CONFERENCIA
 

VICENTE BELTRAN ANGLADA
 


 
 

Conversaciones Esotéricas 

Sobre el Conocimiento Intelectual.

En Barcelona, 25 de Octubre de 1.984

 

"LA VERDAD HA DE PRESENTARSE DE TAL MANERA, QUE CONVENZA SIN ATAR Y QUE ATRAIGA AUN SIN CONVENCER. ESTO SOLO PUEDE REALIZARLO EL LENGUAJE DEL CORAZON".

-VBA: Introducción al Agni Yoga, p. 49
 


Conversaciones Esotéricas 

Sobre el Conocimiento Intelectual.

 

Pregunta.- ¿Hay alguna relación entre los días de la semana y los planetas?

Vicente.- Objetivamente y subjetivamente, sí, aunque depende que tengamos la oportunidad de surgir triunfantes por encima de esas influencias, o aprovecharlo debidamente, porque todos los planetas son buenos en el fondo, pero nosotros no tenemos las capacidades de extraer de los planetas sus partes positivas, sino que siempre, debido a nuestro estado de evolución, el aspecto negativo de los planetas. Claro, ya es sabido desde la antigüedad que cada día representa, digamos, un planeta, y que cada mes una constelación o un signo astrológico; pero depende más de nosotros que de las propias, digamos, influencias planetarias. Por eso digo si hemos dado conferencias, digamos en miércoles, porque Mercurio está muy bien aspectado para el aspecto intelectual; y el jueves se dice que está regido por Júpiter, entonces, el jueves irá muy bien, singularmente porque Júpiter es el dador de vida, se puede decir, del Universo; el gran inspirador del amor, el Padre Creador. Es en el universo lo que representa Juan para Cristo. Cristo adoraba a Juan porque Juan era el que más amaba a Cristo, y según se nos dice, por razones de rayo o de karma de planeta, Júpiter es el que está más íntimamente relacionado con el Logos Solar, esto dicho por el Maestro Tibetano.

 

Pregunta.- El conocimiento, ante esta forma de ser, es el impedimento número uno para la vida esotérica. Pero… ¿acaso nosotros nos reunimos aquí, cuando tú nos charlas, de cosas que incluso van mucho más allá? ¿No es esto conocimiento también? Entonces, ¿dónde está esa limitación entre una cosa y la otra? Porque claro, si decimos que el conocimiento es una carga, de todas maneras, nosotros vamos  añadiendo un poco más de peso a esta carga, ¿no?

Vicente.- Bueno, date cuenta que yo no he dicho nunca que el conocimiento sea negativo en ese aspecto, sino que no es un fin para el pensador. El pensador utiliza el pensamiento como un vehículo; pero nosotros, me hace el efecto, como digo a veces, utilizamos el conocimiento como la máxima  expansión de la conciencia. Yo siempre hablo en un plan, digamos, superior, como si todos fuésemos discípulos aceptados por el Maestro, y que por lo tanto, todo cuanto digo tiene una relación con lo que se vive en el Ashrama. Os aseguro que el aspecto intelectual es una cosa y el aspecto espiritual es otra. Esas son fases vibratorias muy distintas. Aquí hablamos de conocimientos que casi, casi nos abren las puertas de la Intuición. Este conocimiento, el vehículo que nos lleva hacia dentro, es aprovecharlo y es bueno en sí. Ahora bien, me refiero siempre a la crítica que va a aquellas personas que se pasan el tiempo adquiriendo conocimientos esotéricos, como si fuese la finalidad del esoterismo adquirir simplemente conocimientos. Yo me refiero exactamente a esto.

 

Desde el punto de vista intelectual, el adquirir conocimientos constituye una base. Desde el aspecto espiritual, el conocimiento se utiliza como vehículo; no es lo mismo, cuando una persona accede al conocimiento para una finalidad o cuando accede al conocimiento para desarrollar sus intenciones o sus propósitos. Y aquí lo que hacemos es tratar de buscar a través de una experiencia, porque va el próximo paso a dar en la búsqueda espiritual. Repito: la búsqueda espiritual, no la búsqueda del conocimiento. El conocimiento, a medida que se va elevando, a medida que se va abstrayendo dentro del campo inmenso, digamos, del mundo de los significados, se va haciendo más sutil, más penetrante, más profundo, entonces es un vehículo, a medida que va ascendiendo, de comunicarse con el plano búdico, que es el plano intuitivo. Hay la fase concreta a la abstracta y luego del plano abstracto al nivel búdico hay un paso; un paso difícil de dar, pero es un paso, el paso que tenemos que dar todos. Es decir que, repito, aquí se trata de dar un paso que no sea simplemente intelectual, que no sea simplemente conocimiento, sino que rebose una experiencia que pueda aprovecharse colectivamente y también individualmente.

 

A ver si me explico. De todas maneras, el conocimiento como base del argumento, como base de la Intuición, como base de expresar la Intuición, es correcto. Pero como base de la Intuición; no para encerrarse en sí mismo y quedar allí, como quedan tantas cosas prendidas del aliento del pensador; sino es aquel estado de conciencia, dentro del cual el pensamiento queda arrinconado a un lado de la conciencia a disposición del pensador, cuando el pensador tiene necesidad de pensar; o bien de transmitir imágenes búdicas, si puedo decirlo así, porque en el plano búdico no existen imágenes, al menos desde el punto de consideración de la mente concreta. Pero, tener una mente provista de conocimientos para utilizarlos, para expresar lo que intuitivamente vamos captando, entonces ya no es un conocimiento… No es que sea, en fin, digamos, una cosa que tenga que dejarse de lado, sino que no tiene tanta importancia como se le asigna por los propios  aspirantes  espirituales.

 

Leonor.- Tú quieres decir que el conocimiento no es para atesorar datos para poderlos exhibir. En este caso es el conocimiento que nos sobra; es este conocimiento porque muchas veces, aunque sean libros esotéricos, a veces si sólo se leen con el ánimo de acomodarse a aquel conocimiento para poder soltarlo, para que vean que uno sabe; entonces es este conocimiento que atacamos. Pero cuando una cosa se lee porque hay interés, porque es aquello que quieres penetrar; porque luego, si lo sabes, a veces no tienes necesidad de expresarlo, pero puede servir de vehículo para expresar una idea que a veces no tenemos la facilidad. En un momento dado no tenemos ni la facilidad de palabra, ni de razonamiento adecuado, y si hay algún dato, aquello sirve como un apuntalamiento para poder lanzarlo mejor, lo mejor que querías expresar. Pero lo que pasa es que muchas  veces se leen libros por el solo hecho de leerlos; por decir “yo conozco a fulano, a Shakespeare; yo conozco a tal y cual; y dice esto y dice lo otro. Si solamente ha escogido la parte superficial del asunto, este conocimiento si que sobra; es a esto que atacamos, no al otro. Si es que, claro, todo es lo que decimos,  al mental superior o al mental inferior; no es lo mismo. Y la intención que va en cada una de las cosas que hacemos. Porque la verdad es que cuando se tiene que leer lo que consideramos interesante solamente, y lo que es interesante es para entrar en ello, meditarlo profundamente y dejar que de aquello quede un poso dentro de nosotros, un extracto de aquello. Si hay necesidad de que sirva, puede servir; y si no hay necesidad de que sirva, pues queda como un mejoramiento nuestro interior. Pero lo que pasa es que mucha gente se nota que se lee muchas veces los libros corriendo para leer este y el otro, y saber para poder hablar de los autores y el conocimiento en un momento dado expresarlo para lucirse. No, este conocimiento no. Es que, claro, todo tiene ese filo de la navaja; se junta (es tan fácil) una cosa con la otra, que casi, casi que lo más importante es la voluntad con la que hacemos la cosa más que la misma cosa en sí ¿no? ¿No te parece que sirve de vehículo el conocimiento cuando es penetrado con interés verdadero, más que con la acumulación de ideas y datos para si un día me sale poderlo expresar? No, hay que vivirlo dentro de aquello que queremos,  que nos interesa. Y entonces ya dentro se hace  un metabolismo y luego viene la Intuición que ya está cargada de todo aquello también.

 

Y hay un aforismo que lo dice: “Cuando para llegar a un determinado lugar, necesitamos los escalones de los libros. Cuando ya se ha llegado, los escalones ya no los necesitamos”. Pero, claro, depende de cómo los hayamos leído, qué forma de conocimiento, cómo la hayamos utilizado. En esto ya es la voluntad del individuo, la intención que es la que manda en todas las cosas.

 

Vicente.- Y hablamos el otro día precisamente que hay un aula de conocimiento que corresponde al discípulo. Es esta aula de conocimiento concreto que se basa en los recuerdos del Logos y su experiencia y que tiene que ver con la educación del discípulo en el Ashram, que son retazos del conocimiento que no se encuentran en los libros. Por ejemplo, no hay en ningún libro dibujado por ejemplo cualquier ejemplar de la raza Lemur, de las primeras subrazas, de aquellos tipos gigantescos. Entonces el conocimiento que tenemos de esto es experimental; no es una cosa que nos han pintado en el libro, sino que tu ves aquel representante lemur vibrando, digamos a la frecuencia que vibraba cuando estaba vivo; de hecho es una imagen viva como cuando pensáis en una persona la veis viva; en tanto estáis pensando en aquella persona a través del recuerdo aquella persona es una experiencia renovada por vosotros o por nosotros, o a la vez por todos.

 

Por lo tanto, hablar del conocimiento es tan, tan, tan extenso. No me refiero simplemente  cuando estamos tratando de acumular datos. Se puede ser muy erudito y no ser inteligente, porque debido a su configuración tridimensional, y suele nacer en la cuarta dimensión, el campo del conocimiento intelectual es enorme: abarca todas las ciencias, y todas las artes, y todas las culturas y todas las civilizaciones. Sin embargo, desde el punto de vista de la Jerarquía; desde el punto de vista de los Maestros y desde el punto de vista de la experiencia en un Ashrama, cuando este conocimiento se funde a través, digamos, de la mente intuitiva, se ve que solamente destila unos gramos de Intuición. Es como la esencia de muchas flores; la esencia, por ejemplo, del clavel, para sacar una gota de esencia de clavel tienes que destilar, qué sé yo, quizá unos cuantos kilos de claveles y da una sola gota. La misma diferencia existe entre el conocimiento y la Intuición.

 

Entonces digo que el conocimiento se refunde todo en la esencia que es el átomo permanente, donde están todas las memorias acumuladas, que son conocimiento, porque todo lo que diga la persona es un conocimiento que ha adquirido, sea cual sea el nivel, el campo y la región donde lo está verificando. Nuestros recuerdos son nuestros tesoros de conocimiento; por eso siempre se nos está advirtiendo de no pensar demasiado en el pasado y en no acumular demasiados recuerdos; porque la tendencia de los recuerdos es la síntesis o la esencia que debe depositarse en el plano, digamos, en el subplano atómico, del plano donde tenemos átomos permanentes, en el caso de los recuerdos físicos en el nivel atómico del plano físico. Y si es un recuerdo astral con sentimientos, deseos y emociones, se está acumulado, cómo esencia, en el nivel subatómico del plano astral, y así sucesivamente hasta llegar a los cinco átomos permanentes que estamos actualizando en esta Ronda. Todo esto constituye conocimiento; es un conocimiento real. Pero el conocimiento a veces nos viene transmitido por la inspiración, pues la inspiración, si lo analizamos desde el punto de vista superior, no es sino aquella entrada que hemos hecho; que hemos, digamos, producido dentro del campo de recuerdos del propio Dios, del propio Logos. Para el Logos aquello es algo trascendido; pero nosotros, al penetrar en aquellas cuevas de Shamballa; al penetrar en el átomo permanente del Logos, se nos presenta como una inspiración, como lo más grande que podemos conquistar. Y así sucesivamente, como decíamos el otro día: que un recuerdo del Logos Solar puede constituir una inspiración de cualquier Logos de un Esquema terrestre. Pero, a su vez, el Logos Solar, cuando capta una intuición del Logos Cósmico, no hace sino ponerse en contacto con un recuerdo consumado del propio Logos Cósmico. No sé si me comprendéis lo que he querido decir. Y nos pasa a nosotros lo mismo. Además el recuerdo y el conocimiento es intercomunicante; nos intercomunicamos a través de muchos de nuestros aspectos de conocimientos. El conocimiento de uno que abarca toda su experiencia vital se puede intercomunicar perfectamente con la experiencia vital de otra persona. Estamos intercomunicados porque estamos hechos de la misma sustancia creadora.

 

Interlocutor.- Este aspecto quiere decir que todo lo que está escrito es interesante; es decir, cada autor ha puesto en sus libros quizás lo mejor de su esencia, de su experiencia, ¿no? Lo que indudablemente es que cada uno de nosotros está constituido de una manera diferente; y entonces, en esta vasija, como decía Leo, queda un poso determinado, ¿no? Ahora bien el conocimiento como afán y como recibo; un conocimiento que no ha de ser expandido o ha de ser  transmitido es un conocimiento muerto, ¿no? Nosotros quizás, como ocultistas espirituales, porque habría que matizar esto un poco, el conocimiento nos es válido siempre y cuando podamos aplicarlo, siempre y cuando constituya una especie de antakarana con esta intuición para ver cual es nuestro campo inmediato de servicio; un poco sirve para conocer el estado donde nos encontramos; sirve para conocer esto que decías: el paso inmediato a dar, y en esta ley de economía, ver cual es el mayor rendimiento con el mínimo esfuerzo, ¿no? Este aspecto del conocimiento es positivo. Ahora, el afán de acumular simplemente queda  embotando, por decirlo así, los aspectos inferiores de la mente y entonces eso tampoco indica inteligencia en absoluto; es un papagayo prácticamente. Ahora, yo creo que los libros, todos tienen un mensaje y si nosotros podemos sacar este mensaje y expandirlo, vivenciarlo, pues el conocimiento ha sido positivo. Ahora, cuando se llegan a ciertos estratos, cuando se llega a estas escaleras, evidentemente, no hemos de llevar, como decía  el Buda, “La barca después de haber cruzado el río”, ¿no? Es algo que nos ha de causar una especie de desapego. Es decir, acumular datos por el simple hecho de tenerlos y de  jactarse de ellos, pues evidentemente, eso si que es un lastre; es un lastre total y que no sirve evidentemente para levantarse. Ahora, yo considero que estas experiencias que se tienen en la vida y un poco, quizás, como decías tú en la introducción de tu libro de “Mis Experiencias Espirituales”, el hecho del conocimiento este, de alguna manera puede servir para comparar ciertas experiencias que quizás hemos tenido y están en nuestro campo subconsciente, ¿no? Y entonces este conocimiento nos podría a nosotros dar un cuadro más real de nuestra situación, ¿eh?, e igual podría ser nuestro campo de servicio.

 

Vicente.- Por esto, el conocimiento que vamos transmitiendo es un conocimiento  que a veces nos ha sido transmitido. Hay una intercomunicación de conocimientos entre todos los seres humanos. El que tiene más conocimiento ilustra al que tiene menos conocimiento, hay una jerarquía de conocimientos también. Pero, claro, yo siempre tengo un interés específico en el conocimiento del discípulo en la Nueva Era y en un estado casi en contacto con el Maestro  y dentro de un Ashrama. Entonces escapa bastante el conocimiento intelectual de ciertos libros esotéricos. El campo de conocimiento que le ofrece, por ejemplo el Maestro Djwhal Khul, el Maestro Tibetano, es tan inmenso que es sólo para Iniciados; no está, digamos, para que pueda ser captado por el pensador corriente; no está dentro de su propia jerarquía espiritual captar estas ideas tan grandiosas y sin embargo forma parte de un conocimiento muy concreto acerca de las leyes que rigen el Cosmos. Y el Tibetano para mí es una entidad que, dentro del campo jerárquico de la vida, ha dado un paso gigantesco; conoce, quizá, es uno de los Maestros que más conocen acerca del Universo y acerca del Cosmos. Debido a la preparación técnica —fijaos bien—, preparación técnica que ha tenido a través de las edades, amparado por su calidad de Maestro de Compasión y de Sabiduría, tiene un inmenso campo abierto, digamos a la Intuición. Significa que puede “husmear”, hablando en un sentido muy, muy, muy particular, el campo de recuerdos del Logos Planetario; puede penetrar, digamos, en el campo de recuerdos incluso del Logos solar. Se mueve con una facilidad y con una elegancia por los mundos cósmicos que parece que esté dentro, y que dentro de aquello, por su virtualidad de 2º Rayo, te va transmitiendo más al corazón que a la mente. El que crea que solamente con el conocimiento intelectual o con la mente intelectual puede comprender al Maestro Tibetano, está equivocado; siempre dice: “Esto lo verá el discípulo por Intuición”, te lo está remarcando constantemente. Y gracias que una que otra cosas que dice lo interpretas correctamente, porque entonces te abre un mundo de conocimientos. Significa que te abre tu propio mundo de significados; te hace creador. Ya no eres aquella persona que está solamente  indagando y absorbiendo como una esponja todo el conocimiento que está, digamos, a su alcance, que es algo superior. Y cuando aquí hablamos, —quizá hemos hablado con mucha profusión— de aquel estado de mente, en el cual la mente ha perdido por completo, digamos, la necesidad, no la capacidad, la necesidad de pensar en términos concretos. Llegará un día que la mente concreta será para el pensador lo que es ahora el cuerpo físico con respecto a la personalidad, será algo trascendido: el conocimiento intelectual será trascendido; y todo cuanto ocurre y ha ocurrido a través de las edades está dentro de las computadoras, no habrá necesidad de que el individuo se esfuerce. El esfuerzo siempre limita la acción del pensador; tener que pensar por esfuerzo; tener que adaptarse por esfuerzo, implica una carga enorme en los tiempos que estamos viviendo, en tanto que vivir tan suave, tan rítmico, tan armonioso, te abre una compuerta de conocimiento, digamos, que es imposible de describir. Esto es lo que hacía Madame Blavatsky, que cuando tenia necesidad de un dato se concentraba en los registros akásicos y extraía de los mismos el conocimiento que necesitaba; y esto tendremos que hacerlo todos teniendo en cuenta que los registros akásicos, o la memoria cósmica, es una gran computadora que está abierta a la indagación; que hay, digamos, una gran entidad que está facilitando, que está informando a esta gigantesca máquina de la memoria cósmica; y nosotros, a medida que nos vamos introduciendo en esas zonas de conocimiento, el intelecto será utilizado siempre en tanto estemos  en esta 5ª Subraza y a través del 5º Rayo; pero luego vendrá una etapa en la 6ª Subraza ya de la propia 5ª Raza, que nos preparamos para la 6ª Subraza, en la cual la mente será completamente intuitiva; no se utilizará el razonamiento, como tampoco se utilizará aquella especie de voluntad personal que llamamos el libre albedrío. Es la facultad que tienen los hombres de Venus, o la humanidad de Venus, que no piensan concretamente; piensan en abstracto, y tienen dentro de sus vehículos más cantidad de materia búdica que de materia, digamos, astral y mental, y por lo tanto solamente la pequeña parte de materia, o de sustancia mental abstracta que necesitan para comunicarse intuitivamente es tan poca que casi que no tienen opción.

 

Leonor.- Has dicho una cosa muy importante sobre  la computadora, y el Akasha lo has relacionado con la computadora. Me ha hecho gracia porque precisamente para poder estar en el Akasha las cosas, cuando hablábamos que Madame Blavatsky estaría cogiendo del Akasha lo que quería, lo que quería descifrar, antes tan sólo diez años atrás, desprecié más un sueño que ahora. Ahora sé que es más una realidad, porque cada momento que vivimos, cada cosa queda grabada. Es lo que se marca en la máquina. Entonces, cuando el verdadero ocultista como Madame Blavatsky sabía descifrar, sabía conocer la nota adecuada para que brotara de esta máquina universal lo que ella quería saber. Pero naturalmente el estudio, nosotros somos esotéricos, pero el estudio  del ocultismo auténtico es muy difícil; pero, claro, primero hay que merecerlo.

 

Perdonad si yo no me explico, porque a veces dicen si no explico algunas cosas que yo estudio aparte. Pero es que resulta que para poder descifrar solamente aquella parcela que Madame Blavatsky necesitaba para conocer aquel libro, su esfuerzo, su actitud, sus cosas, su aspecto interno, hay que verlo; no es solamente que ella pronuncie un Mántram que se puede explicar, por ejemplo si hay que pronunciar una frase en determinada nota vibratoria, entonces parecería que yo lo digo a otro y el otro podría hacer lo mismo. Y no, no, no. Aquí está, aquí está el verdadero misterio. Ella podía hacerlo: pero si ella, suponiendo hubiera explicado que es lo que hacía a otra persona, a aquella persona no le serviría. Había que llegar al estado que tenía ella para poder pedir lo mismo que pedía ella. Y esto tenemos que tenerlo presente, porque muchas veces queremos que lo que está haciendo otro nos lo explique porque entonces la podemos hacer. Y cuando se llega a los estudios esotéricos, entonces sí, pero cuando se llega a hacer, vivir ocultismo, entonces no. Entonces para poder hacer, coger, descifrar esta gran máquina universal, hay que tener la nota, hay que tener la actitud; hay que tener, no digo la pureza, porque la gente también utiliza la palabra pureza para unos aspectos que son los que menos cuentan aquí. Y cuentan  también según la mentalidad de la falta de pureza que tiene. También depende que si una persona pues físicamente es vicio en sexo, también actúa. Pero lo que yo quiero decir es que hay que tener unas actitudes interiores especiales para que aquella nota tenga la vibración verdadera, y cuando la tiene, brota espontáneamente. Casi seguramente que en algunas ocasiones, los verdaderos discípulos avanzadísimos, si lo quieren explicar a otra persona, casi que les falla. Les falla el poderlo explicar porque no es el momento que el otro tenga que recibirlo. Y por eso al decir la computadora, me ha salido a mí este aspecto de decirlo porque digo: “Es verdad, nuestros actos quedan grabados”.  Ahora lo podemos ver claro con la computadora, marcas allí lo que quieres y solamente cuando quieres sacar aquello, no te sale lo demás: sale únicamente aquello. O sea, que en pequeño, cada vez la  ciencia nos va acercando más a los grandes misterios del ocultismo; pero no a los grandes, a los pequeños misterios, pero para que comprendamos que existen los grandes. Yo quisiera que tuviéramos presente esto: Lo que puede hacer uno, no siempre lo puede hacer otro.

 

Interlocutor.- La nota llega cuando se sabe cual es la clave que se ha de introducir en la computadora para que salga lo que queramos salir.

 

Leonor.- Pero entonces, cuando se sabe, no sabe solamente ¡cuidado!. Es que no es saber. Porque saber, sí; porque si tú sabes hacer una cosa, entonces me la dices a mí; pero a lo mejor a ti te responde y a mí no me respondería si yo no estoy en tu estado. Es que es tan… Por eso hay tanto peligro; por eso hay tanto peligro.: La Fraternidad Blanca, cuando tiene un ser allí, completamente allí,  suyo, que puede decir: “Es mío”, sabe que este ser no dirá nunca nada hasta que haya la orden de que a determinado ser se le puede decir, y se le podrá decir tal cosa o tal otra. Y es que se le puede hacer más daño que bien.

 

Interlocutor.- Esto viene ligado con el principio de la contestación de Vicente ... que decía que claro en “Los amigos de la India” allí hay un conocimiento más superficial; que aquí el conocimiento que se imparte ataca, por decirlo así, más a la intuición. Entonces curiosamente subiste enseguida el tono y entonces quizás cabría un poco ver, como dice Leonor también que aquí verdaderamente no se enseña nada, sino quizás como dicen los franceses: “Il nous apprendre“: “Él nos aprende”.  Es decir, nos enseña algo que ya estaba dentro. Por esto más, el conocimiento que se imparte aquí, va directamente a la intuición y no al intelecto. Evidentemente que si no hemos llegado a esta etapa, pues este conocimiento que se ha impartido, indudablemente ha resbalado y no ha hecho impacto en esta vasija nuestra ¿no? Ahora, cuando llega el momento en que nos llega la nota esta que te eleva, evidentemente esto ya había causado un impacto y volvemos a coger. Pero, no es que aquí, por decirlo así, se ilumine a nadie con las enseñanzas, sino quizás  más bien con la nota grupal…

Vicente.-...con el contacto.

 

Interlocutor.- Con el contacto, sí.

Vicente.- Puede ser otro subterfugio para unir, digamos, la mente de todos y a medida que la atención se va haciendo más profunda, si realmente el tema es interesante, entonces nos damos cuenta que la mente se va desdibujando; entonces aprendemos más con el corazón que con la mente. Esto es muy difícil de ser comprendido por las personas de mente realmente intelectual, de mente muy concreta, porque no pueden asimilar que se pueda estar pensando en abstracto; o que el pensador continúe subsistiendo aunque no exista el pensamiento. ¿Me explico, verdad? El campo del pensamiento puede estar vacío completamente y sin embargo el pensador está allí presente, en todas y cada una de las moléculas abstractas, fijaos bien,  que están en ese momento. Y todo esto lo estamos haciendo no diré mecánica, pero sí espontáneamente aquí. Nos damos cuenta que hay dos corrientes de energía muy bien definidas: una energía que es la que vamos transmitiendo en forma de conocimientos que atrae la atención del pensador, y cuando el pensador tenga ya, has atraído la atención del pensador, entonces la pequeña atención nuestra desaparece, y entonces surge la atención interna que es el corazón. Y cuando me  dicen por ejemplo: ”No he entendido nada de lo que ha dicho pero me encuentro tan bien“, digo: “Usted ha comprendido”. Y aquí establezco la distinción entre el que conoce y el que comprende. El que conoce siempre lo hace intelectualmente, o intelectivamente; y el que comprende lo hace por el corazón, es lo que decíamos antes; la diferencia entre una gran cantidad de flores y el pequeño extracto; la pequeña gota de esencia que quitamos del otro kilo. Es decir que el átomo permanente tiene la capacidad de contener todos los recuerdos de la personalidad o del Alma, a través de sus vehículos de todos los tiempos. Y cuando se formó el átomo permanente, cuando empezamos a pensar, a través del primer átomo mental, todos estos primeros esbozos de pensamiento están grabados en el átomo permanente mental, que es lo que aprende el discípulo cuando empieza las primeras fases astrales del Logos; cuando surge, por ejemplo, los primeros balbuceos de lo que es la sensibilidad logóica, un trabajo que está en la 2ª Ronda y en la 2ª Cadena, digamos del 2º Esquema de Venus que nos fue transmitido, una herencia vital condensada que nosotros hemos ido incorporando, y añadiendo datos. Y luego tiene la virtualidad de adquirir datos del Logos superior y aumentarlos dentro del átomo permanente con los recuerdos propios o con las propias experiencias, las cuales se transmiten en forma de intuición a los Maestros de Compasión y de Sabiduría; los cuales, a su vez, los transmiten a nosotros, como hace el Maestro Tibetano en forma de conocimientos muy concretos, pero que, sin embargo lleva una dosis de esencia abstracta impresionante.

 

Cuando sepamos jugar con los dos aspectos de la mente, la concreta y la abstracta, nos daremos cuenta de la virtualidad de nosotros mismos como pensadores, y no simplemente como conocedores. Una cosa es conocer y otra es pensar. Hay quien piensa por conocimiento y hay quien piensa porque piensa, porque está en contacto con su Yo Superior; y éste, a su vez está en contacto con el Logos Planetario. Es una escalera descendente y ascendente. Y esto es el Antakarana; y el Antakarana transmite el conocimiento, digamos, de la memoria cósmica. Así, que cuando decimos: ”He establecido contacto con el Yo Superior” significa, no solamente que hemos establecido un contacto espiritual, sino también que toda la herencia del conocimiento del Ego espiritual pasa a tu poder, engrandece tu átomo permanente a través del recuerdo del Ángel Solar a través de todas tus vidas. En cada vida podemos decir que el átomo permanente es lo que fue, más lo que es, y en la perspectiva intuitiva, lo que será. Esto sucederá hasta el final de la 5ª Ronda, veremos qué pasa con los átomos permanentes. Pero hasta aquí tenemos que estar trabajando nosotros con los átomos permanentes, porque todavía tiene que haber una computadora que nos facilite datos, y llega el momento, por ejemplo, el Maestro de Compasión y Sabiduría puede extraer los datos del éter, sustancia cósmica o la memoria molecular del Universo. No tiene necesidad de establecer unas  comparaciones mentales o unos estudios previos, a menos que esté en disposición física y entonces tenga que hacerlo, pero lo hace con una rapidez asombrosa; porque, por ejemplo, el Maestro Kût-Hûmi estuvo estudiando en Oxford, como Krishnamurti, porque han estudiado ahí;  porque en el cerebro físico estaba inusitado engrandecerlo con algunos datos, que fueron, digamos, los que le unificaron con otros datos que estaban en el plano molecular del Universo, en el  sentido, digamos, de la memoria.

 

Todo esto es algo que hay que ir pensando sin preocuparse demasiado, porque para mí el énfasis está cuando estamos realmente silenciosos y realmente integrados en valores permanentes, en valores espirituales; para mí esto es la finalidad del grupo. El conocimiento es por añadidura, lo primero es el silencio, el contacto con la raíz. Después, lo demás es el adorno. Hemos hecho ya un arquetipo, ahora vamos llenando al arquetipo de cosas. Depende de nuestra habilidad para que al arquetipo lo estemos adornando con cosas realmente vivas, y agradables, y útiles; y para mí, esto sí que tiene que ver realmente con el conocimiento; cuando enriquecimos el conocimiento con la experiencia espiritual y entonces adornamos el arquetipo; lo pulimos. Es como el Cáliz; tiene que estar siempre el Cáliz a la altura del Verbo. Y cuando el Verbo ve que el Cáliz está preparado, entonces sumergirlo. Por ejemplo, Cristo en el Cáliz del Maestro Jesús; o el Logos Planetario en el Cáliz Supremo de Sanat Kumara; o el Logos Solar en el Cáliz Supremo de nuestro Logos, el Logos Cósmico, el Logos Solar nuestro, y así siempre veis la línea eterna de la analogía.

 

Pregunta.- (No se entiende)

Vicente.-...no la voluntad de amarte es el propósito de amar que tiene el Logos. En este Universo de amor Él tiene la voluntad de amarlo todo. En el primer universo fue la voluntad de conocer; y en el universo del futuro será la voluntad del propósito cuando se unifique el Logos Solar, en el final de su Mahamanvántara, con la propia intención del Logos Cósmico. Pero cuando hablamos de amor, nosotros no hablamos de un amor emocional; hablamos de la voluntad de amar. Eso es lo más fuerte que existe en el Universo: la voluntad de amar; es la voluntad, al propio tiempo, de sacrificio. Por la voluntad de amor y sacrificio, vinieron los Ángeles Solares; y por la voluntad de amar, y por la voluntad de sacrificio, vienen los grandes Avatares e Instructores del Mundo. No es simplemente el amor que conocemos, el amor emocional, el amor al Maestro en algunos discípulos. El Maestro se desentiende de los discípulos demasiado pecaminosos; se pegan al Maestro; aman la figura del Maestro, no aman la esencia del Maestro. Los mantiene aparte hasta que no se han curado de esta enfermedad devocional. En cambio, la devoción es algo extraordinario, es algo universal; porque en cierta manera el Logos Planetario tiene una devoción hacia el Logos Solar; y el Logos Solar tiene una devoción hacia el Logos Cósmico; y este una devoción hacia el Logos Supercósmico que contiene siete sistemas cósmicos; y así hasta arriba siempre.

 

Pero yo creo que vamos bien encaminados porque, aunque el conocimiento nos atraiga; porque todavía estamos como la mosquita, encima de la miel del conocimiento y vamos extrayendo parte de ese conocimiento, y lo aprovechamos para servir, llega el momento en que será poco esto y entonces cuando esto lo consideremos muy poco, se despertará la intuición. Nos vendrá, como decía el otro día, por añadidura; pero por ciencia infusa, sin esfuerzo; vendrá por la fuerza mística de las cosas, y esto yo creo que en cierta manera ya lo estamos realizando. No sé si habréis aprovechado; y si no, tarde o temprano se producirá en vosotros; pero quedar silenciosamente expectantes sin proponéroslo. Y, si te das cuenta, cuando estás expectante y vuelves a ti con una sensación de sobresalto, porque no puede resistir el mágico influjo de la serena expectación; cuando estás tan absorto, tan atento, es esta absorción dentro de la naturaleza, esta atención; cuando estás tan atento a todas las cosas, es cuando se produce este vacío desconocido, integral; ya no sólo dentro de esa pequeña porción que llamamos mente, sino que nos sentimos fundidos con todo cuanto tiene vida. Y esto es una experiencia que, tarde o temprano, tendréis que realizar, o tendremos que realizar. Porque entonces sabremos por experiencia y no simplemente por un conocimiento, de que los demás y nosotros somos una sola unidad. Más allá de la familia, más allá de los grupos, más allá de las pequeñas atracciones personales. Casi estamos refiriéndonos a  aquella etapa  como si fuésemos Adeptos, como si fuésemos grandes Iniciados. Pero hay que hacerlo. Para Ser, hay que empezar a Ser; para llegar a una meta, hay que empezar el Camino. Si no empezamos el Camino ahora, el Camino, el trayecto será muy largo; no solo largo sino que será de una manera tan pesada que tendremos la sensación, a veces, que vamos al pasado, que regresamos; que no estamos identificados y que, por lo tanto, necesitamos una reorientación ulterior que no es la que pensábamos al principio que era. Y depende mucho de vosotros, si tenéis la sensación de que estáis incluidos en un grupo esotérico; esto es una cosa que tendréis con el tiempo que formularos. Si sentís la sensación de que estáis integrados en este grupo, o bien solamente venís a este grupo porque hay un conocimiento que se imparte superior al que se da naturalmente en las escuelas normales, —normales esotéricas—. Son cosas que a medida que nos vayamos introduciendo dentro de las áreas oscuras del ser, o desconocidas del ser, ir llegando a  unas conclusiones, digamos, de tipo esotérico profundo, yo diría iniciático. Lo repito, porque cuando hablamos de la Iniciación, lo hacemos como si la Iniciación estuviese allá a lo lejos, casi inalcanzable esta meta. Sin embargo, cada vez que efectuamos un acto correcto en beneficio de los demás, estamos iniciándonos en la parcela del ser.  Cuando la parcela del ser está totalmente llena de pequeños actos de servicio, entonces viene un estallido tremendo y entramos en un campo de servicio mayor que es preparado dentro del Ashrama, y entonces entramos en la Iniciación por derecho propio, no porque nos hayan dicho que existe la Iniciación, o nos hayan dado ciertas técnicas para llegar a la Iniciación, lo cual sería falso; porque las técnicas que se dan en el Ashrama a cada uno de los discípulos, son técnicas muy particulares, muy personales para cualquier discípulo. No hay una enseñanza igual para dos discípulos, porque no hay ningún discípulo que esté en las mismas características, tanto de Rayo como de evolución. Esto lo vemos en dos hojas de un mismo árbol: habrá millones de hojas en un árbol, pero ninguna es igual. Demuestra que hay una actitud muy distinta de unos y otros con respecto a la propia enseñanza del Ashrama.

 

Bueno, yo creo que podemos hacer un poco de meditación

 

Pregunta.- (no se entiende)

Vicente.- Dije que cada cual dentro del grupo, cuando estemos en silencio, que llegue a las personas a las cuales puede llegar. Tu coges la fuerza del grupo, no solamente tu propia fuerza, wtodo el grupo, aunque no pensemos todos en la persona; claro, esto está porque tú eres el ente proyector, digamos, que va hacia aquel ser. Esto va para las personas que tienen problemas o tienen dificultades de una u otra clase, un día hablaremos de cómo se puede trabajar para ayudar a personas.

 


CONFERENCIA VICENTE BELTRAN ANGLADA

Barcelona
25-Octubre
-1984

Conferencia digitalizada por el Grupo de Trascripción de Conferencias (G.T.C.)
27-marzo-2006

Editada por NGSM.org (en curso)

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