CONFERENCIA
 

VICENTE BELTRAN ANGLADA
 


 
 

Conversaciones Esotéricas 

La Búsqueda del Significado de la Vida. 

25 de Mayo  de 1.986


 

"LA VERDAD HA DE PRESENTARSE DE TAL MANERA, QUE CONVENZA SIN ATAR Y QUE ATRAIGA AUN SIN CONVENCER. ESTO SOLO PUEDE REALIZARLO EL LENGUAJE DEL CORAZON".

-VBA: Introducción al Agni Yoga, p. 49
 


Conversaciones Esotéricas 

La Búsqueda del Significado de la Vida. 

 

1. Uno de los acontecimientos más importantes en la vida de los seres humanos es cuando se dan cuenta de que su vida tiene un significado. Me pregunto hasta qué punto nos hemos dado cuenta de que nuestra vida tiene un significado y de que no es meramente intelectual, sino que se trata de algo más profundo, y al propio tiempo más incluyente, como este momento en que la Naturaleza se abre para recibir esta fuerza interna que existe por doquier.  El hecho de estar juntos no implica, como dije ayer, el que estemos unidos internamente. Estamos juntos, cada cual con su propio equipo kármico,  podríamos decir, con una manera muy particular de enfocar la vida y sus acontecimientos. Ahí está la diferenciación entre un yo y otro yo.   Pero, si vamos profundizando en nosotros mismos y llegamos hasta la raíz de la existencia, nos damos cuenta en este descubrimiento que nuestra vida, es la vida que anima a todos los demás y a la propia Naturaleza.

 

2. Cuando se llega a este convencimiento - que no es intelectual – sino espiritual, interno, profundo, la vida cambia por completo, ya no podemos ver los acontecimientos vitales de la existencia como antes ¿qué es lo que ha cambiado?, aparentemente todo sigue igual, vemos los mismos árboles, las mismas personas y, quizá, acontecimientos más o menos parecidos a los de otros días, pero, ¿qué es lo que ha sucedido realmente?, que nos hemos dado cuenta que la vida del árbol, la vida del cielo, la vida de cualquier cosa establecida dentro de la Naturaleza son la misma cosa en esencia. Darnos cuenta de que entre nosotros y el árbol solo existe una diferenciación en el tiempo, pero esencialmente la vida del árbol, de la golondrina y la del ser humano, son la misma cosa.

 

3. Este es el primer gran convencimiento esotérico, darse cuenta de que la vida es UNA, aunque varíen las circunstancias que envuelven esta vida.

 

4. Entonces hay la diferenciación entre la vida íntima de cada uno y aquello que está encubriendo la vida que es el Karma. El Karma siempre es el resultado de una diferenciación, aquella que cada cual establece en relación con los demás o en relación de  todo cuanto le envuelve, su medio circundante.

 

5. Existe, aparentemente, una desigualdad de circunstancias, pero existe una unidad de propósito en el que realmente tratamos de experimentar, no de razonar, es esta vivencia que es común a todos, si no somos capaces de encontrar éste oasis de paz dentro del corazón en el cual todos somos UNO, nuestra vida carecerá de realidad, siempre estará sujeta a la ilusión, estará falta de plenitud, aunque aparentemente la vida nos lo haya brindado todo.

 

6. Podemos establecer, por ejemplo, la diferenciación, desde el punto de vista esotérico, entre la riqueza y la pobreza, entre los bienes materiales y aquellas personas que no tienen un pedazo de pan para llevarse a la boca, y, sin embargo, la vida esta lo mismo en el rico que en el pobre, en el sabio que en el ignorante, porque la vida está más allá de todo, de todo ser condicionado y de toda circunstancia ambiental.

 

7. Entonces, es evidente que tenemos que realizar en nosotros un verdadero milagro de comprensión para llegar al descubrimiento de lo que somos realmente, y que es lo que se espera de nosotros, es la diferencia que existe entre el estar juntos, reunidos y sin embargo, cada cual está ausente del otro. Este es el primer escollo en la vida del discípulo, no establecer diferenciación alguna entre su propósito y el propósito de los demás. Desde el punto de vista del propósito, no pueden existir desequilibrios sociales, ni normas ni códigos morales, porque la vida se basta a sí misma, sin necesidad de tener que ampararse en algo externo, ES, simplemente, con toda la plenitud del verbo.

 

8. Si lográsemos estar unidos, la distancia no tiene importancia, ni el ambiente, ni la condición social de ser rico o de ser pobre, sabio o ignorante, se trata del saber sumergirse inteligentemente,  en el océano de plenitud que todos, sin excepción, tenemos en cualquier ignorado rincón de nuestra propia existencia. Es decir, ayer hablábamos de la diferenciación entre el espacio y el tiempo, realmente desde el ángulo de vista de la vida, solamente existe espacio, un espacio tan exquisitamente moldeable que es capaz de asumir todas las formas imaginables. Pero, el tiempo, la condición mental, la diferenciación que crea separatividad, el orgullo de sentirnos espirituales por ejemplo, impiden esta percepción directa de la vida o de la verdad de este océano de plenitud que está en el corazón aguardando al intrépido buscador, a la persona que no se conforma con vivir dentro de los estrechos límites de las condiciones ambientales, que se siente UNO con todo y con todos y, sin embargo, es capaz de respetar cualquier condición ambiental, con lo cual, demuestra inteligencia y plenitud, puede conocer exactamente lo que es la vida del árbol, de la flor, de la nube o del cielo azul, porque en todo ve un reflejo de sí mismo. Es aquella vida incondicionada que no acepta las condiciones del tiempo, que es, virtualmente, el destructor del Karma.

 

9. El Karma no se destruye por la violencia, sino por la comprensión de que la vida es autosuficiente a extremos realmente inexplicables. Todo cuanto existe tiene una razón de ser que siendo idéntica esencialmente en todos, es el único descubrimiento en la vida que puede depararnos paz, profundidad y espíritu de justicia.

 

10. Si estamos unidos, si logramos realizar este gran milagro de comprensión en esta época marcada por tantos sinsabores y tragedias  ambientales, habremos ganado la gran victoria, habremos triunfado en la batalla contra nosotros mismos y habremos destruido todo germen de separatividad y de egoísmo. Entonces, nuestra mente no será la mente que está aquilatando valores psicológicos o intelectuales, secundarios o existenciales,  estará progresando creando una esfera cada vez más amplia y más luminosa, tratando de unir la inmanencia del propio ser, que es el que lucha, con la trascendencia de todo cuanto existe en la Naturaleza.

 

11. Que el ser uno con todo no debe ser un conocimiento intelectual, sino que constituye un convencimiento real, porque ahora arrancamos siempre, tanto en nuestras vidas de disciplina, como en nuestros estudios o en todo cuanto hacemos, desde un principio racional o lógico, si Uds. lo prefieren, pero ¿acaso la lógica no se encuentra obscurecida por la propia conveniencia personal?, o podemos hacer otra pregunta: ¿existe algo más allá de la lógica?, la lógica que hemos aprendido y con la que hemos estructurado toda nuestra conciencia, repito, ¿hay algo más que la lógica? Se nos dice que hay un remanso dentro de nosotros mismos en el que se refunden todas las lógicas existentes: es la intuición.

 

12. Es el haber encontrado, descubierto y desarrollado, esa tremenda fuerza de la trascendencia. Nos sentimos unidos con todo cuanto existe, no es algo que lo aceptamos con el convencimiento del discernimiento o del razonamiento. Hasta aquí, hemos creado una línea de luz que va desde la mente intelectual hasta la mente espiritual, tratando de no establecer códigos estereotipados, petrificados o cristalizados.   Dejar que la vida vaya ascendiendo tal como es su ley o, si lo prefieren, profundizando cada vez más y más dentro de la esencia vital que anima todas las formas de la Naturaleza, y sentirnos, por primera vez quizá en nuestra vida, como formando parte del gran concierto de la creación, trabajando al unísono con los devas, con aquellos esplendentes seres que guían la evolución de las formas y aún, con aquellas exaltadas existencias que constituyen la Gran Fraternidad Blanca del Planeta, y sentirnos al propio tiempo tan profundamente humanos que nos permita establecer vínculos de relación realmente espirituales con los demás, sin envanecernos de nuestras propias conquistas espirituales, porque si nos envanecemos, habremos perdido por completo todo el éxtasis de vivir.

 

13. ¿Acaso esto que estamos experimentando ahora no es real?, esta sensación de plenitud, de olvido de si mismo, esta libre comunicación con todo cuanto nos envuelve, ¿acaso esto no es real? Es una vivencia.  No aceptamos la lógica del raciocinio, no decimos esto es un árbol o aquello una flor y esto son personas, sino que vemos la esencia que guía todo este proceso de comunicación vital, y nos lleva a establecer en nuestra vida un nuevo código de justicia que nada tiene que ver con el razonamiento ni aún del discernimiento, sino que es un código natural que surge triunfante cuando dentro de nosotros hemos destruido todas las barreras que crean separatividad.

 

14. La quietud debe de ser una experiencia, la paz debe ser una experiencia, no podemos razonar sobre la paz, como no podemos razonar sobre la música, hay que sentir la música, experimentarla, no razonarla, y ¿cuando sucede este milagro? cuando acontece este prodigio en nuestra vida, como ahora.  Cuando Uds. están silenciosamente expectantes, cuando están tan supremamente atentos que en la potencia de la atención el yo de Uds. ha quedado destruido, el Karma no existe porque la mente no está ofreciendo resistencia alguna a la vida, no se preguntan el por qué de esto sino que están aceptando el hecho y este hecho es la paz, la están experimentando.

 

15. Si pudiésemos mantener este equilibrio vital en todos y cada uno de los momentos de la existencia, sabríamos lo que es la liberación, es un hecho que se encuentra aquí, es esta paz solemne que unidos hemos establecido, ya no existe diferenciación. Sí vemos la forma del árbol, pero no razonamos sobre la forma del árbol, sino que aceptamos la vinculación que existe con todo lo creado, y para mi, esto es fundamental y las experiencias del discípulo en el futuro deberán basarse en esta libre aceptación y podremos vivir en un mundo sin confusiones del que todavía no somos conscientes, debemos adquirir la conciencia de nuestra propia plenitud, lo cual significa haber dejado de luchar. Cuando la mente está luchando para obtener un resultado, aunque sea de tipo espiritual, está creando una reacción dentro de sí misma, porque lo que buscamos no es esto, sino alcanzar la plenitud, la paz, que no tienen nada que ver con las ilusiones con las que encubrimos nuestros propósitos espirituales.

 

16. Se nos dice ocultamente, que cuando el discípulo ha avanzado mucho en el Sendero, cuando está ya percibiendo ante sí el portal de la Iniciación, es cuando se cree superior a los demás, porque aquellos que le siguen no se encuentran a su altura, y entonces surge la soberbia, el orgullo espiritual.  Es entonces cuando hay que apretar fuertemente en nuestra vida el propósito, asirlo con toda la plenitud de que seamos capaces, vincularnos tan potentemente con este propósito que lo demás no tenga importancia en nuestra vida.

 

17. La libertad es esto que nos está envolviendo aquí, cuando la mente la vaciamos de sí misma, cuando el aire que respiramos, cuando todo lo que percibimos dentro del corazón resuena en una sola nota, la nota de la creación de la cual nosotros somos responsables, porque todos somos creadores, y la creación empieza siempre con la atención.

 

18. Estemos tan profundamente atentos que no exista distancia entre nosotros y lo que estamos percibiendo; ya sea en la Naturaleza o en los seres humanos, puedan extenderlo con las preguntas que puedan hacer.

 

Interlocutor: ¿Puedes comentar cual es la función o la misión profunda del arte de cara al futuro?

 

V.B.A: (19) El arte es una expresión que surge de este espíritu de paz y de plenitud del artista que ha conquistado ese espíritu de paz y de plenitud, pues si esto se pierde ya no existe arte, sino personas que se autodenominan artistas. El arte es creación, no es un remedo, no es una copia del pasado o del presente, es irrepetible lo que tiene valor artístico.   No puede existir creación artística si el artista no se ha sumergido totalmente en este océano de luz de sí mismo que es la misma luz de la Naturaleza. Entonces, se deja llevar por este espíritu de creación y surge el arte, las creaciones artísticas y no las imitaciones actuales; tampoco son los sueños astrales de los artistas que no saben realmente lo que están haciendo, porque existe un mecanismo dentro de las personas que les obliga a realizar cosas con las que no están de acuerdo, y esto sucede en gran parte con los artistas actuales. No hay arte, evidentemente, no hay músicos, no hay pintores o escultores, no hay poetas, no hay grandes escritores, porque existe una gran crisis de valores artísticos, se ha perdido, o al menos se ha esfumado en el espacio, el fervor que animaba a los grandes artistas del Renacimiento, aquello sí que fue arte, porque aquellos artistas habían conquistado, al menos mientras estaban expresándose, el arte creador, porque eran creadores por ello sus obras nunca pasarán, en cambio las obras artísticas que conocemos en la actualidad son efímeras, no tienen espíritu creador, están siguiendo fatalmente la línea de los imitadores.  Cuando surge una escuela, surgen artistas que se dedican a trabajar de acuerdo con los dictámenes de la misma, como si el arte creador tuviese una escuela. ¿Acaso tiene una escuela la paz, la plenitud, la música, la poesía? No tiene escuela, cada cual es su propia escuela. En el pasado, cada artista se realizaba a través de sus propias creaciones, hoy día solo existen personas a las que hemos asignado el nombre de artistas, sin embargo, no lo son al considerar el sentido de los del Renacimiento, no existen artistas. El arte sufre en la actualidad una gran modificación que ha de traer como consecuencia el arte de la Nueva Era, que será otro Renacimiento, solo que mucho más glorioso que el anterior, el arte simple que surgirá de la comunicación de los hombres con los devas, tal como sucedió en el pasado.

 

20. Los artistas actuales han perdido la gloria del misterio, han perdido también las verdaderas medidas áureas utilizadas por los antiguos siguiendo la tradición jerárquica de los grandes creadores, porque la Naturaleza es una creación de la Divinidad y cuando el hombre está realmente creando se asemeja a Dios en sus propias creaciones.  Y antes de que quede plasmada una sola de sus creaciones, el artista la ha moldeado dentro de sí, infundiéndole su propia vida porque parte de un propósito insigne, y cuando surge esta obra de arte está rebosante de una energía que no podrá fenecer jamás, siempre será una obra de arte porque constantemente más allá del tiempo estará irradiando la propia vida del artista, al igual que hace Dios en sus creaciones.

 

21. Vean Uds. la música actual, el ruido actual diría yo; vean las pinturas y esculturas actuales, ¿es esto arte? Es la expresión de la propia insuficiencia, es un canto a la nulidad, es un atentado contra la estética y contra la ética, es la pérdida completa del sentimiento creador. Solamente hay firmas, y las personas sólo ven las firmas que es lo que se cotiza, no la obra de arte. Hasta aquí hemos llegado, no hay arte.

22. El arte debe nacer desde el seno profundo del silencio, y en este sentido todos somos artistas. Si lo que ocurre es que lo expresamos de acuerdo a nuestra propia singularidad, por esto es que la atención busca esta gran vacío que es nuestra propia vida, allí empezamos a modelar la existencia en términos de arte, ya que la mejor obra de arte que puede modelar un artista es su propia vida, si crea en su propia vida de acuerdo con el arte creador de la Naturaleza, será siempre un artista, haga lo que haga.  No existe una jerarquía artística, existe solamente arte, expresión virtualidad, síntesis, esta es la realidad, lo que hay que tratar de comprender por encima de todas las cosas.

 

Interlocutor: ¿Entonces evocará en aquel espectador que está atento esta vida que esta dentro?

 

V.B.A: (23) Exacto. Sucede, sin embargo, que no estamos atentos. Estamos atentos cuando hay algo tan supremamente importante en nuestra vida que nos obliga, de alguna manera, a la atención. Por ejemplo, la muerte de un familiar querido, ¿qué sucede en este caso?, que todo su ser vibra de atención ante un momento tan solemne, por las consecuencias que aquel acto repercuten en nuestra propia vida, estamos muy atentos a nuestro pesar, queramos o no, es una experiencia vital, estamos profundamente embargados por aquel sentimiento de soledad que nos invade cuando perdemos a un ser querido, pero ¿por qué no utilizamos conscientemente la atención en todos y cada uno de los momentos de la vida, que no tienen división? El acto de ayer, el de hoy el de mañana son la misma cosa, ya que constituyen un acto permanente.

 

24. ¿Y cómo podremos ser conscientes de este acto permanente? Solamente estando muy atentos a este constante vivir aquí y ahora, así nos damos cuenta que formamos parte de un gran concierto y de que desafinamos con nuestra nota. Hay que empezar a darnos cuenta de la situación, porque no estaremos atentos después, después que haya pasado este momento solemne.

 

25. La base esta ahí, darse cuenta que la atención es básica, fundamental, es la única manera de acercarnos al Dios interno que está en todas partes, y, si no estamos muy atentos a todo cuanto sucede, a todo cuanto nos rodea, jamás llegaremos a nosotros mismos, porque siempre habrá una lucha entre la inmanencia (el yo pequeño) y la trascendencia (el Yo superior que todo lo incluye en su omniabarcante seno).

 

26. Esta es la cuestión, hacer que la atención sea cada vez más consciente en nosotros, esta es la verdadera meditación que todos debemos tratar de realizar.

 

Interlocutor: Estando muy atentos, ¿no corremos el peligro de participar de los problemas de los demás y sufrir nosotros?

 

V.B.A: (27) Participamos cuando no estamos atentos a todo cuanto sucede, a todo cuanto nos envuelve, porque, entonces, somos como pequeñas marionetas que se mueven de acuerdo con aquellos hilos del medio ambiente. Porque si estamos muy atentos, dentro de esta atención estamos uniéndonos al objetivo de la percepción superior, entre el observador y la cosa observada se habrá eliminado la separación, no existe espacio ni tiempo, solamente aquel espacio vital en el que todos estamos inmersos, del que nos separamos por la autoconciencia de la propia implenitud que es la que reflejamos cuando estamos luchando, en el hogar, en el trabajo, en nuestro ambiente social, ¿qué le ofrecemos al medio ambiente?, simplemente, un intercambio de valores de acuerdo con lo que el ambiente nos da a nosotros, es un toma y daca, y siempre estamos brincando de aquí para allá por no detenernos nunca a observar, y nuestra vida cada vez se encuentra más vacía, menos incluyente. No hay amor, no hay comprensión, no hay paz, no hay plenitud, y si no hay esto ¿qué es nuestra vida? ¿hay alguna diferencia con la de los pequeñas animales que se unen por segregación o por afinidad química? Estar unidos no es estar juntos. Somos personas de diferentes tendencias en las que cada cual ama a su manera, porque tiene una forma muy particular y muy limitada de ver las cosas, y como que tal es el movimiento general, siempre existe separatividad entre unos y otros; y esto sucede, incluso, dentro de los grupos llamados esotéricos, por simples diferencias de matiz, sin importancia alguna, porque pensamos de manera diferente, porque nuestras meditaciones nos parecen más fecundas que las de los demás. Es decir, que incluso dentro del campo profundamente vital del esoterismo, hemos creado confusiones, y nos separamos en virtud de estas mismas confusiones nuestras que nosotros mismos hemos ido creando en el transcurso del tiempo y, naturalmente, haciendo las cosas de esta manera, hemos ido perdiendo poco a poco la fragancia infinita de la vida, que está rebosante de ternura en cada uno de sus repliegues, hemos perdido de vista el corazón de nuestro hermano al ir mermando cada vez más nuestra relación con él, y, a pesar de que aparentemente comulgamos con los mismos principios, estamos separados, y como la inmanencia y la trascendencia están divorciadas, nuestra vida carece de paz, es una simple caja de redundancia de lo que sucede a su alrededor en el ambiente que nos circunda. Estamos junto a los demás, no unidos con los demás. Hemos perdido de vista aquel infinito centro de atención donde no existe confusión ni sufrimiento, y ahora ha llegado el momento de volver a las fuentes de origen, de volver al seno infinito del cual surgimos un día todos sin excepción.

 

28. Tenemos esta oportunidad si tenemos comprensión con los demás y con todo, si hay la suficiente vitalidad interna como para que emprendamos la búsqueda de la realidad más elevada y sublime dejando de luchar por las pequeñas cosas que son superficialidades, penetrando cada vez más profundamente en nosotros mismos, encontrando aquel punto en el que se refunden todos los posibles propósitos, toda la esencia de la vida que nos rodea, que constituye el ambiente universal de la creación.

 

Interlocutor: ¿Cómo podemos hacer comprender a la Humanidad, que sufre y está sumergida en todo el problema de la lucha con sus tres vehículos, qué es lo trascendente? 

 

V.B.A: (29) Me pregunto, hablando ya en un sentido muy crítico, si hemos alcanzado el suficiente grado de plenitud como para poder inspirar la vida de los demás.  No se trata de preguntar como puedo ayudar a los demás, sino de como puedo ser yo consciente de mi mismo, y si nos falta esa conciencia jamás podremos ayudar a los demás, al menos en un sentido muy trascendente que es lo que pretendemos, ¿verdad?   Si no hay paz no podemos ayudar a nadie. Podemos aconsejar, simplemente, y el consejo nace de la lógica, y la lógica nace siempre de cualidades mentales.

 

30. Ayer, decía, que la persona debe convertirse en un océano de paz, y entonces por radiación, nuestra paz será comunicada a los demás sin que sepamos lo que aquella persona necesita, porque absorberá de nuestra radiación aquello que le haga falta.   La pregunta es: ¿tenemos paz?, o bien ¿podemos brindar paz y comprensión a los demás?, es decir, ¿somos tan auto conscientes?, lo cual significará que hemos barrido la separatividad entre el yo y el no-yo.

 

31. Nos habremos liberado de la separatividad que nos impedía ayudar de manera eficiente a los demás, porque, cuando tratamos de ayudar, una gran parte de nuestro afán es egoísta, ya que pensamos que a cambio de esta ayuda que prestamos algo vendrá en nuestro beneficio, porque todavía no somos impersonales, aún existe en nosotros el regocijo de la acción, pero ¿podemos olvidarnos de nosotros mismos hasta el punto que hagamos como la flor que perfuma el ambiente circundante sin preguntarse a quien va dirigido el perfume?  Y el hombre debe irradiar comprensión, paz y amor, no preguntarse mentalmente que cosa haré en cada caso. Es el gran problema que tiene el Maestro en su Ashram, cuando un discípulo impaciente le pregunta: Señor ¿qué puedo hacer en TU Nombre?, y el Maestro le repite: Calla y observa. Esta es la Ley.

 

32. Nosotros buscamos siempre una compensación en el fondo de los actos aparentemente, más significativos del servicio, porque existe en el trasfondo el sentimiento de que esto me será recompensado en esta vida o en la otra, o de que esto aminora mi Karma. Pero, el árbol no se preocupa del fruto que está dando, y del que todo caminante puede tomar fruta sin que se resista el árbol. Todo el mundo puede deleitarse tomando el perfume de las flores y la flor está inconsciente de ello. Nosotros tenemos que ser consecuentes de la acción, adoramos los frutos de la acción y vivimos de sus frutos, lo cual demuestra que somos egoístas y que no hemos comprendido que significan la verdad, la paz, la vida, la trascendencia, todo esto todavía no existe para nosotros. Es el mismo caso, quizás a una escala superior, de aquellas personas que llaman a la puerta y dicen con un libro en la mano: ¿quiere usted ser salvado?, les digo: Si, muchas gracias, porque nadie puede salvar a nadie. Solamente pueden salvar a los demás los que se han salvado a si mismos (y sin pretender ser salvadores), aquellos que tienen paz, profundidad y justicia en sus corazones, que no se pasan el tiempo preguntándose a quien salvar porque no se preocupan de salvar a nadie, son flores que van perfumando por doquier sin pretenderlo y sin haberlo programado y no se preguntan a quien va el perfume, porque aman con discreción absoluta, son impersonales, hacia todos y hacia todo. Esta es la ley, la ley del discípulo.

 

33. Si se dan cuenta de esta realidad forzosamente tendrán que cambiar, no podrán seguir el mismo camino seguido hasta acá, se sentirán transformar constantemente, porque por el propio devenir interno, es decir, que no habrá lucha entre Uds. y el mundo externo sea lo que sea. Y esta paz, esta plenitud permanente, éxtasis, es el fruto de la atención que van descubriendo poco a poco. Dense cuenta, ATENCIÓN, aunque les parezca que es una palabra tan sabida que ya ha perdido su significado psicológico. Bien mirado, Dios, la justicia, el poder, el propósito espiritual, la verdad, el éxtasis han perdido también su significado pues ¿acaso Dios tiene significado como nombre?, ¿qué significado puede tener si no hay paz en el corazón?, es tan solo una palabra intelectual, es el signo expresivo de un estado de inconsciencia, y la verborrea acerca del nombre de Dios, de la caridad divina o de la salvación de las almas, se han convertido en un fermento destructor de las nuevas cualidades que precisa nuestra raza para subsistir dentro del seno profundo de la trascendencia.

 

Interlocutor: ¿Podrías hablar de la diferencia que hay entre sexo y ternura?

 

V.B.A: (34) Si hay ternura, amor verdadero, el sexo no tiene importancia, cuando hay sexo y no hay ternura es un hábito del que desdichadamente participamos todos. ¿Qué sucede? después de tanto vivir, de tanto estudiar, nos damos cuenta de que solamente tenemos un elemento creador, el sexo, y lo demás no existe - para crear.  Una persona que está creando intelectualmente se da cuenta de aquella creación sin tener que pensar en el sexo.

 

35. Uds. pueden decir, o preguntar, ¿acaso el sexo no forma parte de Dios, de la Naturaleza?, naturalmente. ¿Cómo creen Uds. que se ha formado el Universo, o un planeta o este árbol?, pues mediante un sistema de conjunción magnética que nosotros podemos llamarle sexo, pero, ¿por qué el sexo ha tomado tanta importancia en nuestra vida? porque a medida que hemos ido progresando en valores relativos, hemos ido escondiendo nuestra inutilidad en aquella parte de nosotros mismos dentro de la cual adivinamos un sentido de creación, por lo que, entonces, el sexo pierde su ternura inicial, pierde su propia sentido, la propia ternura de Dios cuando crea el Universo.

 

36. ¿Uds. saben que nuestro Universo es el resultado de una ternura exquisita entre el Logos de la Osa Mayor y el Logos de las Pléyades con una respuesta desde la Constelación del Can, desde la estrella Sirio? Sirio es el Hijo, y en este caso, nuestro Logos Solar es un Adepto de la Logia de Sirio, es el Hijo natural del Logos masculino de la Constelación de la Osa Mayor y el Logos femenino de la Constelación de las Pléyades. Es el gran triángulo de la creación en lo que se refiere a nuestro Universo.

 

37. Pero, aquello es ternura creadora y conjunciones magnéticas puras, mientras que nosotros, todavía creamos con impureza, es decir, creamos con todo cuanto viene siendo elaborado desde el principio de nuestra conciencia individual, entonces significa que a medida que han ido transcurriendo los siglos no hemos sabido librarnos todavía del estigma de lo que hicieron nuestros padres lemures, donde el sexo quedó desvirtuado y se crearon los grandes egregores de la pasión sexual, que no son otra cosa sino vidas que estamos nutriendo, aún actualmente, con nuestras existencias, por lo tanto, habrá que volver a los orígenes siendo creadores, y esto solamente puede ser logrado si vivimos dentro de una profunda observación de todo cuanto sucede, porque nuestra mente, está todavía bajo los efectos del estigma del pasado. Entonces el físico responde a la mente, el sexo no es solamente un apéndice físico sino un estigma mental, la imaginación, que no está controlada, el deseo con toda su plenitud, sin ofrecerle resistencia, porque no le ponemos resistencia al deseo. Entonces, de acuerdo con todo lo que estamos diciendo, el ser humano es, simplemente, un depósito de fermentos negativos del pasado que encuentran en el sexo un lugar de aproximación al presente o una línea de la mínima resistencia para seguir expresándose en el tiempo y perdurar. El sexo ya no tiene ternura, se ha convertido en un hábito, es un saco sin fondo, cuanto más ponemos en el saco, más exige el saco para ser llenado y jamás se llenará, porque le falta la comprensión, la paz, la atención, la paz que trasciende la más elevada de las comprensiones humanas. Este es el dilema.

 

Interlocutor: La Lemuria ¿no ha hecho ningún progreso en la Atlántida?

 

V.B.A: (38) Naturalmente la vida está evolucionando, la vida como corporación colectiva, pero aquí estamos hablando del hombre psicológico tal y como lo vemos en la actualidad, que ha ganado mucho en conocimientos científicos y en proezas técnicas, pero ¿está el amor a la altura de la técnica? Evidentemente no, porque la técnica es utilizada para auto destruirnos como humanidad y no se utiliza para que existan más y mejores medios de locomoción, por ejemplo, o para que haya una mejor oportunidad para los hijos de todos los hombres en su totalidad, no para establecer castas y divisiones a nivel mundial entre ricos y pobres, o naciones ricas y pobres, ¿se dan cuenta?.   Todo esto está en nosotros si tratamos en la actualidad de vivir, simplemente alertas, así, quizás, lleguemos un día a comprender el sentido íntimo de la vida en nosotros, que no es una mera repetición de hechos sin ninguna posibilidad de resolución, sino que es una plenitud constante que está en el corazón, es dejar que se abra la flor del corazón, no manteniéndolo cerrado por esta nube de prejuicios vanos y de superficialidades.

 

39. En definitiva, hay más sexo que ternura, puede haber una ternura tan exquisita que traiga como compensación objetiva de su propia subjetividad el sexo, entendiéndolo no como algo constante sino como un arrebato de gloria positiva, no como un hábito previamente establecido para que el deseo vaya sucediéndose edades tras edades hasta constituir esta gran fuerza que llamamos el egregor del sexo o de la sexualidad, o de la promiscuidad.  Hay que estar muy atentos en diferenciar la ternura, el amor del sexo, como entidad separada, o cuando se ha vencido la resistencia impuesta par las leyes de los hombres, cuando la ternura y el sexo sean una misma cosa, y mientras ¿quién podrá decirles a Uds. cuando ha llegado este momento?, pues cuando exista paz, y todo cuanto surja de esta paz será puro.

 

Interlocutor: No se entiende la pregunta.

 

V.B.A: (40) Depende de lo que hagamos en nuestra vida. Yo digo que para llegar a aquella montaña tan alta tenemos que empezar a andar aquí y ahora, que no hay que medir el esfuerzo a través del tiempo porque siempre veremos lejana la montaña, yo les hablo de una realidad muy cercana y actual, y que constituye nuestra propia vida, y como que carece de tiempo, hay que empezar aquí y ahora a ser conscientes de esta atemporalidad, entonces estaremos tratando de vencer la resistencia impuesta por el tiempo en nuestro corazón. Pero, ¿realmente nos damos cuenta de que estamos siendo limitados por el mismo tiempo? El empezar a trabajar no es buscar la meta o preguntarse cuando llegaré, si en esta vida o en la próxima o pasado mañana, no interesa esto, interesa comenzar ya a andar, si empezamos ahora hay la posibilidad de que llegaremos un día a descubrir en nosotros este tesoro de paz y de plenitud que vemos reflejados en la Naturaleza, simplemente esto.  Llegar a esta autoconciencia tan profunda dentro de la cual no exista una diferenciación entre la inmanencia del corazón humano y la trascendencia del corazón de la divinidad. Aquí y ahora. Es la ley.

 

Interlocutor: ¿Podrías definir qué es la alegría de vivir?

 

V.B.A: (41) ¿Qué es la alegría? Si sentimos la alegría y no le damos forma, no la acondicionamos, es alegría, pero cuando la condicionamos ya no es alegría, lo que se manifiesta sino que se tratará de tan solo una condición de la alegría que esperaremos a que se repita, y en esta repetición existe el hábito y la costumbre que traen como consecuencia la pérdida de la creación interna. El espíritu de creación está más allá de los hábitos porque se encuentra fuera del propio tiempo, ya que es el tiempo el que crea los hábitos y las costumbres, o sea, el retorcer el propósito hasta convertirlo en un deseo, y el deseo llega a ser tan potente que aquel propósito queda sumergido, preso, y esto es lo que hay que evitar, vivir sin dejarnos aprisionar por nada ni por nadie y, sin embargo, amarlo todo. Un poco de silencio.  

 


CONFERENCIA VICENTE BELTRAN ANGLADA

Onteniente 
25
-Mayo-1986

Conferencia digitalizada por el Grupo de Trascripción de Conferencias (G.T.C.)

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