Conferencia
Vicente Beltrán Anglada

[edición en curso]

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La verdad ha de presentarse de tal manera, que convenza sin atar y que atraiga aun sin convencer. Esto sólo puede realizarlo el lenguaje del corazón.

[VBA: Introducción al Agni Yoga, p. 49]

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Conversaciones Esotéricas

SNE

Las Pruebas del Discípulo en el Ashrama - I

Barcelona, 13 de septiembre de 1984

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Barcelona, 13 Septiembre 1984. —Conversaciones Esotéricas: Convivencia Social y Adaptabilidad. La Convivencia social y la Adaptabilidad a la misma. La base mística de la Adaptabilidad es el Silencio. Adaptabilidad y analogía a los Logos Creadores. El despertar de la Conciencias Grupales y su Adaptabilidad. Silencio, Espacio y Tiempo.


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Interlocutora.Tengo una pregunta. Una pregunta sobre la convivencia, que así aprendemos que… una cosa que es pasada, tenemos que aprender la conciencia grupal... los seres humanos, esto está muy bien. Luego viene la dualidad que es la polaridad de hombre y mujer, entonces estás otra vez en la separatividad, o sea, estás en una cosa que hay dos, y ahí ya veo un problema… en los temas familiares, y lo comprendo, y hay una frase que dice lo de la adaptabilidad. Y, entonces, este punto es quizás interesante para ver hasta qué punto una adaptabilidad es en bien o es solamente ceder, o es un punto de vista nada más.

Vicente. Es verdad que la convivencia social es lo más difícil de realizar, hasta el punto de que si no hay una convivencia interna, digamos, muy espectacular, muy grande, es imposible penetrar en el ashrama. Después se nos habla de la adaptabilidad, pero la adaptabilidad no es transigencia. Se habla de adaptarse a los ambientes, a las situaciones, incluso a las personas, pero esto no significa estar de acuerdo con las situaciones, con las personas o con los ambientes, sino simplemente darse cuenta de que hay que poner lo que esotéricamente se llama la responsabilidad mística, porque el poder sin responsabilidad no sirve para nada. Entonces, la convivencia social es adaptabilidad, y se nos cita al elemento agua, que sin dejar de pertenecer al elemento agua se adapta sin resistencia alguna a todas las vasijas. El hombre debiera ser en cierta manera como el agua, lo cual no sucede desdichadamente, y adaptarse a todo cuanto se le presenta. Adaptarse al karma, con todo lo que el término karma implica, adaptarse a la vida espiritual, con todo lo que la vida espiritual significa, adaptarse a la vida de la sociedad, a la vida de la familia, a la vida de los ambientes, de los grupos, de todas las situaciones. Y esto implica un gran esfuerzo, no simplemente de la razón, un gran esfuerzo de la intuición, un gran esfuerzo interno, una expresividad espiritual de tal naturaleza que todos los ambientes aparezcan en el mismo nivel. Has hablado creo de la adaptabilidad en el matrimonio, todo depende del grado de adaptabilidad de cada uno, al otro y al ambiente social que les rodea. En primer lugar, la persona que vale más espiritualmente es la que más tiende a situarse en el nivel de objetividad adaptable, o adaptable objetividad, como se quiera explicar este fenómeno de adaptación. En todo caso debe situarse en un ambiente en el cual si el ambiente es cero, debe ponerse a cero, si el ambiente es cuatro, se pondrá a cuatro. A esto se llama estabilidad magnética, que es muy difícil de conseguir y son una de las pruebas que se asignan en los ashramas de la Jerarquía, hasta el punto de que llega un momento en la vida del ser, en la vida de la influencia, digamos, de la Jerarquía, sobre los seres, en que se tiene una constancia, se tiene una experiencia mística sobre la adaptabilidad como hasta aquí no ha sido conocida. Es decir, que nosotros conocemos un ambiente social, el que nos rodea, en nuestro ambiente en tanto que estamos juntos estamos muy adaptados todos, porque lo que estamos haciendo es adaptarnos, tratando de utilizar la atención para adaptarnos, pero, ¿qué sucedería si estuviésemos juntos un año seguido?, ¿resistiría nuestra adaptabilidad todo el entrejuego de fuerzas y energías? ¿Verdad que es muy difícil? Estamos una semana juntos unos cuantos y ya estamos buscando diferencias, pues si esto o si lo otro, y porque siempre estamos en un nivel de lo que nos es propio y no queremos descender de este nivel, suponiendo que estemos por encima de los demás, porque ascender a veces nos es imposible debido a las propias características o situaciones espirituales de nuestra vida. Pero, una de las pruebas ashrámicas es la adaptabilidad. Tienes que convertirte en algo tan fluido, tan adaptable, que la sociedad en su conjunto te parezca parte de ti mismo y que tú constituyes parte de los demás y, por lo tanto, la lucha deja de ser. Hay una tremenda inofensividad en la persona adaptable, que no es un esfuerzo, la disciplina de adaptación, porque, en tanto hay disciplina no puede haber adaptabilidad, habrá una rigidez. La rigidez que es la que está enseñoreándose de la disciplina o del ser que utiliza la disciplina.

Creo que se puede decir mucho acerca de la adaptabilidad. Pero, como he dicho, creo que hay suficientes notas de interés para que cada cual se haga una idea esotérica. Salvo decir algo muy interesante y es que los Maestros deben adaptarse a las situaciones mundiales para comprenderlas, habida cuenta que están en un nivel superior, y los Maestros deben adaptarse a los demás Maestros por razones de Rayo, implica que cada Rayo es distinto, por lo tanto, las situaciones engendradas por una energía de Rayo en un momento determinado puede parecer muy distinta de otras situaciones de Rayo en momentos determinados. Y, sin embargo, los Maestros que están trabajando dentro de estos Rayos, están adaptados completamente los unos a los otros trabajando por el bien común. Cada uno de los Rayos tiene una significación esotérica tremenda y tiene un campo de fuerzas magnéticas, electromagnéticas, radioactivas, dinámicas, influyentes en grado sumo; y claro, como ya hemos hablado de los grupos egoicos, no hay ningún grupo egoico que luche entre sí, por razones de Rayo, por razones de Subrayo. Esto solamente queda para nosotros, que estamos luchando en la vida física, en la vida kármica, podríamos decir.

Para mí, esto es lo que se puede decir. Claro, que se puede hacer un libro sobre la adaptabilidad, empezando ya por la ley de afinidad química, porque, como decía Ramón ayer, los átomos se van juntando por afinidad, por afinidad química, pero esta afinidad química forma parte del 2º Rayo, forma parte del Amor del Logos. Me parece que… no sé si te he contestado a lo que has preguntado, pero hay mucho que decir sobre esta cuestión. Podéis decir, por ejemplo, cuáles son las bases místicas de la adaptabilidad, que para contrarrestar la tendencia que tiene el hombre de luchar constantemente contra todo cuanto le rodea, para afirmar simplemente su personalidad, podemos decir que la base de la adaptabilidad es el completo silencio, el silencio de la mente, el silencio del plexo solar, el silencio de todas las características humanas. Por eso es tan difícil la liberación, porque la liberación es el silencio absoluto. Cuando nada queda por registrar dentro de la conciencia, cuando la conciencia queda ya reducida, no ya a un término descriptivo del tiempo, sino a la inmensa amplitud del espacio, cuando el círculo infranqueable de la conciencia -el círculo-no-se- pasa- ha sido trascendido, quizá en lontananza se percibe todo el círculo-no-se-pasa, pero cada vez es más fluido, menos denso, más adaptable, por decirlo así. Fijaos lo que sucede con la vida de los Logos, inmersos dentro de una congregación social de Dioses, cada cual con su propio universo, en contacto con otros universos. Y habría que hablar también de las Jerarquías, o las grandes Fraternidades Blancas, en este caso, que están trabajando, operando dentro de los universos de los Logos, una Jerarquía similar a la nuestra, pero en grado superlativo. ¿Qué sucedería, por ejemplo, con la Gran Logia Blanca de la esfera Betelgeuse, dentro de cuya constelación hay millones de soles? O de Aldebarán, por ejemplo, la estrella mística de la Osa Mayor, la principal, o la Estrella Polar mismo, que pasa muy por delante de nuestro Sol y que constituye hasta este momento el puente de atracción magnética de la Tierra; kármicamente hablando, hay un Logos que tiene cierta simpatía de Rayo con el Rayo del Logos Planetario. Lo mismo podemos decir con el Universo, tiene una cierta relación, porque el eje místico del Universo, que atraviesa el 4º Subplano del Plano Búdico, está entrando en la esfera Alcyone de la Constelación de las Pléyades, la cual está inmersa dentro de la Constelación de Tauro. Y, claro, yo no sé si se pueden deducir consecuencias aquí de adaptabilidad. Estamos dando vueltas planetariamente alrededor de la Estrella Polar. Antaño estábamos dando vueltas alrededor de la estrella Sirio, porque existen las constelaciones que hacen oscilar tres estrellas, existen también los karmas de los Logos Planetarios, los Rayos de los Logos Planetarios, y tenemos también que nuestro Sistema Solar está oscilando en su entero con todo su contenido alrededor de un eje misterioso que está enfilando la estrella Alcyone. Y, naturalmente, por eso han deducido las vinculaciones cósmicas de la Tierra con los Señores de la Llama y, por ejemplo, el Logos Solar con las Pléyades y con la Osa Mayor. Esto son cosas que forman parte también de la –podríamos decir– de la adaptabilidad de los Dioses. Y aquí ya podríamos también meternos en más honduras, el porqué tenemos nosotros que pertenecer a un grupo de universos, a un Sistema Cósmico donde hay siete universos, y pensar que estos siete universos están tratando constantemente de adaptarse, porque habrá un universo de séptimo orden y el nuestro es de cuarto orden, habrá de quinto orden, de sexto orden, para que esté toda la armonía completa. Y lo mismo sucederá con los hombres celestiales de un Esquema terrestre, que serán de primero, segundo, tercero, cuarto orden, de acuerdo con su evolución. Y eso también hemos de tenerlo en cuenta cuando estamos hablando de adaptabilidad. Un Logos sagrado, por ejemplo, de Venus, será más adaptable al Logos Solar que al Logos de la Tierra, que está en su 4ª Iniciación Cósmica, solamente. Y ahora estamos pendientes precisamente de esta gran crisis que precede a la iniciación cósmica del Logos Planetario, que la recibirá a través del cuerpo místico de Sanat Kumara. No sé si nos dice gran cosa esto, porque no podemos decir si es práctico o no es práctico hablar de estas cosas tan elevadas, cuando todavía nos sentimos inadaptados a las situaciones, y a las personas y a todo cuanto nos rodea. Claro, también hablamos del ashrama y, naturalmente, habría que hablar también de la adaptabilidad entre los distintos ashramas, de la adaptabilidad dentro de los distintos miembros del mismo ashrama, con lo que ello significa, si nos damos cuenta de que un ashrama tiene siete esferas concéntricas también, como la esfera de Shamballa, como los planos del Universo, y que en cada una de estas esferas del ashrama hay personas con distinto tipo de vibración. Se exige en la entrada dentro de la 1ª Esfera que exista una gran participación social con los demás, antes de ingresar. Se empieza en un plano, la persona ni se entera, porque hasta que no está en la 3ª Esfera no se da cuenta de que está en un ashrama, pero estás en la zona de atracción magnética periférica del ashrama, en donde se preparan a todos, porque todo está vivificado por la substancia mental del Maestro, para que vayan cundiendo las energías del amor fraternal entre aquellas personas, para hacerlos adaptables y, cuando hay suficiente gente adaptable dentro de una esfera, las personas que han demostrado más adaptación pasan a la 2ª Esfera, donde tendrán que principiar otra vez al proceso de adaptación. Adaptarse a la 2ª Esfera, a los entes de la 2ª Esfera, a los acontecimientos sociales de la 2ª Esfera, para pasar a la tercera, en donde el Maestro permite de oficio -utilizando un término jurídico- dentro del centro místico del ashrama, con plena conciencia; cuando te pregunta “si quieres ser de los nuestros”, existe ya una expresión de adaptabilidad más principal, o más interesante, que en las dos (esferas) anteriores. Pero, luego, tienen que pasarse al centro místico del ashrama, donde está la 4ª Esfera, que es en donde deben participar todos los miembros que están allí de lo superior del Maestro, y de lo inferior que surge de las capas periféricas. Y todo es un trabajo de adaptación: adaptación del 1er Rayo al 7º; del 2º al 6º; del 3º al 5º. Siempre queda condicionado por el 4º, que es la esfera que unifica todas las tendencias, todas las reglas, todos los procesos históricos y psicológicos o místicos, ya no de la humanidad sino del propio Dios, del propio Logos, esta participación mística de todo este proceso. Claro, y venimos aquí a hablar de adaptación como si fuese algo a lo cual no podemos acceder; de hecho, aquí estamos adaptándonos constantemente, después surgimos de aquí quizá con una carga de energía espiritual renovada y nos adaptamos más profundamente todavía a los demás, así vamos escalando paso a paso los escalones del sendero místico que lleva al discipulado consciente. Y, después, podemos hablar de un ashrama como de algo real, no de algo mítico del cual hemos oído hablar, sino que se trata de una experiencia, una experiencia de relación con iniciados que pertenecen a la Gran Fraternidad. El contacto con un Maestro (con quien), donde nuestro grado de adaptabilidad tiene que ser mejor incluso que el del propio Maestro, porque el Maestro no tiene esfuerzo de adaptación a sus criaturas, a los miembros de su ashrama, pero lo que está cerca del Maestro tiene constantemente que esforzarse por llegar a su altura, es aquella persona que constantemente se está preguntando si la cosa la hace bien o la hace mal, porque siente dentro aquel impulso que tiene que elevarlo constantemente. Y así, todo cuanto se haga en la vida, en este orden de cosas, tienen la importancia de la adaptación, y en cierta manera, hablando del agua no en un sentido astral sino en un sentido alegórico, podemos decir que es el líquido que más se asemeja a lo que técnicamente, psicológicamente, podemos llamar adaptabilidad, porque se adapta a todas las vasijas, se adapta por doquier, sigue el cauce del río, no se escapa; si se escapa será porque han surgido elementos que le obligan a adaptarse a otras situaciones, incluso hay algo magnífico en un gran temporal, en un gran huracán, si examinamos el agua desde el aspecto místico de la adaptación. En fin, creo que…

Interlocutor. A mí, de todas maneras, me ha sugerido la palabra adaptabilidad una nueva extensión de lo que ya se ha dicho aquí varias veces y hemos comentado como ética de crecimiento, el Maestro Tibetano también lo menciona, en el cual compara la humanidad como un todo, a un niño que, en el momento de nacer no es consciente de nada, la humanidad también, en sus albores supongo que tampoco era consciente de nada y obraba como un ser primitivo a las reacciones externas. A medida que va creciendo este niño se vuelve egocéntrico, todo lo quiere para él, y la humanidad, supongo que también esta debe ser la etapa en la cual nos encontramos y necesitamos de alguna manera este apoyo externo, pero del cual nosotros somos siempre el motor central, o queremos serlo. Entonces, en la siguiente etapa ya se va compartiendo, quizás a través del matrimonio, se va compartiendo posiblemente con… más luego la familia que viene todos estos derechos, posesiones, etc., ¿no? Yo supongo que también el grupo trata de adaptarse, ahí está quizás lo bueno de esta palabra, entonces, el Maestro Tibetano lo ha enfocado como un peldaño más dentro de esta evolución, que es una etapa en la cual el trato grupal, la evolución, debía concienciar a la gente, hasta despertar que la conciencia estaba precisamente en este contacto grupal, en este compartir los mismos ideales, los mismos pensamientos y tratar esta adaptabilidad. De todas maneras creo que el siguiente peldaño que trata el Maestro Tibetano dice que, en primer lugar, se ha de despertar la conciencia grupal y después la reunión de los grupos, es decir, de un grupo con otro grupo, que si bien el carisma, el egregor, no son iguales, pero de todas maneras esta adaptabilidad romperá esquemas, romperá lo que llaman los rosacruces este acristalamiento y se hará posible que estos dos grupos o “equis”, lo que sean, se adapten porque de todas maneras reconocerán en el medio de que hay una meta común. Entonces, es aquí, quizás, donde cobra una mayor extensión, mayor amplitud esta palabra, adaptabilidad, en tanto que uno se creía el centro dentro de un grupo en el cual todo el grupo éste era una esfera que compartía unos ideales comunes; entonces, esta esfera hay que romperla para ver más grupos que comparten y siguen otros caminos, porque las presentaciones son diferentes. Entonces, claro, esta adaptabilidad se puede también extrapolar a la humanidad; es decir, si estas ideas, estas religiones que comportan estas esferas de cada nación, de cada religión, etc., cuando se vea el efecto que subyace, el espíritu que subyace en cada una de estas esferas, si se rompiera este acristalamiento, esta adaptabilidad reinaría para todos y se vería la paz, se vería evidentemente, pasaríamos de lo que decía ella, de la forma al espíritu. Es decir, ¿esta progresión está aún muy lejana?, ¿cómo la ves?

Vicente. Bueno, esto de la lejanía o de la cercanía depende del ser humano siempre. Ya no hablemos de la readaptación sino la intención de adaptarse. Hay personas que no quieren adaptarse, están tan cristalizadas, utilizando tu propio término, que no quieren surgir de su cristal, de su cristalizamiento, ¿eh? porque encuentran que dentro se encuentran seguros, es la conocida “torre de marfil egoico”, en donde cada cual es el rey de su propio imperio, y es muy difícil traspasar las barreras que limitan esta torre de marfil, que en el fondo es un castillo de naipes, porque no tiene consistencia, no tiene base espiritual y, por tanto, el tiempo tiene que desplomarla, como tantas obras se han desplomado a través del tiempo. Han desaparecido razas, civilizaciones, culturas, absorbidos por la vorágine de los siglos, y luego cae todo con estrépito, en ruinas. Pero, el hombre es vivo constantemente, y ha de afirmar todo el sistema de adaptabilidad en la conciencia espiritual, no en la conciencia por ejemplo de seguridad, porque una persona se adapta a otra por seguridad, para evitar que aquella persona la moleste, o para evitar que aquella persona pueda causar algún perjuicio, ¿verdad? Y, claro, ven que la base de la adaptabilidad es muy, muy dinámica, y arranca de la propia vida espiritual, no de la vida personal, del castillo de naipes o de esta torre de marfil que hemos ido construyendo a través del tiempo y ha creado este monolito que llamamos el yo, el yo de cada cual. Cada cual es su yo, sin darse cuenta que el yo que ha formado es la reunión de los elementos, que también se hablaba ayer, elementos elementarios, digamos en un sentido que desciende de la escala de los valores evolutivos, esa escala involutiva que ha formado este yo, porque el yo se afirma a través de la afirmación de cada uno de sus tres vehículos. Una vez los tiene bien afirmados, y él cree que con la afirmación de los vehículos y la conciencia de cada vehículo corresponde en su medida, se da cuenta la persona de que no tiene contacto con el exterior. Lo tiene ficticio el contacto con el exterior. En este caso no se puede hablar de adaptación sino de una lucha tremenda por subsistir dentro de la torre de marfil, porque la vida interna de la cual se sustenta va subiendo, es como la planta que busca el Sol, o es como el loto que está dentro, la flor, en un principio está la semilla en el barro de cualquier lago cenagoso y va subiendo, subiendo, y esta semilla enterrada en el fango va subiendo, va subiendo, hasta que llega a la superficie y, entonces, ha tenido que adaptarse al barro, al agua cenagosa, al agua más clara de la superficie y luego a la superficie, y finalmente al Sol; y entonces, cuando se ha adaptado al Sol, que es cuando el ser se adapta a la vida interna, entonces surge la flor del loto. La condición del loto como ejemplo es esto, es la adaptación a todos los medios sin cristalizarse, desde que ha nacido o ha empezado a germinar la semilla, ha habido un momento dinámico constante, que no se ha paralizado, en tanto que el hombre una vez ha creado su arquitectura, toda su esfera de contactos cerrados, ya ha dejado de crecer espiritualmente, ¿y qué sucede entonces?, sucede que la vida interna quiere surgir, y está presionando y la presión de la vida interna contra las paredes de nuestra torre de marfil crea el dolor, y por eso siempre he dicho que el dolor es resistencia. La resistencia del hombre a la vida crea dolor. La resistencia a la vida nace siempre de estar encerrado dentro de una esfera cerrada, donde no hay más contactos que los propios, con un reducido ambiente, limitadísimo, de personas afines que participan del mismo poder “egoístico” de la torre de marfil. Y luego hablabas del matrimonio, pero ¿qué sucede cuando en el matrimonio hay dos personas que se quieren y están en una sintonía vibratoria parecida?, parecida en el sentido de que la persona que tenga la vibración más elevada, desciende y se coloca en aquella situación. Pero, ¿qué sucede cuando vienen los hijos, cuando participa el aspecto hijo ya en todo este aspecto, digamos, dinámico, de la vida matrimonial?, pues estableces enseguida la lucha de generaciones, porque los padres han vivido en una época y los hijos en otra y, entonces, los padres tendrán que ser muy adaptables en tanto están creciendo sus hijos en ciertas situaciones que ellos no han vivido; entonces, si están dentro, cada cual en su torre de marfil, tendrán la triste idea de querer que todos los hijos se comuniquen con aquella esfera cerrada o con aquella torre de marfil nacida de prejuicios anteriores. Es la lucha de las generaciones, es una lucha tremenda. ¿Cómo podemos comprender nosotros esta música infausta, esa música moderna, que es un ruido insano, cuando nosotros hemos estado educados en un ambiente de armonía? Podemos comprender, sí comprendemos, pero no participamos. Yo puedo comprender que a un joven le guste la música estruendosa, pero no participo de la música, sin embargo, comprendo, y en la base de esta comprensión debe haber una adaptación. Pero, los hijos sucede que todavía no han tenido la experiencia necesaria y están creciendo desde un principio –porque está en la base de la sociedad– dentro de sus respectivas torres de marfil, con todo cuanto se alimenta del ambiente circundante de la era moderna, con todo cuanto nosotros criticamos porque sabemos de corazón que es inadaptable en una sociedad justa, que está buscando valores artísticos o valores sociales mejores que lo que conocemos. Si alguna vez hablo de que hay deformación en el arte es porque siento el arte internamente. Si veo que la música es un ruido y no es música es porque siento internamente la música. Yo puedo decir, esta música es negativa y te va a hacer daño, porque te está destrozando el plexo solar, porque estás retrocediendo a la época Lemur y le estoy solicitando, pidiendo, que no se adapte a esta música, porque esto sí que es una adaptación falsa que viene producida por todo cuanto de infausto sobre música o sobre arte se realizaron en épocas pasadas, y ahora convergen aquí precisamente por lo que decía ayer el amigo Ramón, por el imperio del 7º Rayo que vivifica todo, lo bueno y lo malo. Y aquí hay nuevas tendencias, las tendencias buenas y las malas luchando, ¿cómo vamos a aceptar una situación pisceana con una posición, o una decisión, o un acontecimiento que es típicamente acuariano? No se puede adaptar, se puede comprender y después pasar adelante. ¿O es que hay una transigencia entre el espacio y el tiempo? El tiempo siempre está reaccionando dentro del espacio, y el espacio –que es una entidad dévica- carece de reacción y, sin embargo, participa de todas las reacciones temporales. Y aquí hay un tema de meditación para los esotéricos. Tiene que llegar a comprender que cuando hablo del silencio hablo del espacio, y cuando hablo de la torre de marfil me refiero al tiempo. Y siempre estamos en ambas vertientes: en tiempo y espacio, y cuanto más espacio tenemos dentro de la mente menos tiempo tenemos en la mente, menos subterfugios, menos astucias mentales, menos conclusiones, menos afirmaciones de la personalidad, menos nada, menos todo. Y yo creo que nos estamos entrenando en grupo para llegar a una situación de esta categoría, iniciática, podríamos decir. Si no lo hacemos así, sufriremos mucho, si queremos de veras introducirnos en el Sendero espiritual, Sendero con mayúscula. No es un sendero perdido en el bosque, no es tampoco un atajo, es un Sendero que nace del corazón, es la tela de la araña sobre la cual la araña se transporta. Nosotros estamos creando también una especie de hilo que nos conecta con la Divinidad. Nos parece un sacrificio constante de adaptación, sin reacción. Se puede atar uno con la reacción, sí, con el esfuerzo, pero si hay una comprensión serena, si hay una serena atención hacia los acontecimientos, si somos capaces de comprender a los amigos, a los hermanos, a los seres queridos en virtud de esta comprensión vamos siendo adaptables, la recompensa no está en el tiempo, está en el espacio, en el espacio multidimensional de la conciencia divina. Y todo cuanto hagamos para esto, volviendo como hace el pez que se muerde la cola, volviendo al principio de lo que he dicho. Lo más interesante para llegar a la adaptación es cultivar el silencio, y no voy a dar ninguna técnica de silencio porque si os gusta el silencio llegaréis sin esfuerzo. Si creéis que es una técnica a la que hay que llegar al silencio, partiendo de la objetividad del pensamiento, entonces empezaréis a luchar y me haréis responsable a mí de vuestra lucha o de vuestra resistencia, lo cual sería falso, porque nunca he dado ningún sistema de pensamiento, nunca he dado ningún ejercicio. Siempre he dicho: estad atentos, simplemente, porque la atención lleva como consecuencia, cuando llega a un grado superlativo, al silencio completo de la mente. Es tal la adaptación de este silencio que la persona ya no tiene por qué luchar contra alguien, contra algo, está por encima de la lucha. Y, si algo aprendemos en estas pequeñas reuniones que son para vosotros y para mí, de contactos ashrámicos, llegará el momento en que os sentiréis dentro de un Ashrama y en contacto con el Maestro, y todo habrá venido por obra y gracia de vuestra adaptación, no por vuestro esfuerzo físico, emocional o mental, sino por este sentido de comprensión que exige cualquier situación, cualquier persona, a la que podamos adaptarnos, a los acontecimientos o a la persona.

Y a partir de aquí, pues todo cuanto podamos hablar acerca de la Gran Fraternidad Blanca, de la Jerarquía de los Maestros, es simplemente tratar de adaptarnos a estas situaciones. Tampoco podemos decir: ¿cómo obraría el Maestro aquí? y quedarnos inermes, estáticos dentro de un movimiento constante, como es el gran movimiento de la vida. Y, sin embargo, al adaptarnos por esta atención suprema que vamos conquistando, al eterno movimiento de la vida, nos damos cuenta de que entramos en el reposo absoluto. Esta es la gran paradoja del esoterismo: cuanto mayor es el movimiento que imprimimos a nuestra mente, más silencio hay en la mente. Lo que pasa es que no damos movimiento a la mente, sino que nos sentimos impulsados por el pequeño movimiento externo que nos ha convertido, de una u otra manera, en estas torres de marfil a las cuales hago referencia. Y todo esto, si bien lo analizáis, lo hemos dicho tantas veces que parece redundancia, o que tengamos un afán, por ejemplo, de repetir los conceptos para grabarlos en la mente. Desdichado aquel que tiene que sentir su mente grabada por la fuerza o el fuego de las circunstancias o los acontecimientos. La verdad penetra o se descubre dentro por la adaptación constante, por la comprensión de los demás, y esta es la primera regla que aprendí en el ashrama y trato de practicarla, no siempre con éxito, pero es la ley y no hay más ley que ésta.

Y agradezco a la amiga lo que ha dicho, que ha empezado esto con la adaptación, porque es un tema que pocas veces lo hemos sacado en profundidad. Hemos hablado de la expectación serena, pues bien, añadid a la expectación serena, la adaptación. No se puede estar serenamente expectante si no estamos dinámicamente adaptados. No podemos estar adaptados ni ser adaptables, si nuestra mente está todavía presa en el concepto acerca de lo que es la propia adaptación y cómo realizarla. Tiene que venir como surge el sol por la mañana, o como la planta perfuma a su alrededor, sin esfuerzo, por el solo hecho de vivir constantemente adaptado a situaciones. A partir de aquí irán recurriéndose rápidamente las etapas del discipulado, porque no discutáis el hecho, porque es verdad de que estáis siendo observados, que muchos de vosotros estáis observados por el Maestro o por alguien enviado por el Maestro. Que algunos de nosotros estamos ya dentro de la esfera de aceptación y que estamos tratando de llegar al Corazón del Maestro y pasar de aquí a la iniciación. La 3ª Iniciación para mí es la más importante. Y luego seguir ascendiendo siempre por la ruta de la adaptabilidad y por la ruta de la comprensión, que son los términos equivalentes de la serena expectación. Por poco que lo analicéis, sin esforzaros mucho en analizar el problema, os daréis cuenta de que son términos equivalentes.

Leonor. ¿Puedo decir algo más sobre este punto? [Sí]. En el aspecto este de la adaptabilidad, creo que para empezar a ser adaptable, hay primero, para ser verdaderamente adaptable, hay que ser primero impersonal, porque mientras en nosotros existan deseos, apetencias de lo que sea, chocarán estas apetencias y deseos con las apetencias y deseos de los demás. Entonces, nunca podremos decir que somos adaptables solamente por el propósito de serlo, porque en nosotros van, podríamos decir, muchas cortezas, muchas cosas que llevamos dentro. Hacemos un propósito de ser adaptables, pero aquella persona tiene en su hacer, en su mover, en su actuar, pues también sus pasiones íntimas, sus cosas, que le resultan de una especie, digamos, magnética, hacia el otro círculo que forman las nuestras, y entonces es cuando se choca. Por lo tanto, para ser adaptable, para poder decir que se es adaptable, hay que ser impersonal primero, o sea, no existiría en nosotros el mundo de los deseos, de poder, de lo que sea. En fin, no hablo de nada en particular, pero, en fin, entonces es imposible ser adaptable. Hemos de empezar siempre “como si”, como dice el Tibetano, hemos de empezar a ser adaptables como si lo fuéramos y tarde o temprano llegaríamos a serlo, en una vida o en otra. Pero, en fin, el caso es que hay que tener presente esto: si no somos nosotros impersonales no seremos nunca adaptables, porque ya digo, llevamos una carga emocional dentro que choca con la carga emocional de los demás, aunque aparentemente digamos: no, no, yo primero acepto lo que los otros hagan, en fin, pero hay algo en nuestro interior que no lo acepta porque está en lucha con lo que llevamos dentro, y esto provoca una especie de descarga magnética que va influenciando el ambiente. Solamente quería decir esto, que hay que tenerlo presente.

Interlocutora. Respecto a lo que dices, pero, digamos, en el educador, su misión no es aceptar todo lo que… [No, no]. Entonces, aquí hay algo que no está claro del todo. Qué pasa, por ejemplo, como profesora de arte, pues me vienen con una… yo puedo comprender que está conectando con una vibración que está haciendo esto, que está rodeada de esta música estridente y tal y cual, pero yo no me puedo adaptar a eso. Tengo que tratar de hacer ver a esta persona aquello. Entonces, claro, ante esta persona yo podría hacerle creer que tengo prejuicios, o sea, mi prejuicio es que aquello no es amar el arte. Entonces, ¿cómo se puede entender esto?

Vicente. ¿A quién preguntas a ella o a mí?

Leonor. Bueno, es igual, es igual porque esto entra en el hacer diario, el, digamos, el transigir no es lo mismo que adaptarse, porque transigir con una obra mal hecha cuando uno tiene responsabilidad, no puede ser. Aunque, puede ser, actuar de una manera que, al querer ser adaptable, podemos decir aquellas mismas cosas de una manera distinta a como las diría una persona que no es impersonal. Puede decirse de una forma en que pueda enseñar y puede ser lo menos molestoso posible para aquella persona que puede tener que aprender. Pero, de todas maneras y como que es la carga emocional tuya la que puede hacer daño o no, como tú dices, más bien con amor, con lástima, con lo que sea, para enseñarle, esto no tiene necesidad de que tú tienes que transigir con una obra mal hecha, esto no es lo mismo que la convivencia, no es lo mismo porque un profesor tiene que enseñar, lo que también hay muchas maneras de enseñar. Esto también es un arte, un arte preciosísimo este de enseñar. Es un algo que se pueden decir las mismas cosas, pensarlo mucho primero, pensar antes qué palabra podríamos decir que tenga la carga necesaria para hacerle sentir y pensar aquello que le es necesario. En fin, todo es un sacrificio y una promesa, también, para después.

Vicente. Hay otra situación, un ejemplo, al hablar de situaciones extremas, cuando un profesor de arte, que siente el arte, se le presenta un alumno que no está preparado para el arte, debe reconocerlo. Es una forma de adaptación a una situación, entonces debe decir: no sirves, lo siento mucho, porque una de las leyes esotéricas más importantes es la ley de economía de fuerzas, de la cual somos responsables. Cuando el Señor del Mundo en ciertos momentos de la raza Atlante ordenó la destrucción del continente, no fue por falta de amor sino por un exceso de comprensión de la situación planetaria. Es lo que haría un buen médico, un buen cirujano ante un caso, por ejemplo, en el que un miembro debe ser amputado porque se ha podrido y está pervirtiendo todo cuanto tiene a su alrededor, y prefiere amputar el miembro enfermo para que la totalidad del conjunto pueda vivir, continuar viviendo, lo cual es una forma de adaptarse a situaciones, porque entonces se busca la solución total y no la situación pequeña, particular… (corte de sonido)

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Conferencia Vicente Beltrán Anglada
Barcelona
13 de septiembre de 1984

Digitalizada por el Grupo de Transcripción de Conferencias
26 Septiembre 2008

Editada por el Centro de Estudios VBA (en curso)
27 enero 2008

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