Conferencia
Vicente Beltrán Anglada

[edición en curso]

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La verdad ha de presentarse de tal manera, que convenza sin atar y que atraiga aun sin convencer. Esto sólo puede realizarlo el lenguaje del corazón.

[VBA: Introducción al Agni Yoga, p. 49]

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Conversaciones Esotéricas

SNE

La Ley de la Restitución

Barcelona, 14 de octubre de 1978

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Barcelona, 14 Octubre 1978. —Conversaciones Esotéricas: La Ley de Restitución. "La Muerte, técnicamente hablando no es ausencia de Vida". Lo que son los Señores del Karma. La afinidad en el proceso del Nacimiento y Muerte. Los Ángeles del Destino. El Descanso o Devachán. El Temor a la Muerte. Caronte, Ángel del Destino. El Aspecto Kármico que producimos. Los Tres Átomos Permanentes que poseemos y el fenómeno de Absorción y Restitución. Visión de la Muerte en la próxima Era. El Orgullo Espiritual. El fenómeno de la Levitación y el Karma. Karma y Gravedad. Los Signos del Discípulo Aceptado. El Peso del Apego a los Conocimientos y la vía de la Observación que lleva a la Mente Creativa.


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Vicente.El Señor Buda había dicho que los males del mundo eran tres: la vejez, la enfermedad y la muerte. El epílogo de la vida parece ser que es la muerte, pero, esotéricamente sabemos que la muerte no existe, que es solamente un fenómeno de la vida, no es lo opuesto a la vida sino que es el complemento del nacimiento. El nacimiento y la muerte se complementan.

Durante la conversación del mes de Julio tratamos uno de los males del mundo que es la enfermedad, llegamos a la conclusión, sin ser por ello dogmáticos sino expresando una de las tónicas de esta Nueva Era en la cual progresivamente nos vamos introduciendo, de que las enfermedades no son algo como corrientemente se cree sino que son alguien. ¿Se dan cuenta ustedes de la tremenda diferencia que existe entre considerar la enfermedad como algo, a considerarla como una entidad psicológica creada psíquicamente por nuestros pensamientos y por nuestras emociones? La ciencia actual ya ha reconocido que no existe una enfermedad puramente física sino que es psicosomática, se da una importancia tremenda a la psique, y la psicología moderna tendrá que introducirse en el campo de estudio esotérico si quiere estar a tono con las exigencias de esta Nueva Era, la cual se iniciará considerando a la enfermedad como una creación mental del hombre, dotada de una personalidad psíquica y reaccionando en todos los planos del ser, y que un complejo, una tensión, será considerada siempre como el resultado de un mal enfoque mental o de una desvirtualización del aspecto emocional. La sensibilidad en el hombre moderno choca evidentemente contra la técnica que impera en nuestros días, y esta sensibilidad refugiándose en los mundos psíquicos crea también enfermedades, son las enfermedades nerviosas propias de los discípulos de esta Nueva Era, ¿y quién no se siente asaeteado por esta fuerza psíquica ambiental, esta fuerza con la cual aparentemente como en el caso del cáncer no se puede luchar. Cuando la medicina, la psicología, trabajando conjuntamente tal como ha de ser, penetren en el campo astral conscientemente y pueden localizar allí esta gigantesca estructura, esta entidad psicológica o psíquica que llamamos el cáncer, se habrá cumplimentado una de las principales exigencias de nuestra Era, de esta Nueva Era de Acuario en la cual progresivamente vamos introduciéndonos.

Esto es en síntesis lo que dijimos el mes de Julio. Durante el mes de Septiembre analizamos las causas psíquicas y cómo evitar estas causas mediante el sistema de la invocación, teniendo en cuenta que el hombre posee un gran poder en la mente que todavía no ha desarrollado, y es el alma de la cual debemos usar para poder luchar y para finalmente destruir todas las entidades psíquicas que en el plano astral y en los bajos estratos del plano mental están actuando sobre nuestra humanidad. A partir de aquí se le ofrece al hombre moderno la posibilidad de luchar cara a cara y frente a frente desde sus más remotas raíces, desde sus fundamentos, la causa de las enfermedades físicas y de los desequilibrios psíquicos, para llegar a penetrar progresivamente en el mundo mental de los significados, y desde allí barrer todos los gérmenes mentales que causan perturbación ambiental y son los elementos del malestar social en todos sus niveles.

El tema que vamos a tratar hoy bajo el título genérico de la Ley de Restitución, tiene que ver con el segundo de los males que el Señor Buda había descubierto en su más tierna infancia, entonces vamos a referirnos hoy a un tema siempre interesante precisamente por la importancia que tiene desde el ángulo de visión de la raza entera como es el fenómeno de la muerte. La muerte técnicamente hablando no es ausencia de vida sino que la conciencia se refugia en otros niveles de su constitución interna, deja de ser en el plano físico y pasa a ser completamente con plena libertad de movimiento en otro nivel de conciencia, en el mundo astral. Si ustedes analizan este gráfico que tenemos aquí, a mi mano derecha, verán que existe un mundo espiritual y existe un mundo material, cuando esotéricamente hablamos del mundo material nos referimos a los niveles mentales, astrales y físicos, es decir, que el conjunto de la mente, de las emociones y del cuerpo constituyen el mundo material, el campo de experiencia del yo, el campo donde actúan, simbólicamente hablando, los Señores del Karma. Y ustedes preguntarán: ¿quiénes son los Señores del Karma? Son los Grandes Señores del equilibrio cósmico, que ajustan la ley cuando la ley ha sido alterada, no premian ni castigan, está fuera de duda que no existe pasión en los Señores del Karma, pero enseñan al hombre a ser responsable de sus actos, el que siembra vientos recoge tempestades, y aquel que a hierro mata a hierro muere, esto lo dijo Cristo hace dos mil años pero anteriormente los grandes filósofos griegos, y anteriormente los grandes sabios del antiguo Egipto y de la eminentísima Grecia ya lo habían dicho. El hombre es el promotor de todas sus acciones, él crea el campo de sus situaciones, el campo llamado Kurukshetra, que es el campo donde precisamente se gesta la potencia, la vivencia espiritual para una futura vida, si es que ustedes aceptan noblemente que pueda existir otra vida más allá de la presente, con sus dificultades sociales, con sus temores, con sus conflictos, etc, etc. Cuando los Señores del Karma se manifiestan se crea lo que podemos llamar la cruz kármica de la vida. La cruz kármica tiene cuatro sectores, en el lado del nacimiento, y progresando del yo haciendo esta forma de ocho simbólica desde el punto de vista de la numerología de la Kábala de los caldeos, es que del punto más alto del espíritu sale una línea de luz que se introduce en la materia mediante el fenómeno del nacimiento, este es el punto de paso de las energías que a través del nacimiento dan un arco que depende del tiempo que el ser humano está encarnado en la Tierra, dan una progresión proporcional a este diámetro, o a este radio, y finalmente llega el fenómeno de la muerte. ¿Se dan cuenta que el nacimiento y la muerte son esencialmente la misma cosa? En este fenómeno de restitución el alma deja a la Naturaleza todo cuanto la Naturaleza le ha conferido, ¿qué es lo que nos ha conferido la Naturaleza? Un cuerpo físico, un vehículo astral, o emocional, y una mente capaz de coordinar, son los tres elementos de los que el Yo, que está encerrado en la cárcel de la materia, aprenda a distinguir el ambiente y a experimentar con el ambiente hasta finalmente cerrar su carrera y volver al mundo espiritual.

Bien, el aspecto que va del nacimiento a la edad madura, por estos dos factores que es la infancia y la juventud, aquí empieza la edad madura, está regida por la ley de acumulación, por la ley de absorción, el yo se apropia, por así decirlo, mediante la intervención espiritual de los Señores del Karma, de la materia que debe constituir sus vehículos de expresión en el tiempo, así, conforme va avanzando se va densificando, el yo se va encubriendo, y cuando llega abajo, cuando llega ya a la espiral, al punto en donde empieza la espiral a ascender hacia arriba está, por así decirlo, en el punto máximo de acumulación, y según se nos dice aquí empieza ya el hombre a perder parte de sus poderes, parte de sus sentidos, parte de su inteligencia, ¿por qué?, porque está restituyendo. El fenómeno del nacimiento se inicia con la ley de absorción, el fenómeno de la muerte está regido por la ley de la restitución, primero absorbemos de la Naturaleza, después restituimos, así que es bonito ver que van envejeciendo desde el ángulo de vista esotérico porque te das cuenta que tu misión va terminando pero sin perder el éxtasis de vivir. Lo malo que le puede ocurrir al ser humano es que tenga miedo a la muerte, hemos muerto tantas veces y hemos nacido tantas veces, y aún nos queda el sueño cuando vamos a dormir, dejamos el cuerpo, y es una muerte, solamente la diferencia que existe es que el Sutratma, el hilo que conecta el Yo espiritual con el mundo de los sentidos, de las sensaciones, ha prácticamente desaparecido porque ha sido cortado por los Señores del Karma. Vean ustedes pues que la cruz que es el símbolo del cristianismo, no es solamente cristiano porque es la cruz cardinal, que es la cruz fija en el cielo de la astrología, y esta cruz la veremos en todas partes, pero, en el caso nuestro, en el caso de los Señores del Karma, cada uno de los Señores del Karma rige un sector. Un Señor del Karma rige de la infancia a la juventud, otro Señor del Karma rige de la juventud a la edad madura, o la más alta configuración ya de absorción, progresando en la edad madura ya se va restituyendo la vida, y el Señor del Karma final prepara al hombre para la muerte, y existe aquello que técnicamente decimos los Señores del Destino. ¿Qué hay que entender por Señores del Destino? Hemos pasado mucho tiempo hablando de los ángeles. Los ángeles como ustedes saben son energías individualizadas, si pueden ustedes asignarle a cada uno de los Señores del Karma una hueste infinita de ángeles menores que cuiden el menester, que cuiden el proceso de absorción, que cuiden el proceso de la restitución, y están presentes en el nacimiento y están presentes en la muerte, tendremos una idea muy acabada de lo que es el fenómeno de la muerte y lo que es el fenómeno del nacimiento, es decir, que la vida espiritual se manifiesta bajo dos fenómenos conocidos: el nacimiento y la muerte.

Aparentemente el hombre no interviene en el proceso, es un proceso mecánico porque el hombre no tiene todavía una idea clara de su situación espiritual, se siente lanzado a la vorágine de la vida y da vueltas constantemente en esta rueda de muerte y nacimiento que es como ustedes saben, esotéricamente, es la rueda de Samsâra, es decir, aquello que hace que el hombre encarne hasta que se da cuenta que no tiene que encarnar más, se va desgastando en el tiempo, esto es cada vez es menor, hasta que llega el momento en que desaparece. El proceso que va del nacimiento a la muerte y de la muerte a la vida espiritual es la restitución del hombre a través de sus sentidos inferiores, a través de su mente inferior y a través de toda su programación con gravitación hacia el centro de la materia hasta convertirse en un punto -un punto que analizaremos próximamente- que es el Devachán. El Devachán es la llegada a un punto en donde el hombre, la mujer, el ser humano, descansa del tormento de vivir. Es un tormento vivir, ¿verdad?, porque no hemos apreciado todavía bien aquello que realmente precisamos para vivir honestamente, para vivir en paz, para vivir en armonía.

Bien, existe algo muy interesante a considerar desde el ángulo de vista del hombre moderno, del hombre que ha inventado las computadoras electrónicas, la televisión en color o los grandes reactores y los cohetes espaciales. Hay una ciencia especializada, de la ciencia médica, incluso psicológica, que prepara los acontecimientos de la vida para el acto del nacimiento. La ciencia entera se vuelca aquí, en este punto, para traer a la vida a un nuevo ser, pero, ¿qué pasa cuando un ser se va? ¿Qué sabemos de la muerte para poder preparar a un ser humano? ¿Sabemos realmente lo que el ser humano necesita en el momento de la muerte? ¿Cuál es el cuidado que hay que prodigarle? ¿Qué es lo que hay que decirle? ¿Cómo hay que ilustrarle? ¿Se dan cuenta? Tenemos una ciencia para nacer, pero carecemos de una ciencia para morir. Y ahí está uno de los baches más grandes de la historia planetaria, y lo que perpetúa el temor a la muerte, porque la persona cuando piensa en la muerte piensa automáticamente en la aniquilación, siglos y siglos de enseñanza tradicional religiosa han dejado la mente humana en un sentido digamos estatificado, petrificado, solamente basado en el temor, en el temor de lo que será, porque todo el mundo tiene algo que guardar, porque nadie de nosotros es perfecto y siempre en el momento de la muerte teme lo que le va a pasar. El miedo incapacita la acción y creo que fue Krishnamurti que en cierta ocasión decía que el temor a la muerte viene engendrado por la falta de amor a la vida. ¿Se dan cuenta? Si amásemos la vida no temeríamos la muerte porque la muerte forma parte del proceso de la vida, entonces, en el proceso va acumulándose en el tiempo y la tradición operando sobre nosotros en un sentido hipnótico de grandes trascendencias y de grandes concentraciones de energía, nos impulsa constantemente a refugiarnos en lo que es tradicional porque no sabemos realmente lo que existe más allá, y cómo prepararnos para un acontecimiento de tal naturaleza, y cuando la persona está ya en trance de morir está sufriendo lo indecible, lo que no puede explicar, porque ya sus mecanismos de acción han quedado por así decirlo inutilizados. Pero las personas que cuidan a los moribundos, las personas que ayudan a morir, ¿están realmente ayudando?, ¿están realmente enseñando al alma el camino que debe recorrer, o las dificultades que se encontrará en este punto crucial?, en este punto donde existen los ángeles del destino, en este punto definido como aquel donde existe Caronte con su nave que debe pasarnos al otro lado. El Caronte es el ángel del destino, el propio ángel nuestro, nosotros, el yo, una vez se ha dado cuenta de su proceso, dense cuenta que hay un vacío inmenso aquí, incluso se dice que los iniciados están indecisos al pasar esta puerta y, sin embargo, hemos muerto y hemos vivido y hemos nacido y hemos experimentado durante muchos millones de años hasta llegar a nuestra condición de hombres, analicen si no la obra de la Naturaleza o estudien ustedes también el principio de la evolución, vean ustedes a Darwin, no es esotérico, como las especies a través del tiempo van evolucionando para ver que al final de este proceso existe el ser humano, y el ser humano que participa igualmente de la vida animal y de la vida espiritual y está aquí, es aquí donde debe resolver el problema, en el Kurukshetra, aquí, en este punto fatídico, en este punto que causa miedo, temor, desesperación, debe prepararse al alma para este punto y nosotros podemos prepararnos preguntando qué es exactamente la muerte, un fenómeno psíquico, un fenómeno físico, un fenómeno natural, tan natural como la electricidad, cuyas causas todavía desconocemos, porque estamos en este punto, y hay una cierta analogía que dice: “Cuando el hombre comprenda la causa de la electricidad automáticamente desaparecerá el temor a la muerte”, porque dense cuenta que el temor a la muerte es el porqué estamos trazando aquí una línea de dualidad, estamos, por así decirlo, navegando sin saber por donde vamos, hemos perdido el control psíquico, hemos perdido la falta de capacidad o la capacidad mental de ver las cosas más allá de nosotros mismos, y estamos viviendo al amparo de la tradición porque para nosotros es mejor seguir la línea de mínima resistencia de lo que nos ha impuesto el tiempo, el pasado, que forjar por nosotros mismos nuestro destino creador. Parte del equipo kármico del hombre está forjado por el miedo al trabajo, por el miedo a la actividad, por el miedo a la suficiencia del yo, es mejor copiar que crear, es mejor reproducir que enaltecer la conciencia, y ahí está que la muerte como consecuencia siempre es un arcano, y todos somos esotéricos, o nos sentimos esotéricos, y cuando se acerca el momento de la muerte empiezan los temblores igual, igual, que cualquier persona que no tenga ningún conocimiento esotérico, cualquier persona a veces nos da un ejemplo de serenidad ante la muerte que el esotérico muchas veces carece de ella. ¿Se dan cuenta de ello? Bien, entonces aquí hay otro punto que tratar que es el Karma, bueno Karma es una palabra técnica en el mundo del yoga, ¿verdad?, hay un Karma-yoga. Karma siempre indica el destino del hombre, el destino que el hombre se ha forjado a través del tiempo, ningún pensamiento, ninguna emoción, ninguna palabra, ningún gesto deja de tener karma. Cuando pensamos, cuando sentimos, cuando actuamos, lo que realmente hacemos es enviar puntos de luz en el éter, estamos llevando al éter ondas eléctricas que se manifiestan en el éter como colores, como sonidos, como formas geométricas, y este es el ambiente social que nos rodea. Si podemos tener en un momento dado la vista y el oído del iniciado veríamos que aquí hay más que estamos nosotros, que todo está lleno de vida, y esta vida, el descubrimiento de todas estas fuerzas, de estas energías que no vemos pero que sin embargo presentimos, nos dan la unción y nos preparan para el fenómeno de la muerte, cuando descubramos la cuarta dimensión que está inmersa entre nosotros tendremos la oportunidad de poder vivir más adecuadamente, en un sentido más justo, más humano. Cuando hablamos del fenómeno del nacimiento, porque hoy trato de explicar científicamente el fenómeno del nacimiento y el fenómeno de la muerte, habrá que tener en cuenta algo muy especial, bueno a la Mónada no puede llegar, está más arriba, no quedaba espacio [Vicente lo explica en un dibujo] y entonces ya lo dejé así, pero el yo en el cuerpo causal tenemos la representación genuina de la totalidad de todas nuestras existencias, todo cuanto fuimos y todo cuanto seremos está en el cuerpo causal, está dentro de unos pequeños elementos atómicos llamados esotéricamente átomos permanentes, existen para nuestra evolución humana, tal como está en la actualidad tres átomos permanentes. El átomo permanente físico alojado en el corazón que da la vitalidad al cuerpo y la vitalidad a todo el organismo, hay el átomo permanente emocional que ha permitido estructurar nuestras emociones, nuestros deseos, nuestros sentimientos más elevados, y existe el átomo permanente mental cuya capacidad absorbiendo del plano mental las características necesarias a su estado de evolución ha creado nuestra mente organizada tal como la conocemos en la actualidad. Bien, en el proceso que llamamos de absorción, cada átomo permanente vibra y absorbe del ambiente circundante la cantidad y la calidad de elementos químicos orgánicos en cada plano para constituir su estructura, cuando llega el momento de la restitución, como el gran pescador, el Alma va recogiendo los hilos con los átomos permanentes, va separándolos de la actividad y cuando el último de los átomos permanentes llega aquí se produce automáticamente el fenómeno de la muerte, pero no solamente la muerte física, existe la segunda muerte que es la muerte del cuerpo astral, y existe una tercera muerte que es la muerte del cuerpo mental, para que finalmente toda la capacidad de conciencia del yo se refugie en el Devachán, y de aquí no pasamos, en el Devachán existe el cumplimiento de todo aquello que hemos deseado en nuestra vida, nuestras emociones más elevadas, nuestros deseos más queridos, todo cuanto quisimos y no pudimos realizar, todo cuanto pudiendo realizar bien lo hicimos mal, imperfectamente, ha quedado dentro de nuestro cuerpo psíquico creando los complejos, y hasta que la ciencia psicológica de nuestros días no comprenda las causas de los complejos buscando su analogía con la capacidad que tienen los átomos permanentes de expresar el pasado de nuestro yo, no se llegará a cumplir el destino de la psicología. La psicología tiene que variar completamente los métodos porque los métodos de psicología es la comprensión esotérica, que explica todas las cosas, y si una cosa está muy elevada, si una cosa está difícil de interpretar y si una cosa está más allá aparentemente del razonamiento, tratemos de descubrirla mediante la actividad de la intuición, tratemos de pensar en grandes proporciones, no pensemos en un sentido típicamente personal, pensemos en un sentido realmente cósmico, de esta manera muchas de las pequeñas dificultades, como por ejemplo la dificultad de la muerte, desaparecerán por entero, todo esto desaparecerá porque el yo se habrá dado cuenta que todo el proceso de su vida que le causaba sufrimiento venía no sólo por el desconocimiento de la ley, la ley de la observancia, la ley del acoplamiento mutuo, la ley de la seguridad personal, la ley de los afectos compartidos, llega a este punto y entonces de una manera total y libre pase con todo su equipo redimido va a ocupar su lugar en el lugar donde le corresponde, el Yo espiritual. Y la Nueva Era debe iniciarse enseñando al ser humano que la muerte no existe, que existe una aniquilación aparente de los sentidos y de las sensaciones, pero que existen sentidos y sensaciones más allá del campo de concepción física de extraordinario poder y de extraordinaria magnitud. Llegar a este punto yo creo que es una de las conquistas más grandes de la Nueva Era, por cuanto si el individuo se libera del temor automáticamente la vida tiene que verificar un cambio drástico, las situaciones ambientales desaparecerán, y según se nos dice, el equilibrio aparente que existe entre los campos opuestos de la vida tal como se manifiestan en el mundo de nuestros días, o los grandes bloques políticos, o los grandes continentes, no están en equilibrio, o están en un equilibrio semi estable porque se aguantan en el miedo, tienen miedos de los unos a los otros, y en tanto subsista el miedo no habrá paz en la Tierra, habrá un equilibro que cualquier pequeño remoto acontecimiento pueda alterar. Y, naturalmente, ante esta crisis de valores psicológicos lo que interesa fundamentalmente es librarnos del miedo, hacer que el miedo se convierta en nuestro aliado y no en el amo que nos obliga a hacer las cosas, que nos obliga a vivir más allá de la realidad, entonces, las nuevas técnicas se basarán, primero, en la ausencia de temor, un temor que tiene que desaparecer de la mente a medida que el individuo va haciéndose cósmico, a medida que refugia todos sus pequeños problemas, todas sus faltas de armonía en el gran karma universal que le rodea, que sea capaz de compartir y no le exija de más a la vida, y pensando con anticipación a este fenómeno empiece en su propia juventud el fenómeno de restitución. ¿Se dan cuenta lo que significa que el ser humano pueda restituir en su juventud a la vida todo aquello que la vida le dotó? Es que tiene que morirse para que restituya. Restituya aquello que ya no es necesario, de ahí que todos los místicos, los tratados espirituales de todos los tiempos en su sistema de entrenamiento siempre han dicho “sed sencillos”, porque la sencillez implica una restitución a la vida de todo aquello que no es necesario. Naturalmente que no podemos prescindir del cuerpo, que no podemos prescindir de las emociones, que no podemos prescindir de la mente, pero sí que podemos prescindir de todo aquello que es un atentado a la vida, y que por lo tanto propicia la muerte, que es todo cuanto dentro de la mente oscurece la razón, de todo cuanto dentro del sentimiento oscurece los sentidos, las sensaciones y los deseos, y todo cuanto en el cuerpo físico es motivo de enfermedad. Es decir, restituimos aquello que no necesitamos, entonces, se dice que los Iniciados se preparan de jóvenes para cuando llegue el momento de la muerte tengan la conciencia establecida ya en el mundo espiritual.

Así que en parte, cuando estamos discutiendo temas extraordinariamente esotéricos como el de la muerte, estamos preparando la mente de la raza, la mente del hombre moderno para que de una manera natural, sin esfuerzo, vaya restituyendo a la vida aquello que no le hace falta, aquello que le sobra, con este pequeño bagaje pasa al mundo espiritual sin conflictos, dense cuenta que no se trata de tener conocimientos esotéricos, se trata de vivir una vida esotérica, se trata de vivir simplemente, con sencillez, porque es muy difícil que penetre, como decía Cristo, un rico en el Reino de los Cielos, es más fácil que un camello penetre por allí, y esto es una superación desde el punto de vista de los sentidos, pero significa que cuanto más carga lleva el ser más dificultades tendrá al atravesar este punto fatídico de la muerte, tendrá un vacío que lo puede mantener mucho tiempo allí aguardando el momento de la oportunidad de que alguien superior se apiade de sus errores y lo redima con el esfuerzo de su poder sobre el karma.

Bien, en poco tiempo hemos dado bastantes ideas para que ustedes puedan ahora formular las preguntas, que naturalmente nos permitirá extendernos un poco más. Ustedes tienen la palabra.

Interlocutora. — Bueno, entonces, de todo lo que se ha hablado, tenemos que entender que mientras estamos en esta vida natural, cuando más normal es la persona más capaz es de llegar a este punto y poderlo pasar bien, porque si tienes conocimientos esotéricos, entonces llegas a este punto y lo que tienes es miedos e inseguridad, tampoco sirven, o sea, lo que sirve de verdad es la naturalidad, y vivir la vida lo más humanamente posible, porque estamos aquí en la humanidad, y es lo que tiene sentido.

VIcente. — Exacto, ahora, que cuando hablamos de un ser normal, me pregunto: ¿qué es un ser normal?

Interlocutora. — Un ser normal, yo quiero decir que es un ser normal, o sea, la palabra que usted podría ajustarla, [el ser corriente] luego corriente, normal, sobre todo no tener vanidad y muchas cosas de estas.

VIcente. — Sí, sí. Uno de los problemas que enfrenta el discípulo, o la persona investigadora espiritual, es que cuando tiene un poco de conocimiento se envanece, entonces, sin darse cuenta queda detenido en algún lugar de este misterio, se llama el orgullo espiritual. Y el discípulo que por sus conocimientos esotéricos, e incluso por su vida esotérica tendría que pasar raudamente porque posee el conocimiento astral e incluso tiene el poder de trasladarse conscientemente al plano astral, al tener orgullo espiritual, aquí se encuentra detenido también, y tendrá que ser el Maestro quien tiene que redimirle, hasta que ha perdido su bagaje y su mente quede clarificada de aquel concepto de orgullo que tenía, se impone de ciertas razones de tipo, digamos, psicológico. ¿Quién no tiene orgullo en alguna fase de su vida o en el algún momento de su razón, verdad? Todos tenemos algo de orgullo, bien, es falta de simplicidad, el orgullo como el temor también pesa, es un poder gravitatorio que nos obliga a descender siempre al mundo material, en cambio la esperanza, no la esperanza en que voy a hacer esto o lo otro, sino la esperanza de vida eterna, a la cual se refieren indistintamente los místicos de todas las religiones, es que puedes pasar este punto aquí de una manera natural. Existe, como ustedes saben, el fenómeno de la levitación. La persona que levita, hablando en un sentido digamos muy psicológico y científico, es cuando ha perdido parte de su contenido kármico, y la levitación superior es la ascensión que todos conocemos a través de las explicaciones de la Iglesia Cristiana, en todo caso indica siempre la liberación del karma por pérdida de peso, de peso gravitatorio, los pensamientos pesan, aunque no nos demos cuenta, las emociones y los deseos también pesan y, naturalmente, el cuerpo físico también pesa, pero no se trata del cuerpo físico, el cuerpo físico es tal como Dios lo ha creado, pero lo que incide en el cuerpo físico es lo que realmente hace que graviten sobre el cuerpo los estigmas de los Señores del Karma. Si podemos educir una mente serena, los pensamientos controlados, una emoción estabilizada y un cuerpo físico sano, automáticamente se produce el fenómeno de la integración, y cuando hay integración significa que existe una niñez, una infancia, una juventud, una edad madura y una vejez integrada y complementada. Hay personas que están aquí y son niños todavía, y aquí hay personas que son hombres ya. Son fenómenos que ustedes tienen que reconocer progresivamente, y la astrología tiene que tener en cuenta a los Señores del Karma que actúan dentro del espacio cósmico, por lo tanto, si ustedes analizan esto es el dibujo de un horóscopo cualquiera, solamente falta poner cualidades aquí, pero siempre es la cruz que está en el centro, tres cruces kármicas hacen el horóscopo de un ser humano, y a partir de aquí la astrología tiene un campo de acción inmenso, en el campo de la astrología esotérica en primer lugar, en el campo de la psicología y en el campo de la medicina.

Interlocutora. — Viene a ser lo mismo que se ha dicho, o sea, que para llegar a una muerte como tú has dicho, el cumplir, o sea, el ser en el cumplimiento de la ley, ya establece en sí una normalidad, podíamos decir, para llegar al paso, seas esotérico o no lo seas, pero, el ser que comprende el cumplimiento de la ley, y entonces tú ya lo has dicho que el hombre podría comprender que en la Nueva Era es mejor no hacer creaciones o elucubraciones mentales, pues también se libera de este peso. Es decir, en esta Nueva Era, en estas condiciones es necesario ya no hacer, no engrosar nuestro peso, se podría decir para pasar esta prueba.

Vicente. — Si la persona fuese sencilla no habría problemas psicológicos, seguramente no habría enfermedades orgánicas tampoco, tampoco habría enfermedades de tipo mental, porque lo que realmente crea las enfermedades, las enfermedades del cuerpo físico, la falta de estabilidad emocional y la falta de certeza mental viene regulado siempre por el peso en cada vehículo, un peso específico, analizando este asunto desde un punto de vista científico, la gravedad, por ejemplo, porque la gravedad es lo que crea el karma. Dense cuenta que cuando el ser humano se va envolviendo en materia está creando peso, por la ley de absorción, y la ley de absorción está relacionada con la fuerza centrípeta de la Naturaleza, la ley de la gravedad, ¿verdad? En tanto que, lo que decíamos antes, que el fenómeno de la restitución, o en la ley de restitución, el hombre va perdiendo peso, va dejando libre, no tiene que esperar que sea la vida la que te vaya pidiendo cuentas, y te vaya dejando a solas contigo mismo hasta llegar al momento de la muerte, sino que en ese problema que tiene enfrentado al hombre de dejar de pesar en el sentido gravitatorio en cada plano, es desde el momento en que se da cuenta de que tiene limitaciones, de que tiene más de lo que necesita que empieza a soltar lastre. ¿Cómo vamos a subir una montaña con mucho peso encima? ¿Se dan cuenta? Entonces, todo cuanto nos sobre, ¿por qué no lo tiramos?, dense cuenta que estamos cargando, que estamos acumulando, y llegamos a la vejez acumulando todavía y, naturalmente, cuando llegamos a este punto, en plena dificultad, porque tenemos que pasar por aquí y si llevamos mucho peso, mucho bagaje, no podemos pasar, entonces quedamos detenidos aquí, en estos bajos niveles, creando toda la confusión psíquica que se está debatiendo y que se está registrando en un momento actual. Cuánta fuerza psíquica ambiental, cuántas modificaciones negativas del ambiente vienen por la participación activa de todos aquellos que con sus sacos llenos están ahí, y dense cuenta que un ser humano no es una piedra, es un ente psicológico capacitado para emitir vibraciones, ¿y qué creen ustedes que pasa con las vibraciones?, no se quedan ahí, están volviendo a su lugar de procedencia, así, el karma de la humanidad, un ambiente social planetario es siempre el resultado de la actuación psicológica del hombre y la capacidad que tiene el individuo de dejar lastre a medida que va avanzando hacia este momento viene la paz del alma. Cuando hablamos de paz, ¿a qué nos referimos exactamente? La paz no puede estar en nosotros, no puede coexistir con nuestra vida psicológica si está llena de cosas, ¿dónde vamos a poner la paz si todo está lleno? La paz exige un vacío, un tremendo vacío de mente y de corazón, y esto no es negativo si se dan ustedes cuenta que un vacío de cosas es un lleno de cosas divinas, se llega el momento en la vida en que el hombre se da cuenta que tiene paz, se siente en paz, no es que la pregone la paz, es un efecto en su naturaleza y está irradiando, pues bien, ¿se dan cuenta que cualquier persona, en este sentido de evolución, cuando está restituyendo a la vida, con tiempo, con anterioridad, se está preparando para la muerte final, midiendo cada paso en su vida, dejando de pertenecer a las cosas y dejando que las cosas le dejen en paz? Entonces, en vez de crear focos de energía negativa estará creando focos de energía positiva y, entonces, son aquello que Cristo definió como la Sal de la Tierra, aquellos que endulzan el ambiente, le dan un sabor al ambiente, y esto naturalmente será uno de los atributos personales del individuo que vive en la Nueva Era, pero, ¿por qué hay que esperar a la Nueva Era?, estamos ya en la Nueva Era si queremos, ¿por qué vamos a esperar a que sea un astro que nos diga “ahora es la Nueva Era hay que actuar de esta manera”? Una era siempre viene condicionada por lo que es el hombre, por grandes que sean las energías que procedan de Acuario si el hombre pisceano en sus acciones, y no haga nada por remediar este caso Acuario pasa inadvertido, al contrario, con el peligro de aumentar, de quintuplicar sus defectos, ahí están los problemas que tiene que enfrentar el investigador esotérico para hablar del discípulo, que somos todos nosotros.

Interlocutora. — Yo quería preguntar: ¿en qué se nota, o cómo se puede considerar que una persona es un discípulo aceptado?

Vicente. — Yo diría que estando muy atento, porque se dice que pasa el Maestro por tu lado y no lo reconoces, y a veces el discípulo aceptado, el iniciado, está trabajando en la oficina contigo, o en un taller. (Y se dice), es que vendrá un hombre con una estrella en la frente que diga: “soy un iniciado, adoradme”, como hacen algunos, y ustedes lo saben.

Interlocutora. — ¿Pero, él lo sabe?, el que lo es, ¿lo sabe?

Vicente. — Naturalmente puede saberlo, pero, puede ser que en algunos casos no lo sepa, porque es un caso de registro del cerebro. Supongan ustedes que tengamos una conciencia astral pero que no tengamos el complemento, la célula que identifica este cuerpo astral con el cuerpo físico, a través de aquella célula. El instrumento del cerebro es maravilloso, pero está todavía en formación, está todavía en el proceso de absorción, cuando el cerebro del ser humano llega a cero, no en un sentido de actividad sino en un sentido de resistencia a la vida, entonces vendrá un nuevo orden de cosas y, entonces, como todos seremos iniciados nos reconoceremos, porque por los frutos son reconocidos, ahí está la respuesta. Es por los frutos que se reconoce al iniciado, o al discípulo aceptado, o al Maestro en una escala mucho mayor.

Interlocutor. — En la Biblia, en los Evangelios se dice que en donde hay amor no hay temor,… (no se entiende) sólo sé que no sé nada, que es un punto de humildad que dice mucho y que hay que reconocer.

Vicente. — Sí, tiene razón. El caso es que la persona puede poseer conocimientos y, sin embargo, no estar atado a los conocimientos que posee. Desde el momento en que la persona sujeta a gravitación por propios merecimientos, los Señores del Karma son realmente impersonales, no dan ni quitan nada, solamente son la ley, y si el hombre está buscando siempre constantemente el proceso de absorción, el proceso de identificación con las cosas, está deteniendo el curso de su vida, aparentemente la rueda de Samsâra dará vueltas y volverá a la muerte de la misma manera que vino al nacimiento, pero, ¿qué pasa aquí?, cuanto menos peso llevemos en el momento de la muerte más rápida y segura será la ascensión al mundo espiritual, al Devachán, cuanto más peso, y el conocimiento esotérico puede ser un peso si nos apegamos al mismo, se convierte también en un motivo de fustigación del yo, pero no en un sentido de avanzar sino de retroceder, impulsa hacia abajo, y, naturalmente, el impulso hacia abajo está en contra de la espiral de la evolución, no hace otra cosa que comprimir el yo, mantenerlo siempre en el centro de un conflicto, y este mundo en conflicto creado por muchos seres en conflicto es la civilización actual, son las conquistas de nuestra sociedad moderna con la sociedad de consumo que es el sumun del momento de adquisición del yo, o del proceso de absorción. Hay personas que van a comprar cosas sencillamente por tenerlas, porque van baratas y tienen una serie de cosas que jamás utilizarán, y son cosas raras y cosas que no querrán nunca realmente porque son en cantidad masiva. Esto es la sociedad de consumo y ustedes verán la televisión y constantemente esto y constantemente lo otro, pero la gente, como no para, está hipnotizada delante la televisión, está acumulando, está sedimentando, está en este momento adquisitivo y siempre está en lo mismo. Y, naturalmente, ¿quién se beneficia de esto?, en el fondo nadie, porque mantienen el mundo en el estado actual en que se encuentra, siempre con el temor de guerras y conflictos, pero, ¿qué pasará cuando nuestra mente se desligue de lo que vea, de lo que percibe, cuando la emoción se sienta libre de todo cuanto implique un acontecimiento o un hecho?, el corazón es el que decide siempre. Cuando el corazón queda en paz la mente está serena, y viceversa, deben estar de acuerdo la mente y el corazón, cuando la mente y el corazón están de acuerdo, cuando entre la mente y el corazón existe un cero solamente se aniquilará por completo, entonces, esto, [Vicente señala al corazón] se abre por completo en toda su amplitud, entonces deja de ser un hecho la vida espiritual y la vida material, y se convierte en un círculo máximo, entonces el ser ya jamás reencarna, ha entrado en la fase de Adepto. ¿Se dan cuenta? Es una figura que se puede ampliar con una explicación técnica, pero una cosa es señalar así gráficamente una cuestión y otra cosa es enfrentar el hecho psicológico. Es más fácil ver las cosas cuando se presentan claras, ¿verdad?, pero, ¿qué hacemos después con este bagaje?, a cargar de nuevo. Es la ley, es la línea de mínima resistencia que está haciendo el yo. Al yo le es más fácil adquirir que dejar, y esto en todos los niveles sociales de la vida, en todos los espacios familiares, en el mundo profesional y finalmente en el ambiente social que nos rodea. Siempre en el fondo de la cuestión verán intereses, y estos intereses son el peso específico de la evolución, lo que mantiene en incesante movimiento la rueda de Samsâra, la rueda de muertes y nacimientos. ¿Y cuándo terminará esto?, ¿quién tiene la palabra?: el ser humano. El ser humano que comprende íntegramente la cuestión, no simplemente que intelectualmente se dé cuenta de que es verdad y diga: “sí es verdad, esto está reconocido”, y vaya cantando esto a otra persona, y así. Pero, ¿quién será el que se decida a dejar cosas? Ahí está el problema, dejar de ser en el tiempo para ser en la eternidad, para ser uno mismo, el yo en la plenitud del Verbo.

Leonor. — Yo pensaba que mientras decías esta fuerza centrípeta que hace que en la niñez y en la juventud -hablando de la Nueva Era-, esto de adquirir las cosas para ir dejándolas, habrá una técnica para que cuando se tiene sirvan para algo creador, y se puede ser creador y a la vez no quedar ligado a las cosas, entonces esta técnica será la de la Nueva Era, y creo que la juventud de ahora es de la Nueva Era ya, puede pensar cómo lo hará para ser creador y a la vez no atarse a las cosas.

Vicente. — Si decimos al individuo: “tienes que hacer esto para librarte de otra cosa”, te estás ligando otra vez, porque antes nos hemos detenido a hablar del problema de la adquisición, pero cuando el individuo adquiere una técnica tiene otra cosa más, así pasa con el yoga. ¿Qué es lo que pasa con el yoga? El yoga es un interés, simplemente, son muchas técnicas, “deja esto, deja lo otro”, pero los que están al frente de las organizaciones no piensan en dejar nada, piensan tener muchas cosas. Vean ustedes la raíz de un movimiento, siempre hay una fuerza económica que mantiene todo aquello. Bien, dense cuenta, si ahora dijera, pues bien, voy a explicarles a ustedes la técnica para dejarlo todo y, ustedes naturalmente dirían: “sigo la técnica pero no quiero dejarlo”.

Leonor. — Yo hablaba del aspecto creador, no de la técnica.

Vicente. — Pero, es que en tanto exista en la mente algo que nos atrae la atención no puede haber una superación del yo, entonces, ¿qué pasa?, cuando el individuo está plenamente atento, observando todo cuanto ocurre, es decir, que sale del ruedo de su yo, sale de aquí, deja de estar constreñido a una situación ambiental, de la clase que sea, si está la persona muy atenta al proceso, automáticamente se está liberando. Pero, no estamos atentos, ahí está el problema. Yo les diría como técnica que estén atentos, no es ninguna técnica, es una ley natural, hay que estar atentos, si no, ¿por qué nos han dotado de mente? El problema está en que utilicemos la mente en forma creadora, y, ¿cuándo es creadora la mente?, cuando está observando íntegramente todo cuanto ocurre, cuando no queda ningún resquicio para acumular, que todo es dejación, ¿y cuando hay dejación?, cuando el yo está en la plenitud de la observación existe un vacío, existe una paz, porque en la fruición de la actividad creadora el yo se ha perdido, se ha difuminado, el temor a la muerte ha desaparecido, existe solamente amor a la vida en aquellos momentos, solamente existe esto. Así, les hablaba antes del vacío creador, que es la forma más potente, más dinámica de enfrentar la vida. Estar vacíos constantemente indica que estamos plenamente atentos en todos los momentos y en todas las situaciones, porque cuando la mente está comprometida en algo realmente interesante no puede escapar de aquello tan interesante, su yo está en aquello, está perdido, está difuminado, está vacío, y entonces es cuando viene la fuerza de la Naturaleza, la fuerza del Espíritu y va llenando aquellos espacios que vamos dejamos vacíos, y esto es la mente creadora. Cuando la mente deja de actuar en forma sincrónica con el ambiente, cuando se sintoniza con la fuerza del Espíritu existe un paso… [corte de sonido]

 

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Conferencia Vicente Beltrán Anglada
Barcelona
14 de octubre de 1978

Digitalizada por el Grupo de Transcripción de Conferencias
24 agosto 2008

Editada por el Centro de Estudios VBA (en curso)
5 noviembre 2008

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