas. Entonces, al preguntarse las causas de la ley de gravedad empezamos a preocuparnos ya por aquellas causas que contienen una tremenda voluntad dinámica, que contiene el poder aglutinante de los éteres para producir un universo. Se nos dice esotéricamente que existe un espacio cósmico que contiene una entidad, o mejor dicho, que el espacio es una entidad, y aparentemente al decir que el espacio que nos envuelve es una entidad, si no analizamos científicamente esta palabra puede conducirnos a muchos errores.  Tengan en cuenta que la ley universal es la de que un universo mayor contiene a otro menor; existen el continente y el contenido, existe el poder aglutinante, el que crea una galaxia, empezando por la nebulosa, y existe el principio de la concepción en un ser humano, que es la misma cosa. En todo caso, dense cuenta de la particularidad de que no existe el acaso o el destino ciego o algo que pasa sin que intervenga la voluntad libre del hombre, y cuando hablo de la voluntad libre del hombre me refiero al poder que tiene el hombre sobre su propio destino, por cuanto, en su esencia, el hombre es el creador absoluto de su propio destino. ¿Cómo y de qué manera se puede establecer la base esotérica de esta afirmación? Ustedes deben considerar algo muy importante, por bello que sea el universo estrellado que podemos contemplar durante la noche, cuando todo son fulgores de luz en el cosmos que podemos localizar con nuestra percepción física, hay que darse cuenta automáticamente de que todo aquello es karma en expresión, que todo es un punto gravitatorio, o una serie de puntos gravitatorios, sobre los cuales la vida extiende su manto y procura vehículos para el ser manifestado. Cuando el alma quiere manifestarse, cuando el Logos quiere crear un universo, el proceso es idéntico. Existe ante todo una proyección de la voluntad monádica –la del Logos y la del ser humano– sobre un punto determinado del espacio, un punto previamente elegido como campo de experimentación, un punto sideral donde convergen todas las fuerzas del cosmos, y muy particularmente ciertas constelaciones y ciertos planetas.  Una vez el campo ha sido elegido, lo que podemos decir es la concepción de lo que será un vehículo, lo que será la expresión kármica del hombre, surge el aspecto, digamos, constructivo, que es el que trae el karma a la existencia. El karma es algo aparte del ser, es algo que proyecta voluntad, puede hacerlo, porque comparando el karma con el ser, es tan tremenda la distancia en tiempo y espacio que nuestra mente no puede llegar a analizarlo en su totalidad; solamente fragmentos de la historia del Cosmos pueden llegar a nuestras débiles mentes. Pero, si ustedes leen atentamente el Bhagavad-Gita, con la leyenda maravillosa de Krishna y Arjuna se darán cuenta dónde ustedes pueden situar el karma, teniendo en cuenta que Krishna es el Ser por excelencia y Arjuna es el pequeño fragmento que contiene el karma en su corazón. Entonces, ¿qué es lo que realmente encarna o reencarna o se manifiesta a través del espacio? Es aquella partícula que llamamos “Arjuna”, el Arjuna cósmico, el Arjuna humano y el Arjuna atómico, si ustedes me permiten esta expresión, porque estamos tratando con la ley hermética de analogía, que nos dice constantemente que “igual es arriba que abajo e igual es abajo que arriba”.  Entonces, la leyenda misteriosa de Krishna y Arjuna, simbolizada en aquella frase esotérica por excelencia que dice que “después de llenar el Universo con un pequeño fragmento de mí mismo, Yo persisto en la totalidad de mi Ser”. Dense cuenta que el karma es el producto del pasado; el pasado ata, pesa en la conciencia, por glorioso que haya sido, y la tendencia que tiene la persona de ir hacia el pasado es robustecer los lazos del karma, es crear puntos de tensión constantes, o puntos de gravitación dentro de su propio ser que le obligan a encadenarse a un centro determinado dentro de sí sujeto a gravitación. Dense cuenta, también, cuando se nos habla del misterio de la ascensión, la diferencia que existe entre el poder que se eleva porque está sujeto a una potestad o a una gravedad superior, tal como el hombre está así constituido, o cuando se siente arrastrado al abismo gravitatorio del karma. El karma es, ante todo, el producto de una voluntad libre de tiempo y de espacio, con la capacidad que tiene de elegir un espacio adecuado para un determinado tipo de experiencia. Y ese tipo de experiencia la estamos representando todos en este momento como lo representamos en el pasado, ha cambiado únicamente el papel, el ser es el mismo. Somos los actores y al mismo tiempo una capacidad infinita de observación de lo que está haciendo el actor. Estamos tratando, monopolizando ideas que aparentemente no tienen sentido, pero dense cuenta de que solamente la densidad es lo que puede crear karma, y la densidad, si la analizamos desde un punto de vista eminentemente científico, o quizá dentro de la ciencia química, es una compresión del éter para crear un vórtice de energía gravitatoria que pueda atraer con su poder el karma preciso para vitalizar aquella existencia. Ustedes pueden decir también, ¿qué pasa con el karma?, ¿estaremos libres del karma algún día?, ¿Arjuna podrá reconstituirse en la totalidad  de Krishna?, y, en todo caso, ¿qué pasará cuando Krishna y Arjuna sean la misma cosa, cuando la gota y el mar sean de idéntica procedencia y no exista diferencia en tiempo y espacio entre el Yo y sus infinitas creaciones? A través del tiempo y siguiendo un proceso de memorización de infinitos recuerdos se van perpetuando los universos. Un universo siempre es el recuerdo que posee un Logos de su experiencia anterior más la proyección del Ser, siempre hacia delante, buscando nuevas aventuras cósmicas. Y para el individuo –estamos considerando psicológicamente el individuo– reza el mismo axioma, estamos siendo proyectados hacia adelante por esta ley infinita de la expansión vital o aspiración superior, o técnicamente descrita como la ley centrífuga de la existencia en oposición –si podemos utilizar este término y ser debidamente comprendidos– a la fuerza centrípeta o a la fuerza gravitatoria que da vida al movimiento de rotación. Rotación es vida, rotación es karma en actividad, y podemos decir que la Luna está muerta porque carece de rotación, carece de impulso vital, no tiene gravitación, se siente llevada por la Tierra, es un astro muerto, y se nos dice que no hay que considerar a la Luna en nuestros estudios esotéricos, hay que considerar algo que pasó, no podemos vivir de recuerdos, hay que seguir adelante. Y el día que comprendamos que la gravedad planetaria (está) constituida por la gravedad kármica de todos y de cada uno de los seres humanos y de todo el contenido de la naturaleza, se creará una fuerza que destruirá la Luna, y hará que muchas de las enfermedades hoy día que afligen al ser humano desaparezcan por completo, porque la enfermedad es gravedad, es karma. Si pudiésemos elevarnos al espacio intermolecular, allí donde dos espacios están en equilibrio, o dos fuerzas utilizan el espacio para equilibrarse, y pudiéramos situar allí un ser humano con cualquier tipo de dolencia, asistiremos al proceso de su cura, porque la curación pertenece a la agravitación, no solamente la agravitación física tal como la conocemos, que es la que experimentan los astronautas cuando pasan la barrera en donde existe la gravedad de la Tierra y de la Luna en equilibrio, sino aquella gravedad que existe en todos los planos de la naturaleza, entendiendo que cada plano tiene su propio karma, su propia gravedad, su propia fuerza gravitatoria que genera la fuerza centrípeta de la naturaleza y al movimiento de traslación que va hacia las más elevadas esferas. 

 Esto es, en principio, lo que podemos conceptuar como karma desde un punto de vista eminentemente científico. Entonces, cuando decimos que el karma me condiciona hasta el punto en que mi pequeño yo no  puede reaccionar porque se siente avasallado por esa tremenda fuerza gravitatoria que nos obliga a dirigirnos al centro místico de cada plano para hallar nuestra propia condensación o nuestra propia expresión kármica, es una verdad. Pero, hay que señalar también, habida cuenta de que el karma de cada uno de nosotros está preparado por nuestro propio ser en ciertas alturas inaccesible de razón y entendimiento, como puede ser el caso de la Mónada espiritual, en el plano monádico, habida cuenta de que el ser humano en la actualidad -en un caso muy feliz- puede llegar a bordear solamente las alturas del plano mental, cuando existen tantos planos con cada vez menos gravedad, con cada vez menos karma, en donde el éter no está tan oprimido y en donde la fuerza desarrollada por el impulso que proviene de los planos inferiores le presta el calor de la dilatación y hace que se pueda propiciar para cada ser humano en este punto el drama iniciático de la ascensión. Esto es algo esotérico, pero tiene su explicación científica, la podemos hallar en todos los elementos; cada elemento tiene su propio karma, y un grupo de elementos químicos, formando un núcleo cualquiera, está creando un karma de actividad, ustedes preguntarán, ¿cuál es la fuerza que está más allá de esto?, tendría quizá que hablarles de estas fuerzas que están más allá de nuestro conocimiento actual, que algunos llaman ángeles y otros devas, es igual, pero que están dentro del contexto kármico, (y) que son las fuerzas que configuran precisamente las cualidades típicas de cualquier karma humano; pero, consideramos el asunto en un aspecto muy limitado, y fíjense bien, cuando se dice por ejemplo que tenemos luz, -y también lo decimos enfáticamente, porque la ciencia nos lo ha enseñado-, porque es el resultado del choque o fricción entre dos fuerzas distintas, podemos decir que aquí se está empezando a errar, de esta manera no se puede comprender el significado de la luz ni las causas de la electricidad, que todavía constituyen un misterio para la ciencia, ¿por qué no considerar esta fuerza intermolecular que produce luz como el resultado no de una reacción sino de un equilibrio y empezar a trabajar analizando cuál es la causa que produce este equilibrio? Y no basta decir que estamos sujetos a gravedad, habrá que decir también qué es lo que produce la gravedad, qué es lo que hay detrás de la gravedad, del movimiento de rotación y de traslación de cualquier átomo del firmamento. Cuando la ciencia, que emplea hoy día términos tan conocidos como fuerza, energía y movimiento, empiece a trabajar con la causa que origina el proceso, que vea cómo se produce el pensamiento humano y qué es lo que produce la gravedad del pensamiento que fatalmente le obliga a cierto centro definido dentro del ser, produciendo aquello que llamamos la capacidad de pensar, y cuando presentamos el asunto desde el ángulo emocional, y cuando comprobamos la pesadez de las emociones, la intensidad de las mismas, pero sin control definido, estamos viendo un centro de gravedad que nos arrastra inexorablemente hacia aquél centro gravitatorio, o cuando el cuerpo físico carece de salud, o tenemos un aura etérica tan potente que hace palidecer la fuerza del entendimiento y la fuerza de la sensibilidad, estamos hablando de ciertas entidades que producen el karma.  Entonces, hemos añadido –dense cuenta– otro factor a lo que estamos diciendo acerca de la ley de gravedad que produce la expresión del Universo. Hablamos primero de un punto de atención, de una entidad, llamemos monádica, que elige el campo, avizora el firmamento, escruta los cielos, como técnicamente se dice, y cuando ha creado o ha avizorado este punto, entonces, su atención queda enfocada allí, automáticamente viene el proceso kármico llevado por entidades psicológicas que conviven con nuestra propia naturaleza humana y psicológica, que son los constructores; primero, del Universo, y en lo que se refiere al ser humano, los vehículos de expresión, y de este punto viene la elección de los materiales. El karma, si ustedes pueden imaginarlo, es un poder tremendamente dinámico porque tiene peso, atrae hacia su centro todo cuanto le es afín, todo cuanto pertenece a la línea de cualidades de su propia naturaleza, está constantemente creando y vigorizando este centro, es la ley de la materia en todos los planos. No olviden que nuestro entero Sistema Solar es físico, es el cuerpo físico de una Entidad cósmica, y si aceleran el ritmo de la mente y profundizan el entendimiento, llegarán a la conclusión, después de lo que hemos dicho en conversaciones anteriores, de que el cuerpo físico de este Logos Cósmico –que es nuestro Sistema Solar– pertenece al 2º Rayo, y que la Entidad que informa, que da vida a este universo, el Dios que conocemos, no conocemos otro, nuestro Dios Solar es la Entidad que procura los materiales –aparte de la Voluntad del Logos– secundado por los grandes Arcángeles del Cosmos. Naturalmente, ustedes dirán que estoy hablando de sueños. Afortunadamente no son sueños, son realidades, y cuando la ciencia investigue la realidad que está en las causas de la electricidad, cuando empiece a reconocer que la luz es un resultado de un equilibrio y no de una reacción, ya empezará a introducirse básicamente en la cuarta y en la quinta dimensión, y entonces toda la programática de la vida y el sentido místico del karma, de la reencarnación y de la muerte, tendrán otro significado. La muerte es la liberación transitoria de la ley de gravedad, de la ley de karma, hay un proceso místico de ascensión cuando se produce el fenómeno de la muerte; pero, dense cuenta también que se libera simplemente de un estado gravitatorio meramente físico, y que debe vencer la inercia o la gravidez de otros planos de la naturaleza en donde tenemos cuerpos construidos, como el cuerpo emocional y el vehículo mental. Pero, ¿qué pasa?, ¿qué se nos dice que existe entre dos encarnaciones cuando hemos dejado el cuerpo? Espero que ustedes comprendan lo que voy a decir y no digan que hablo de misterios, y si les hablo del sentimiento que invade al Alma cuando se da cuenta realmente de que la gravedad lo llena todo y que la liberación es liberación de la gravedad, empezará a ver el karma con otros ojos, no con esos ojos de implacable destino que parece ser está condicionando constantemente nuestra vida espiritual, sino como algo fortuito sin lo cual no se podría producir el misterio de los mundos ni la revelación de los seres. Es una necesidad, y ustedes lo saben, supongo, que esotéricamente se nos habla constantemente de la gran ley necesidad, la ley de necesidad que hace que los Logos creadores y todos los seres humanos tengan que manifestarse cíclicamente para extinguir una pequeña parte de su karma cósmico. Sin darnos cuenta hemos adquirido por ley de herencia, si podemos decirlo así, una parte del karma cósmico, y la única manera de liberarnos del karma cósmico está contenida en esa frase mística de redención de la substancia. ¿Qué hay que entender por redención de la substancia? Redención indica siempre que un espacio intermolecular entre dos fuerzas en movimiento, o entre dos fuerzas gravitatorias se ha extendido, cuando existe más espacio intermolecular que moléculas se produce el misterio de la iniciación y el individuo se capacita para pasar a otro plano. Esto rige para todo el Universo.  Existe también –ustedes lo saben– los Manvántaras y los Pralayas, que significan edades cíclicas de actividad, o bien de reposo, en lo que respecta al ser humano el lugar de reposo se llama esotéricamente el Devachán, en la mística cristiana se define este lugar como el Cielo, más que Cielo es un estado de conciencia; ha encontrado el ser un espacio intermolecular más grande que dos núcleos en oposición que hasta aquí regían, o bien, ha distendido todo su ser por agravitación, o por descompresión y, entonces, el átomo se ha liberado. La liberación, técnicamente descrita de esta manera en forma química, es lo que produce el misterio de la redención. Hablamos de redención de la substancia, y si tienen en cuenta que redención de la substancia y luz son la misma cosa, tendrán un indicio del porqué la bomba atómica ha creado una apertura en los éteres del espacio por donde han empezado a introducirse los viajeros del cosmos. Anteriormente no se hablaba de extraterrestres; no es que vaya a hacer apología de los extraterrestres, para mí continúan siendo una utopía porque soy una persona, a pesar de que hable de la ascendencia cósmica del Universo, que me gusta tocar las cosas. Voy a decir algo, y es que todo sucede de acuerdo con ciertas leyes gravitatorias que se expresan en el Universo, o en nuestro caso en nuestro planeta, se produce un hecho, el karma de la Tierra permite un hecho cósmico que es la liberación de la energía contenida en un átomo, entonces, es lo mismo, la liberación que ha producido la bomba atómica, prescindiendo en estos momentos del empleo horrible que se dio a la bomba atómica, buscando solamente las causas desde un nivel muy elevado, ¡por favor!, no analicemos el asunto desde un ángulo de vista puramente horizontal, tratemos de remontarnos y ver las causas que han producido la bomba atómica, y el porqué hablo de la bomba atómica como de un sistema de liberación de la energía y de redención de la substancia; realmente la resultante es luz, una luz que ciega, una luz que quema, una luz que es una manifestación pequeña del espíritu creador de la Mónada. Es por primera vez que el reino mineral, el reino vegetal, y aún el reino humano, han sufrido en su carne, o en su estructura, el poder de aquella fuerza cósmica que produce la luz. Pero, dense cuenta, que el hecho de que se haya producido la luz ha sido, más que destruyendo el núcleo atómico, operando, sin que el científico se diese cuenta, sobre los espacios intermoleculares entre los protones y los electrones. Aquella fuerza que se ha liberado, y de la cual todavía no tenemos una completa noción, es lo que produce una cierta dispersión de los éteres creando un gran movimiento de descompresión que ha producido el contacto con otros mundos por medio de seres más o menos iluminados. En todo caso, hablamos del karma, y hablamos también del sentido en que el karma se va extendiendo, va progresando, y se va introduciendo en un espacio intermolecular para ser liberado. 

 Bien, cuando dijimos el mes anterior que el individuo está siendo llevado irresistiblemente hacia ciertos centros de gravedad dentro de su ser, y aun dentro del contexto social, nos estamos refiriendo a su resistencia a ser liberado. Buscamos seguridades, ¿verdad?, buscamos karma constantemente, esta es la cuestión, y si buscamos karma tendremos que crear núcleos atómicos apropiados para este karma; no hablemos de las estrellas, ¡por favor!, las estrellas existen porque nosotros hemos nacido en aquel lugar determinado por libre voluntad, por el poder que tiene el Yo superior de ver el fin desde el principio y de crear puntos de tensión iluminada en cualquier lugar del espacio, y en aquel vórtice de energía llevar las simientes del karma que son la experiencia de toda una vida. Ahora bien, la pequeña parte del Alma que reencarna por medio de un sistema gravitatorio de densidad cada vez mayor, está, en un aspecto, condicionado por el ambiente que le rodea y por las circunstancias que constantemente está creando, está sumergido en gravedad, y siempre está anhelante de seguridades, nunca se atreve a desafiar el misterio que existe de su propia soledad, constantemente está huyendo, y cuando inopinadamente se produce este hecho misterioso de la contemplación, el individuo no puede resistir la tendencia, no puede resistir mucho tiempo la contemplación, automáticamente se siente atraído por los centros de gravedad que voluntariamente se ha impuesto y que continúan persistiendo en su conciencia y, entonces, si analizan la sociedad tal como la vemos actualmente, con la gravedad kármica de cada uno, con aquello que llamamos pasión, que es el aspecto objetivo del karma, o con aquello que llamamos reflexión, con aquello que intentamos reproducir de los altos lugares en donde el ser nos envía inspiración, es cuando sobreviene realmente la crisis, la tensión que precede siempre a la iniciación. Hablamos de iniciación. La iniciación es siempre el vencer un núcleo atómico, o la atracción de dos núcleos atómicos, introduciéndose por la fuerza, tal como decía Pablo de Tarso “arrebatando el cielo por la violencia”, (se trata) de penetrar en aquel espacio intermolecular y construir allí su propia morada, (entonces) descansa el karma en la iniciación, descansa el karma en el Devachán, descansa el Alma de las cosas, o la Súper- Alma Universal, en el Gran Pralaya, allí donde existe un equilibrio y Dios reposa del esfuerzo de la creación. Así que cuando en la Biblia se nos habla del reposo del domingo se refiere exactamente a aquél momento en que finalizado un universo, siguiendo la ley de la necesidad, se introduce en esas zonas cósmicas de descanso que no son otra cosa, en gran escala, que una franja en el espacio donde no existe presión gravitatoria. 

 Entonces, vean ustedes, por favor, que todo es lo mismo, nos estamos introduciendo lentamente por la vía científica en los Altos Misterios del Cosmos, y hasta aquí la leyenda de Krishna y Arjuna –considerado como el más elevado testimonio del misticismo oriental– no es más que la revelación objetiva de ciertos movimientos gravitatorios que tienen lugar dentro de nuestro ser y nos condicionan al extremo en que nos podemos ver objetivamente, con un cuadro de necesidades sociales, con una serie de problemas a resolver, y con un destino común que no siempre acabamos de precisar. De ahí el sentido de la lucha. 

 Y se pueden decir tantas cosas, siempre de acuerdo con una ley física y matemática, de acuerdo con el maravilloso movimiento psicológico del ser humano, o de un Dios, en todo caso, que hace que todo cuanto estemos experimentando es karma en acción, y que la gravedad de este karma, la fuerza gravitatoria, me refiero, pertenece al mundo del yo, al mundo de la voluntad, a aquel mundo situado entre fuerzas intermoleculares en donde no existe la atracción de las estrellas. Y cuando se nos dice que el hombre puede gobernar su destino se aplica necesariamente esta verdad a aquel ser humano que ha logrado introducirse en algún ignorado rincón de sí mismo “insujeto” a gravedad, y ahí empieza la gran aventura de la búsqueda. 

 Supongo que extenderemos más estas ideas con sus preguntas.

 Interlocutor.— El karma, ¿se puede sacar?

Vicente.— Naturalmente, si uno se libera de la gravedad. Pero, ¿qué es gravedad?, ¿qué es karma? Uno se siente atado fatalmente a su propio destino, por otro lado este destino aumenta su poder gravitatorio por el afán de seguridades, no nos dirigimos abiertamente a la vida, en forma abierta, aceptando el desafío constante de la vida, sino que enfrentamos la vida sujetos a nuestro karma, a nuestra seguridad, ya sea mental, emocional o física. Si nos dicen, “déjalo todo y sígueme”, ¿qué haremos? Ese es el sentido de la gravedad, son las palabras de Cristo a alguno de sus discípulos: lo que amas mucho, déjalo todo y sígueme. Y ¿quién va a dejarlo todo?: la familia, la tradición, la herencia, el pensamiento, nuestros recuerdos, ¿cómo vamos a dejarlos? Más que buscar otra cosa es tratar de eliminar el sentido de gravedad. La vida nos desafía, ¿por qué no desafiamos nosotros a la vida?, ¿por qué no nos burlamos de las estrellas? ¡Ah!, es difícil, pero es la ley. ¿Cómo vamos a sacudirnos de la ley del karma si todos nuestros actos, pensamientos y emociones contienen peso? Y no podemos remontarnos, claro. El iniciado se caracteriza porque ha eliminado una parte gravitatoria de su propio ser y esto le da la capacidad de ascender; es una imagen pictórica, ¿verdad?, pero, es así. Y cuando hablamos de los planos de la naturaleza, sepan ustedes que cualquier plano contiene esta fuerza inmensa, mejor dicho, entre dos planos existe siempre un centro de equilibrio donde se realiza la iniciación. Y entre el plano físico y el plano astral hay una frontera, una zona de nadie, donde no existe gravitación, es donde el discípulo entrenado recibe la iniciación, la primera. Entre el plano emocional y el plano mental, actuando el plano mental de fuerza positiva y el plano emocional de fuerza negativa, donde se produce un ensanchamiento del éter, se produce una luz. ¿Vamos a ascender hacia arriba buscando estas zonas agravitatorias donde encontrar la maravilla del Cosmos? No es algo que pertenece a Dios, pertenece al ser humano. Dios nos ha impuesto sus leyes y principios, y nos dice las palabras sacramentales “levántate y anda”, y este proceso, precisamente, es lo que caracteriza la vida del iniciado en relación con el ser corriente, sin ningún afán peyorativo, estamos tratando de jerarquía, estamos tratando de gravedad, estamos tratando siempre de enaltecer la conciencia. Pero dense cuenta de que el caso del karma, tal como apunta nuestro buen amigo, es la pregunta que cada cual se debe formular: ¿cómo y de qué manera me puedo librar del karma?, y que se le diga, “pues tienes que perder peso”, y con esto no basta ir a la sauna, seguro, hay que ir a un esfuerzo intelectual, a un esfuerzo emocional y a un enfrentamiento de contacto con la vida sin paliativos, siempre de frente, sin buscar nunca algo donde me pueda sostener, y a esto se le llama la Gran Ley de Inseguridad del Cosmos. Cuando todos renunciamos, cuando dejamos todo, ¿qué es lo que queda?, queda el Ser, ¿verdad?, queda Krishna, Arjuna prácticamente ha desaparecido; quizá Arjuna reaparezca en un nuevo ciclo de actividad, pero está dentro de Krishna, esa es la base, y es dentro de Krishna, si ustedes me lo permiten, donde se realiza la iniciación cósmica, y la iniciación planetaria, y la iniciación de los seres humanos.

 Interlocutor.— ¿Para perder gravedad en el plano astral hay que estar encarnado o también se puede perder gravedad después de muerto? 

Vicente.— Bueno, yo no diría que hay que esperar a que nos muramos para perder peso astral, pero podemos enaltecer las emociones, podemos agregar virtud a nuestros sentimientos. ¿Qué es la emoción? La emoción es el sentido sensible de la vida, es por la emoción, por la sensibilidad, que nos reconocemos como seres humanos, bien mirado, la mente solamente nos da idea de pensamientos, de cosas, de imágenes, solamente cuando la mente está influenciada por un corazón enaltecido es cuando se pierde peso, entonces se abre un equilibrio, el equilibrio que existe entre la mente que piensa y el corazón que siente o, hablando técnicamente, el equilibrio que existe entre el vehículo mental y el cuerpo astral. Pero ¿cómo se puede realizar este equilibrio que produce la luz del entendimiento superior?, y estamos dentro de un centro de equilibrio o de una zona intermolecular, bien, cuando empezamos a ver las cosas en su propia dimensión, lo cual significa que estaremos muy atentos al proceso de cualquier momento de nuestra vida. La vida, como digo, está constantemente desafiándonos, es un reto constante, y cada uno de los retos merece nuestro punto delicado de atención; la misma atención que produjo un día la creación del Universo, utilizamos el mismo poder para un fin noble como es el de enaltecer la substancia en esos cuerpos para crear este movimiento de descompresión que hace perder peso a la substancia, y se produce la redención, también es luz. Entonces, todo el proceso está en ver todo cuanto nos rodea con mucha atención, porque cuando estamos muy atentos –dense cuenta– se hace un silencio imponente en nuestra mente y corazón, y entonces en ese silencio no hay peso, hay… ¿qué es lo que hay?, es un misterio, no se puede decir, es el secreto del que hablábamos el otro día, es un secreto, se presiente, se siente, se vive, pero no hay palabras para expresarlo. ¿O es que podemos expresar el silencio con palabras, o la paz con algún término expresivo? Hay cosas que  no se pueden expresar. Fíjense bien, ¿puedo definir el color?, puedo decir “sí, es azul”, pero, cómo puedo yo expresar este color, solamente podré decir que es azul, nada más; con la paz decimos lo mismo, es azul o es negra, según nuestro estado de conciencia. Pero, realmente, fíjense bien, que la vida como siempre estamos atados a seguridades, miramos la vida siempre en forma oblicua, no de frente, o dicho de otra manera, miramos en plano horizontal, nunca ascendemos por la vertical del entendimiento para ver qué pasa abajo. Como decía un día, si queremos ser conscientes de la tercera dimensión hay que ascender a la cuarta, hay que subir para arriba, y si queremos ser conscientes de la cuarta hay que ascender a la quinta, y así sucesivamente hasta todas las dimensiones que pueda contener un espacio. Dense cuenta también que están ustedes escuchando y yo estoy hablando con un cerebro solamente tridimensional, y estamos tratando de revelar verdades que están en la sexta o séptima dimensión. Es difícil, ¿verdad? Es un desafío que aceptamos.

 Interlocutor.— Y, entonces, ¿qué tenemos que pensar, que cuando el individuo va perdiendo gravedad, va perdiendo peso, entonces se le facilita la ascensión, la expansión para llegar a hacer este contacto que puede llevarle a ver la idea del Logos? Para llegar a ver la idea del Cosmos, y entonces es cuando se entra en la carrera iniciática, podríamos decir. 

Vicente.— Yo diría que más que verla se introduce la idea en su corazón y empieza a actuar de acuerdo con aquella idea, porque lo que conduce a muchos errores es que tenemos una idea del Creador y de la creación, pero esta idea a veces está condicionada por tanta gravedad que su propia envoltura, digamos, impide que penetre en nosotros la fuerza dinámica que produce aquel acto o aquella idea. Mejor dicho, estamos trabajando y elaborando con pensamientos pero no con ideas, la idea siempre tiene la capacidad de convertirse en un número ilimitado de pensamientos, y la idea solamente es una pequeña parte de la iniciación. Y estamos tan apegados a los pensamientos, tenemos tanta gravedad de pensamientos, sujetos a un ritmo gravitatorio tan grande, que nos es difícil paralizar a voluntad la mente. Prueben ustedes a hacerlo, verán ustedes cuán difícil es paralizar la mente a voluntad, porque lleva peso, lleva un movimiento de muchos siglos a través de un eje de rotación o de un centro de gravedad. ¿Y qué haremos entonces? Si se puede decir, por ejemplo, que eligiendo dos pensamientos y extendiéndolos, “descompresionándolos”, por así decirlo, podemos establecer un núcleo intermolecular dentro de la propia naturaleza, y si llega a aquel estado que Krishnamurti define como el vacío creador, sabremos quizás algo de lo que es la idea, entonces, solamente entonces. Y cuando se nos dice que la idea está siendo monopolizada o condicionada por un elemento superior que llamamos el sentimiento de integridad cósmica y que sobre este sentimiento de integridad cósmica actúa todavía un poder más alto que es la voluntad que crea los universos, enviando constantemente a Arjuna en tiempo y espacio para adoptar un cierto tipo de experiencia; fíjense bien que es la experiencia que este Logos, o este ser humano, adquiere en virtud de haber elegido convenientemente un campo de actividad, y en aquel campo de actividad –que es el espacio que tiene entidad– están actuando muchas fuerzas que desconocemos. De ahí la dificultad de la astrología, porque la astrología parte de datos exactos, y un dato exacto se desdice por completo de la ley de inseguridad cósmica. La equivocación o el acierto no dependen de los astros o de la forma en que los tenemos condicionados en un papel o en nuestra mente, sino en la capacidad que tenemos de contemplar las cosas con una atención conectada con un espacio intermolecular de nuestra propia conciencia, entonces vemos las cosas por inspiración directa y sin ninguna clase de error, porque estamos insujetos a la gravedad, estamos insujetos a los conocimientos adquiridos, estamos insujetos a todo, excepto a la voluntad de Dios, que es la que vale para todas estas cosas. 

 Interlocutor.— Quería decir que a parte de la astrología nos basamos en un pasado, porque en un plano de astrología siempre hay unos astros del nacimiento y del pasado, entonces siempre incidimos, si estudiamos aquello, en el pasado, cuando lo que debería valer en realidad es nuestra propia creación, o sea, salir de aquel espacio para crear el verdadero, el de ahora, ni el futuro ni el pasado.

Vicente.—Exacto, ¿y cómo lo haremos?, ¿cómo haremos esto? Bien, aquí está la cuestión. 

Interlocutor.— Pues creo que viviendo y estando atentos a las circunstancias, o sea, siendo espectadores.

Vicente.— Ahora usted ha dicho la verdad. Dense cuenta de que solamente una pequeña parte de nosotros mismos está atenta a cualquier proceso psicológico de nuestra vida.

 

Interlocutor.— Y entonces se produce este espacio que ha dicho usted [VBA: intermolecular], -¡sí señor!-, como la reacción en cadena de la bomba atómica; o sea, se produce este espacio por la reacción en cadena, si no, no podría ser.

Vicente.— Pero, dense cuenta también, que a pesar de todo cuanto decimos de los recuerdos, que la estructura misma de la conciencia está basada en los recuerdos. Usted elimina un sólo recuerdo de su vida y desaparece todo, porque usted no puede destruir a Arjuna, sino que debe educar a Arjuna.

 

Interlocutor.— Sí, porque el plano que usted decía, que para ver el cuarto tenemos que estar en el quinto, resulta que cuando estamos en el quinto aprendemos del quinto por lo que sabemos del cuarto, [VBA: por el recuerdo, ¿verdad?], sí, porque nuestra propia identidad cuando más elevada y más luz tiene es cuando se hace un contacto del recuerdo con el presente.

Vicente.— Bien, de acuerdo. Si nosotros estamos muy atentos a una cuestión, dense cuenta de que se produce un fenómeno muy característico, y es que se pierde la conciencia del yo. Cuando estamos distraídos nos atormenta la conciencia del yo, cuando estamos muy bien en un sitio no miramos el reloj, hemos vencido el tiempo. 

 

Interlocutor.— ¿No hay tiempo?

Vicente.— Para nosotros no, pero para su vecino sí, entonces allí verá usted que cuando analiza el horóscopo de una persona que vive sin tiempo es muy difícil de precisar sus actitudes, por más que lo marquen las estrellas, porque lo que está realizando es salirse constantemente –por ética natural– de todo cuanto están determinando las estrellas, y solamente apoya aquello que le favorece para que Arjuna pierda algo de peso, y entonces con esta pérdida de peso empezará a volar hacia Krishna. Bueno, me parece que comprenden la idea, Krishna siempre es Dios y Arjuna es el hombre, o bien en un sentido más directamente relacionado con nosotros, la Mónada es nuestro Krishna y la personalidad que reencarna vida tras vida, ciclo tras ciclo, es Arjuna; este Arjuna es este que estamos viendo, pero forma parte de Krishna inexorablemente. Por eso estamos aquí, porque amamos mucho a Krishna, y Arjuna empieza a perder peso. Ahí está la cuestión, y eso es bonito porque dense cuenta también que en el momento en que ustedes están muy atentos al proceso, no a este, a cualquier proceso, se produce un vacío tremendo en su interior, que les aterra a veces y vuelven rápidamente con sensación de sobresalto porque temen la inseguridad que existe en aquel plano o en aquel espacio intermolecular; hay que esforzarse en este caso, hasta el momento en que todo es un universo intermolecular, todo es energía sin reacción, lo cual significa que todo es luz, significa también que existe una constante redención de la substancia tal como se produce en el cuerpo de un Adepto, que no está sujeto a la ley espacio y tiempo. ¿Por qué?, porque no hay peso, la gravitación es voluntaria, con elementos seleccionados a voluntad tal como lo hace Dios cuando crea un universo. He ahí la prerrogativa del Adepto que puede construir a voluntad sus cuerpos, porque contienen la liberación del karma y el secreto creador del propio Logos, y esto ha venido por un incesante trabajo de amaestramiento de la materia y de descondicionamiento de todas sus particularidades. Es decir, que si todo el Universo, todos nuestros cuerpos, no son más que la acción de los devas comprimiendo el espacio hasta crear los núcleos atómicos, todo cuanto hacemos nosotros es mandar al ángel que lleva toda nuestra estructura, el que construyó nuestra mente, el que construyó nuestro cuerpo emocional y nuestro cuerpo físico, a que siga en la dirección que marcan no las estrellas sino mi propia voluntad. Ven ustedes, Arjuna sigue siempre la imposición de las estrellas si está sujeto a la gravedad de sus cuerpos, o al ángel constructor de sus vehículos, o elemental constructor. 

 Dense cuenta de que aparentemente digo cosas extrañas, pero está escrito por doquier, los libros de ciencia, los libros de teosofía, incluso la teología, y todo cuanto significa una participación activa de conocimientos buscando la verdad, siempre parten del punto de que el individuo va de una gravedad máxima a la más alta sutilidad, con lo cual no hacemos sino aseverar la gran máxima de La Doctrina Secreta de Madame Blavatsky, de que “el espíritu es materia en su más alta sutilidad y que la materia es espíritu en su aspecto más denso”, entonces, la zona intermolecular entre lo que es espíritu y lo que es materia es Arjuna, que encarna, constantemente sujeto a la ley de espacio y tiempo, y (a la ley) de la realidad que está más allá y por encima de todo movimiento condensatorio de la substancia. Y verán ustedes cuando están en silencio, silencio natural no provocado por un sistema de disciplinas que también son puntos de seguridad, que ustedes pierden peso, tienen la sensación absoluta de que han perdido peso, y entonces se dan cuenta realmente de que llegará el momento en que seremos tan livianos en todos los sentidos que el drama o el misterio de la ascensión tendrá un significado científico para nosotros, tal como el significado de la clarividencia es la televisión, o el de la radio la clariaudiencia. La humanidad está entrando ahora en estos momentos en ciertas dimensiones de su ser en donde las grandes verdades esotéricas podrán ser demostradas científicamente, y existen, creo yo, ya, en la actualidad, científicos iluminados y de buena fe que están tratando de descubrir el secreto de la luz y de la cuarta dimensión.

 

Interlocutor.— Supongamos que Barcelona como corporación está sufriendo un karma desde hace siglos, pero que hay aquí unos señores que quieren liberarse, digamos, que Barcelona es un cuerpo, y quieren liberar a este cuerpo de estos hábitos, de este trauma de karma, entonces, yo pienso, si cada uno de nosotros tenemos un karma diferente, entonces cómo puede ser que a través de unos señores nos liberemos todos de este trauma, entonces me pregunto yo, ¿es que acaso venimos nosotros hacia toda esta familia porque todos nos tenemos que liberar de este karma, al nacer en Barcelona, si cada uno de nosotros traemos un karma diferente?, ¿cómo nos vamos a liberar de este karma si nada más lo defienden un grupito de señores y, sin embargo, no benefician a todos?

Vicente.— Bueno, Barcelona para mí es incidental en relación con el nacimiento de una persona, lo que interesa a mi entender es que cada cual dentro de Barcelona, que es un cuerpo social, cumpla adecuadamente con su propia misión y su propio karma y no se entrometa en el karma de los demás, que es lo que pasa frecuentemente, y ustedes lo saben. Entonces, lo primero de todo, hay que tener una conciencia de base, que es la conciencia de un gran mecanismo cósmico dentro del cual estamos inmersos, y luego darse cuenta exacta del lugar que ocupa dentro de este gran mecanismo, considerándose humildemente una pequeña pieza y tratando de que esta pequeña pieza no reaccione contra el conjunto. Si logramos esto no habrá ninguna historia más sobre el karma ni sobre la gravedad, estaremos liberando karma, pero, ¿verdad que no sucede así?, ¿verdad que no todo el mundo está trabajando en el humilde lugar en que Dios lo ha colocado, tratando de amarle y de servirle? Todo el mundo aspira a algo superior, porque cada cual tiene un rey en el cuerpo, tal como se dice, todo el mundo quiere ser Krishna sin haber pasado por la experiencia de Arjuna. Bueno, yo creo que hemos dicho que la base del individuo que quiere perder peso es la humildad. No hay nada que haga posible de manera más notoria la pérdida de gravedad que la humildad, o la sencillez; somos tan complicados, ¿verdad? Es peso, la complicación es peso, y la simplificación desde los tiempos inmemoriales, se nos dice, que hay que ser sencillos y humildes. Sí, sí, sí, decimos que somos humildes, lo repetimos constantemente, pero continuamos haciendo las mismas complejidades y adhiriéndonos constantemente a los mismos centros gravitatorios. Aquí, digamos, por una maravilla de la naturaleza, estamos personas que estamos a un nivel un poco superior, es una maravilla en el mundo social, ¿qué significa esto?, que la pequeña ruedecita de cada uno se ha ajustado a un mecanismo mayor del conocido y formamos un grupo, ¿y qué pasará cuando existan en Barcelona, como decía nuestra buena amiga, muchos grupos como este, en donde no se vaya a disputar ni a discutir ni a pegarse, sino simplemente a tratar de introducirse en los Misterios del Reino? Entonces creo que Barcelona se sentiría feliz de tener muchos de esos grupos, que serán, dentro del complejo molecular de Barcelona y su ambiente social, espacios intermoleculares en donde habrá equilibrio. Esto es, me parece a mí, lo que la experiencia que hay que entresacar de estas pequeñas reuniones, de estas pequeñas conversaciones.  Bien mirado, lo que yo pueda decir, lo que ustedes puedan pensar, tiene muy poca importancia en relación con el sentimiento de unión. El sentimiento de unión que nos invade cuando estamos aquí todos juntos, amparados por una ley común de agravitación que sutilmente nos va elevando hacia alturas mayores cada día es lo que compensa del esfuerzo y compensa de nuestro sacrificio que nos imponemos a veces para asistir aquí. 

 

Interlocutor.— Si un pueblo se libera de un karma…

Vicente.— Bueno, es que yo le pregunto si usted ha comprendido lo que le he dicho antes. Usted me habla constantemente de los pueblos, yo le hablo de individuos, porque un pueblo, ustedes lo saben, es un conjunto de individuos.  Si la persona obra correctamente dentro de un ambiente social determinado la consecuencia natural es que la liberación llegue allí donde está él. La paz, fíjense bien, hablamos de paz, de silencio, y de todas estas cosas tan bonitas que nos ha enseñado la religión, como el amor, por ejemplo, estamos constantemente hablando de cosas que desconocemos, yo digo una cosa, la persona que tiene paz, o al menos que piensa, si es que piensa algo, es expresar la paz en forma intelectual, cuando la persona habla del silencio empleando, como yo vi, por ejemplo, en la Universidad de Ginebra donde un profesor de teología nos estuvo hablando durante tres horas sobre el silencio, y vemos cómo está el mundo así, durante todo este rato yo me estaba preguntando, ¿qué es lo que pasaba aquí?, este hombre no puede tener silencio cuando está hablando tanto del silencio. Sucede igual con la mujer honrada, si es honrada no va a decirlo, ahora bien, cuando la persona dice soy honrada, ¡cuidado!, hay que apretarse enseguida el bolsillo. Porque es verdad, es una ley de la naturaleza, que la persona habla de aquello que no posee, si no posee paz habla de la paz constantemente, si no es honrada habla constantemente de la honradez, y si no es virtuosa habla constantemente de la virtud. Entonces, cuando hablo de humildad es cuando la persona reconociéndose con ciertos fallos sociales hace un mea culpa hacia adentro y trata de ponerse en contacto con la esencia de Arjuna, el pequeño mecanismo de trabajo que posee, y trata de liberar todo su contenido porque al hacerlo está liberando una porción de energía social. No vamos hacia la sociedad, preocupémonos por el individuo, que si el individuo es sano la parte de sociedad que él puede abarcar también será sana, por la influencia magnética, por esta ley agravitatoria que él posee en su corazón. 

 

Interlocutor.— O sea, que el pensamiento es karma, ¿verdad?, porque desde el momento en que el Creador pensó se generó el karma. [VBA: Sí] Entonces, también he comprendido muy bien el drama de la ascensión, porque, claro, es la lucha por liberarse de la gravedad.

Vicente.— Sí, la ascensión es un drama eminentemente científico. Es como la levitación, ¿cuándo hay levitación –no provocada por medios científicos– en el individuo, como en el caso de Santa Teresa o de San Juan de la Cruz, por ejemplo, los grandes místicos? Porque en el momento particular de su devoción hacia arriba introducían dentro de su cuerpo físico espacios intermoleculares que existen en el plano etérico y que están a nuestra disposición, que nos pertenecen por ley de herencia vital. Entonces, si la persona piensa en grandes dimensiones, sin darse cuenta acoge en su mente espacios intermoleculares procedentes de otras condiciones más evolucionadas y pasa a formar parte de su equipo kármico; significa esto también que mi equipo kármico, el de ustedes, el de cualquier persona en este caso, está perdiendo peso. Es como un globo, cuando está hinchado lleno de hidrógeno (que) se remonta hacia arriba. Estamos siguiendo siempre las mismas leyes científicas de la gravedad, y el misterio cósmico está también sujeto a la gravedad, y los misterios menores y los misterios mayores y la liberación, y la iniciación o cualquier misterio conocido o desconocido, se basan siempre en la mayor o menor cantidad de materia pesada sujeta a la compresión que nos está limitando. Entonces, todo el proceso de expansión de la vida es ir adquiriendo distancia en todos los elementos conflictivos y creando zonas reales de inseguridad es cuando realmente se puede decir que la persona es espiritual, un discípulo, un gran iniciado o un Maestro de Compasión y de Sabiduría, o un Chohán o bien un Logos Planetario, y vayan subiendo hasta llegar no se sabe dónde, hacia aquellos Seres que manipulan galaxias como nosotros manipulamos pensamientos. Es que es grande, pero es esta grandiosidad la que empequeñece nuestra vida y nos hace humildes. Por eso el esoterista habla siempre de los conceptos cósmicos, porque entonces Arjuna siente la aspiración hacia aquellas alturas, y la aspiración empieza a trabajar sobre sus vehículos condicionando la ley de gravedad y creando centros de gravedad cada vez menores, y al final se produce la ruptura de los núcleos y entonces sobreviene la iniciación. Siempre viene después de una gran crisis iniciática, y así hasta siempre, sin paralizar, aceptando siempre noblemente los desafíos de la vida y viviendo siempre en zonas de inseguridad. No busquemos seguridades, pues donde hay seguridades no hay espíritu. Es como aquel que busca la pureza a través de la disciplina, donde hay disciplina no hay pureza, y donde hay pureza no puede haber disciplina, entonces todas las disciplinas existentes están sutilmente negando la ley agravitatoria, porque todos pretenden ser algo a través del ejercicio, a través de la disciplina, y esto es lo que condiciona nuestra sociedad moderna, tecnificada a extremos insospechables.

 

Interlocutor.— Cuando una persona pierde peso, que usted dice que se nota, ¿esta persona puede hacer su cuerpo transparente?

Vicente.— ¿Transparente? [VBA: Sí] Solamente puede hacerse transparente el cuerpo de un Adepto, porque sus átomos son radioactivos, se han convertido en luz. Nosotros podemos ser un cuerpo brillante pero no transparente, ¡cuidado!.

 

Interlocutor.— No, no, yo digo transparente.

Vicente.— No se puede tener, el ser humano no puede tener esta capacidad. No diga usted que lo ha alcanzado porque yo diría que no.

 

Interlocutor.— Pues yo hago Tai-Chi, y esta mano de aquí se me trasparenta.

Vicente.— Eso lo hacen los rayos X, no es ningún milagro, pero a lo que me estoy refiriendo yo es a la totalidad de un cuerpo sujeto a gravitación, y usted habla solamente de una partícula. [VBA: Sí]. Bien, hábleme usted de todo el cuerpo y entonces hablaremos. ¿Qué pasaría si yo desapareciese de su vista? [VBA: No lo sé] ¿Se espantaría o diría: dónde está el Sr. Beltrán? Bien, esto lo hace el iniciado, ¿por qué?, porque tiene la capacidad de convertir sus átomos en luz y de apropiarse de la substancia comprimiendo otra vez la substancia del éter luminoso hasta volver a tener otra vez su cuerpo, es un proceso que cualquier iniciado que haya sobrepasado la tercera iniciación lo puede realizar, por lo tanto, no es un milagro, es una cosa científica. Sujeto el éter a compresión se crean los cuerpos, cuando cede la compresión y empieza el proceso de descompresión, como en el caso de la muerte, entonces se produce la liberación natural, porque la muerte es un aspecto de la descompresión cósmica. No tengan miedo entonces a la muerte, es una liberación, una liberación de la substancia, una liberación de Arjuna, y ahora vayan ustedes ascendiendo por todos los niveles del Cosmos y se darán cuenta de que siempre es lo mismo. Se parte de un punto de seguridad, o de gravitación en cualquier cuerpo, y se va ascendiendo hacia las regiones donde no hay gravedad, y cuando existe este punto en donde no existe gravedad para el Alma y el Alma está en equilibrio se produce el misterio de la iniciación, y cuando se ha rebasado cierto tipo de iniciaciones, cuando la gravedad se ha convertido en luz, fíjense que paradoja, entonces el hombre es transparente, porque todo es luz. Y ahí está el misterio de los planetas sagrados al cual nos hemos referido al hablar de los siete Rayos, existe una forma natural de vida que carece de gravitación, donde todo es luz, donde hay luz no hay gravitación, dense cuenta. Y el día en que el ser humano, o la humanidad, comprenda el misterio de la luz, no existirán enfermedades, porque se habrá comprendido el secreto del equilibrio que motiva la causa de la electricidad, no solamente de la electricidad conocida sino de la electricidad que existe como equilibrio entre todos los niveles en donde existen fuerzas aparentemente en oposición. Por ejemplo, el cuerpo físico es negativo en relación con el cuerpo astral que es positivo, tiene menos gravedad, pero el cuerpo astral o emocional es negativo en relación con el cuerpo mental que es positivo, y el cuerpo mental es negativo en relación al plano búdico que es positivo. ¿Y qué pasa entre dos zonas de desequilibrio? Que se crea una zona de equilibrio, es decir, que cuando la gravedad de un punto positivo, sea nivel o cuerpo, está perfectamente equilibrado con otro punto negativo dentro de la propia estructura de un plano se produce un vacío, y en este vacío está la iniciación, está el poder agravitatorio que crea redención y liberación. ¿Ven clara la idea?

 

Interlocutor.— ¿Nuestras acciones actuales tienen repercusión en nuestro karma actual o son para el karma posterior? [VBA: Repita, por favor] ¿Nuestras acciones actuales pueden ser una consecuencia en nuestro karma actual o sirven para la formación de karmas posteriores?

Vicente.— Siempre que carguemos nuestro karma con peso es imprevisible el tiempo.  Se dice que las personas muy evolucionadas reciben inmediatamente el peso del karma en sus acciones cotidianas y sufren las consecuencias de ello. En seres imperfectamente desarrollados, sin afán peyorativo sino comprendiendo la ley de jerarquía de la naturaleza, prácticamente puede tardar muchos siglos, porque cuanto más evolucionado es un ser más rápido es el movimiento cíclico, porque vive más rápidamente, ¿verdad? La vida de un salvaje no tiene grandes resaltes porque todo él es gravedad y todo es peso, entonces, para tener una experiencia con algo de riqueza psicológica debe dar una gran vuelta cíclica por los espacios siderales y para él un acto que realice en el presente pueden sus consecuencias producirse en muchas vidas, pero, el hombre evolucionado que es más consecuente, por lo tanto vive sujeto a un ritmo superior de fuerza y de equilibrio, siente casi inmediatamente el fruto de sus acciones porque vive rápidamente. La velocidad del movimiento es lo que libera del karma. Cuando la nebulosa se está constituyendo –ustedes saben que es en una forma espiral– se está condensando el karma. Arjuna está tratando de introducirse en la materia y las cualidades de Arjuna producto de muchas vidas están matizando la materia con todo cuanto significa su cualidad, (Arjuna) está tiñendo el espacio con el karma, como esotéricamente se dice, pero cuando llega a su máxima expansión, cuando se han creado los núcleos, la velocidad aumenta automáticamente, ya no es el salvaje que está tratando de dominar un instrumento sino la capacidad espiritual del individuo que ha estructurado convenientemente y ha liberado, o ha redimido, todos sus instrumentos, o una gran parte de sus instrumentos de trabajo o mecanismos de expresión, entonces aumenta la velocidad porque la velocidad libra del karma. Otra ley física, cualquier cuerpo que cruce el espacio a gran velocidad tiene menos peso que cualquiera que aparentemente esté inmóvil. Entonces, el iniciado vive más rápidamente, ¿por qué?, porque vive en el eterno ahora donde no hay tiempo, más rápidamente que esto ya no existe, solamente tiene concepción del tiempo aquel ser que tiene entre dos ideas un lapsus de entretenimiento o diversión, pero el iniciado no se puede permitir el lujo de perder un sólo instante aun cuando tenga conciencia del infinito, porque sabe que nunca se liberará el contenido kármico de Arjuna si va lento, y ahora ustedes pongan, por ejemplo, alíen la idea de lentitud de movimiento con la fuerza gravitatoria y con el karma, y tendrán una idea de lo que tratamos de hacer cuando hablamos del término de ennoblecer nuestra conducta, estamos liberando el contenido, estamos redimiendo, estamos perdiendo peso, estamos convirtiendo nuestros átomos en luz. Haremos un poco de silencio.   

 


CONFERENCIA VICENTE BELTRAN ANGLADA

Barcelona 
8-Octubre-
1977

Conferencia digitalizada por el Grupo de Trascripción de Conferencias (G.T.C.)
24-Febrero-2008 ==>2008-13

Editada por el Centro de Estudios VBA (en curso)
5-Abril-2008

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