CONFERENCIA
 

VICENTE BELTRAN ANGLADA

 

[edición en curso]
 


 
 

Magia Organizada Planetaria 

Las Líneas de la Jerarquía para la 4ª Ronda..

Barcelona, a 14 de Septiembre de 1.985
 

"LA VERDAD HA DE PRESENTARSE DE TAL MANERA, QUE CONVENZA SIN ATAR Y QUE ATRAIGA AUN SIN CONVENCER. ESTO SOLO PUEDE REALIZARLO EL LENGUAJE DEL CORAZON".

-VBA: Introducción al Agni Yoga, p. 49
 


Magia Organizada Planetaria

Las Líneas de la Jerarquía para la 4ª Ronda..

 

Barcelona, 14_Septiembre_1985. — Magia Organizada Planetaria: Las Líneas de la Jerarquía para la 4ª Ronda. El Conocimiento dado por la Jerarquía para la Humanidad en la presente 4ª Ronda: Sus 3 Vertientes. Magia = Creación = Potencia. Ser Creadores (Magos). En la Magia se impone a la Materia las características del propósito Espiritual (Redención). Taumaturgia = Curar por Radiación. La Base de la Magia es la Voluntad operando sobre el Cuerpo Vital. Blavatsky y la Magia equivocada. Talismanes y Amuletos. Magia por Irradiación. Cuando estamos Serenamente Expectantes abrimos las Puertas Espirituales (Adaptabilidad).

 

Vicente.— Cuando hablamos de magia, solemos considerarla como algo extraordinario que escapa casi a la comprensión normal y que puede significar, quizá, la entrada en zonas de misterio. Pero, ¿qué es exactamente la magia? Magia es creación. Desde el inicio del Universo, donde el Logos Solar ha verificado la gran magia de transmutación de la materia y el espíritu se ha diversificado en tantas y tantas creaciones, la magia ha sido constantemente el impulso de la acción. Cuando estamos pensando estamos creando magia, cuando sentimos creamos magia y cuando hablamos creamos magia, de ahí la responsabilidad del investigador esotérico. Como tuve el honor de decirles hace unos meses, la Jerarquía planetaria está interesadísima en los momentos actuales en ubicar en la mente y en el corazón de los discípulos mundiales tres conocidas fórmulas de conocimiento que constituyen el aliento de toda esta 4ª Ronda. Significa que aún pasarán miles de años antes de que se cambien los postulados que la Jerarquía puso en vigor el año 1875. La decisión de la Jerarquía –inspirada por Shamballa- tenía por objeto acumular en el aura de la Tierra ciertas energías que tenían que producir tal profundo reajuste dentro del ambiente planetario como jamás se ha visto en la historia del planeta. Hemos asistido así a grandes conmociones geológicas y espirituales como fue el caso de la destrucción y hundimiento del gran continente de la Atlántida, una obra mágica realizada por el poder destructor del Señor del Mundo. Las tres vertientes del conocimiento actual que deben ser asimiladas por los discípulos –quisiera que todos ustedes fuesen discípulos y que comprendiesen el alcance de esta idea jerárquica- son, por este orden: primero, ofrecer a la humanidad, a través de los distintos ashramas de la Jerarquía, una idea lo más completa posible de lo que significa el centro místico de Shamballa. Se han hecho intentos de presentar este máximo centro espiritual a la atención de los aspirantes espirituales del mundo, pero, no se ha ahondado todavía en las regiones psicológicas de Sanat Kumara, el Señor del Mundo, se trata sólo de una visión de perspectiva periférica, lo cual significa que puede ser muy equívoca la idea de Shamballa tal como surge de los intelectuales o de los profanos. Por lo tanto, la orden dada por la Jerarquía a los distintos ashramas que componen este gran grupo mundial, fue la de explicar lo más científica y ocultamente que fuese posible, lo que es, lo que significa el centro de Shamballa.

 Otra vertiente que tiene que ver también con la gran decisión planetaria, con destino a los ashramas de la Jerarquía, es un estudio concienzudo de lo que significa para la humanidad el contacto del hombre con estas fuerzas misteriosas del ambiente que la religión organizada conceptúa como ángeles y que nosotros le asignamos el nombre de devas. El conocimiento de Shamballa más un conocimiento profundo y exhaustivo acerca de lo que nos rodea ocultamente, entrando en las averiguaciones de estas entidades invisibles que constituyen las manos de Dios, por decirlo de alguna manera, que crean la materia, que crean todas las estructuras de la forma, y que crean impactos de inspiración en la mente de los hombres iluminados, es algo que debe pasar a la conciencia pública de una manera clara, concreta, no digo intelectual, concreta, muy concreta, lo cual quiere significar que tendrá que penetrar científicamente en las mentes de los investigadores, sea cual sea su grado de evolución, sea cual sea su condición  social, sea cual sea la creencia, el ideal, la religión, dentro de las cuales estén ubicados. 

 La tercera gran vertiente -también es una vertiente de conocimiento-  tiene que ver con la explicación científica de lo que es la magia organizada, y desde hace unos meses estamos tratando de presentar la magia como algo científico y actual, algo que estamos realizando. Por su propio poder creador el hombre está creando modificaciones ambientales sin que se de cuenta de cómo puede producirlo. En realidad se trata de una vigorización del estímulo creador que surge de los tres grandes departamentos jerárquicos, de la política, de la religión y de la civilización, o sea, el departamento del Manú de la Raza, del Bodhisattva y del Mahachoan, tres entidades que componen, por decirlo de alguna manera, la tríada espiritual de Sanat Kumara en relación con el mundo. El hecho de que se apliquen hoy tres técnicas al propio tiempo a través de los ashramas de la Jerarquía, implica la importancia que tiene desde el ángulo de vista oculto el que el ser humano se dé cuenta de que realmente es un ser creador, está creando inconscientemente todavía y, por lo tanto, esta creación inconsciente, la aplicación de su propia magia, es desoladora porque todavía no ha aprendido el ritmo de la acción correcta. No ha aprendido todavía a imponerse una disciplina mental, emocional o física para poder contrarrestar esta fuerza misteriosa del ambiente,  y  poder pasar de esta manera a modificar a voluntad sus propios ambientes sociales, sus ambientes profesionales, sus ambientes particulares, porque el mago ante todo tiene que controlar a voluntad y con plena conciencia todo el complejo social que le rodea, y para ello tendrá que empezar por introducir energías, cuanto más sutiles posibles, dentro de sus tres vehículos: la mente, la emoción y el cuerpo físico. Sólo cuando tiene la integración del cuerpo físico, del cuerpo emocional y del cuerpo mental, podemos decir que el hombre empieza a aplicar técnica y conscientemente la magia, está utilizando en forma organizada la magia del espíritu, imponiendo a la forma los caracteres del propósito infundido en su ser y que está más allá del tiempo y de la distancia. Empezad por aquí, y decirse, preguntarse constantemente, si la línea que está siguiendo, sea como aspirante espiritual, sea como discípulo, se ajusta a esta triple regla que acabo de mencionar, porque jamás en la vida del planeta hubo tal profusión de movimientos de tipo espiritualista, de tipo mágico, y jamás se habló tanto de Shamballa, aunque incorrectamente, hasta este momento presente. El movimiento engendrado el año 1875, en un cónclave  dentro del santuario secreto de Shamballa, presidido por el Señor del Mundo, por el propio Sanat Kumara, estableció la regla solar que corresponde a esta época marcada por tantos acontecimientos vitales. Ustedes se preguntarán cómo la Tierra, este pequeño planeta perdido en la inmensidad del Cosmos, puede tener tanta importancia desde el punto de vista de los grandes observadores cósmicos, pues la tiene y muy grande. En primer lugar, porque nuestro planeta Tierra, pese a su humilde origen y a su humilde expresión, constituye el centro de la propia evolución de nuestro Sistema Solar. El 4º Esquema, la Tierra, coincidiendo con el Sistema Solar, al cual pertenece, y que es un Sistema también de 4º Orden, que está siguiendo una trayectoria muy parecida a la que está siguiendo el planeta Tierra, y que hay, según se nos dice ocultamente, una gran vinculación kármica entre el Logos Planetario del 4º Esquema Solar, que es nuestra Tierra, con el propio Logos Solar que está recorriendo una 4ª Cadena dentro de un Sistema Cósmico. Y, naturalmente, forzosamente, la Humanidad, que es el 4º Reino de la Naturaleza, es la que constituye el centro de la evolución planetaria. De ahí que todo cuanto se fraguó en aquella sesión jerárquica, en el santuario místico de Shamballa, oficiando el Señor del Mundo, tenía por objeto revitalizar de tal manera el 4º Reino de la Naturaleza, que pudiese comprender, y al comprender asimilar  estas potentísimas energías cósmicas que provienen de sistemas solares más allá de los sistemas conocidos como las constelaciones zodiacales. Y, por lo tanto, el hecho de que estemos aquí y ahora hablando de magia es como si representásemos a pequeña escala la decisión de Sanat Kumara en el año 1875, hace cien años, e impera una nueva ley dentro de los ashramas y, por lo tanto, existe una modificación tremenda en las conciencias de los seres humanos, hasta el punto que, tal como les decía anteriormente, se está produciendo un milagro de orden dentro de este siglo de caos. Estamos trabajando conjuntamente aplicando el conocimiento de Shamballa, aplicando el conocimiento acerca del mundo dévico, y también actualizando el conocimiento sobre la magia organizada para que sirvan de pilar, de sostén y base para la evolución de  esta 4ª Ronda que corresponde a este 4º Esquema que está recorriendo su 4ª Cadena. Por lo tanto, dense cuenta de cuántas circunstancias concurren en este momento, y ustedes preguntarán, ¿pueden sernos de práctica utilidad estas ideas, estos conocimientos acerca de Shamballa, acerca del conocimiento dévico y acerca de la magia? Les digo a ustedes que si falla una sola de estas tres vertientes, la humanidad perderá una oportunidad única de redención, y si ustedes aplican la magia sobre el término redención y se preguntan después de lo que ustedes han estudiado al respecto, de lo que es la redención en sí, verán que se trata de aplicar una energía sobre la materia que compone nuestro triple vehículo mental, emocional y físico, de las energías cósmicas que dieron vida a su debido tiempo a nuestra propia humanidad, y que la está ensalzando por poco que les demos la oportunidad, elevándonos de plano en plano y de esfera en esfera, hasta constituir aquel bloque que el Maestro Koot Humi denomina, “de los grandes servidores de la Luz y del Plan”, y aplicamos la magia de una manera consciente, reprimiendo los impulsos del yo, pues sin un  carácter estabilizado, sin una mente coordinadora y discernitiva, y sin un deseo plenamente abierto a las influencias búdicas, no podemos hablar de magia. 

 Hoy día, el mundo entero, casi en las postrimerías del siglo XX, está atravesando crisis semejantes a las que tuvieron lugar en las razas precedentes, la lemur y la atlante. Todavía hay guerras, hay enfermedades, hay hambre, hay incomprensión humana, hay crueldad, hay soberbia, antagonismo y egoísmo por doquier. Entonces, si realmente tenemos que modificar el aura etérica, tendremos que negar todo cuanto hasta aquí hemos ido acumulando. Un mago es una persona que no tiene nada guardado para sí, significa que en el tiempo no ha acumulado riquezas, no riquezas físicas, riquezas mentales de conocimiento, riquezas emocionales del deseo, riquezas por doquier, y, naturalmente, con esta carga no podemos penetrar en los altos secretos de la magia, seremos magos inconscientemente, pues desde el momento en que tuvimos uso de razón, empezamos a utilizar la magia y la unificación de los pueblos, la creación de los lenguajes humanos, la creación de las propias leyes que rigen las naciones, la creación de los continentes, la creación de las naciones, y las ciudades dentro de las naciones, son nuestra obra, es la obra de la magia organizada de los seres humanos. Las conquistas de los hombres buscando nuevos territorios fueron un aliciente del cual se valió el Señor del Mundo para conectar entre sí los continentes, a veces por la audacia, a veces por la ambición de riqueza, ¿importa mucho esto ante la tremenda realidad de lo que significa para el gobernante supremo del planeta unificar entre sí los continentes? Hoy día no hay problema de relación, los aviones nos trasladan rápidamente con la velocidad del sonido hacia los otros continentes, en pocas horas somos conscientes de otras razas, de otras naciones, de otros sistemas políticos y religiosos, en virtud de la magia de la velocidad que constituye una de las magias del siglo XX. La conquista de la velocidad en el tiempo, la conquista de la expansión mística en el espacio, es un  proceso consubstancial que tiene que llevarnos a zonas de alta vibración dentro de la cual tendremos acceso a la maravilla del plano búdico, y no podemos hablar de magia organizada ni de magia científica sin hacer referencia al plano búdico. El mago es un hombre tan sencillo que en cierta manera ha perdido la capacidad de administrar su mente y parece una paradoja, parece un contrasentido, pero si nos damos cuenta de que la persona que ha rebasado, en cierta manera y hasta cierto punto, el rigor de lo que llamamos intelecto, que se ha sacudido las cualidades de la mente, o como decía el gran Patanjali, si podemos surgir triunfantes y dejar la mente tal como Dios nos la dio al principio de los tiempos, con esta gran flexibilidad, esta inmensa adaptabilidad, esta alta frecuencia vibratoria, esta transparencia, entonces, si alcanzamos todas estas virtudes  esenciales, que nada tienen que ver con las cualidades de la mente, y podemos dejar la mente reducida a su más mínima expresión, entonces sucede algo maravilloso, sentimos dentro de nosotros la fuerza de aquel ambiente cósmico que tiene asilo en nuestra mente y vivifica el corazón y nos libera del hábito de pensar imperfectamente, nos libera del hábito de sentir incorrectamente, nos libera del hábito de la sensación por los sentidos, con  lo cual queda por completo desintegrada la ambición, que hasta ahí había constituido el núcleo alrededor del cual se había creado y estructurado nuestra compleja personalidad humana. Dirán ustedes, “¿es que una personalidad humana no es un mago en potencia?”, es un mago en potencia, aquí no vamos a negar que el hombre, la mujer, el ser humano, es un  mago en potencia, y que utiliza consciente o inconscientemente la magia, lo que vamos a buscar aquí, a través de la magia organizada a gran escala, es si el hombre puede surgir triunfante de sí mismo sin perder la vista interna y sin caer en el error de sentirse avasallado por la soberbia de creer que tiene poderes. Un poder psíquico, por ejemplo, es algo realmente mágico, y las personas que poseen alguna facultad tienden a supervalorizarla porque se escapa del común de las gentes, esto desde el punto de vista de la magia organizada, desde el ángulo jerárquico, no tiene mucha importancia, pero la simplicidad mental, no el primitivismo mental ¡cuidado!, esta sencillez de apreciación, esta gran apertura de la vida, esta inmensa ductilidad de la mente cuando está en este trance de vivir aquellas fuerzas cósmicas que producen redención, esto para mí es lo más importante. De ahí que un mago debe ser forzosamente un ser humano capaz de pensar más allá de la mente y sentir más allá del corazón, entonces se pone en contacto con unas energías que provienen del propio corazón de la Divinidad, no puede equivocarse en su acción, la magia surgirá serena en cada uno de sus pensamientos, en cada uno de sus deseos, en cada una de sus palabras, constituye lo más grande que ha producido la humanidad a través de los tiempos: el mago y el orden supremo de la vida organizada de la naturaleza.

  Ahora mismo que la ciencia se debate en este gran conflicto de decidir cual va a ser el futuro de la humanidad, cuando existen enfermedades todavía incurables desde el ángulo de vista de la ciencia, se demuestra que el hombre todavía no es un mago, y que no hay magos dentro del campo científico de la humanidad. Una de las técnicas a adoptar por la ciencia en un próximo futuro  –y todos podemos colaborar para que sea pronto este futuro– tendrán a su disposición grandes magos que enseñarán a la ciencia su verdadero camino, que enseñarán cómo resolver el problema de las enfermedades incurables. Todos los magos son taumaturgos. La taumaturgia es la ciencia o el arte de curar, tal como está escrito en los libros jerárquicos, los profundos arcanos de la naturaleza, y se utilizará la radiación búdica para curar, para complementar, para obturar todos estos vacíos que existen entre unos seres y otros, y los que existen dentro de los cuerpos humanos, en donde no existe una correlación, no existe una armonía vital. Ante todo, el esoterista que ha adoptado la divisa de la magia en su trabajo se convertirá progresivamente en un taumaturgo, en un curador, curará por radiación, como hacen los Maestros. Un Adepto de la Buena Ley, un Maestro de Compasión y de Sabiduría, tiene el poder de curar, es la humanidad que no se deja curar porque la energía del Maestro no puede penetrar estas nubes tupidas y obscuras que constituyen hoy día nuestro campo etérico, el campo etérico de planeta, el campo etérico de nuestros ambientes sociales enrarecidos. Hubo un tiempo en que los propios devas negaron su concurso a la humanidad, cuando vieron que era imposible penetrar en aquellos ambientes enrarecidos. No cometamos ahora el mismo error, ahora tenemos a nuestra disposición fuerza cósmica. Existe literatura esotérica hoy día que habla profusamente sobre Shamballa, que habla profusamente sobre el contacto angélico y sobre el reino de los ángeles, y existen tratados, muchos tratados, acerca de la magia, y lo estamos viendo por doquier. Quizá no sea justo el camino emprendido por aquellos que hablan y escriben sobre Shamballa, sobre los devas o sobre la magia, pero estamos al principio de un nuevo cambio de situaciones ambientales. Estamos emergiendo lentamente, pero seguros de nosotros mismos de este inmenso período kali-yúguico, que ha hecho que la humanidad se sienta enfebrecida y sienta la tendencia hacia el atavismo ancestral, que sea una esclava de la tradición, que viva dentro de un emporio de la esfera que él mismo se ha fabricado, de la mente, del deseo y del cuerpo, y que no vea más allá de sus reducidas fronteras humanas. Hay que pensar más allá de estas cosas, hay que tratar de surgir triunfantes de esta batalla. La batalla que enfrentamos hoy día no es la de mejorarnos psíquicamente o la de obtener poderes para impresionar a las gentes, sino la de sensibilizarnos hasta un punto (en) que podamos reflejar en nuestra triple estructura lo que significa la gloria de la propia Divinidad. Y todo esto que parece un sueño lo están haciendo ustedes, están tratando de progresar, están tratando de obtener un nivel superior de conciencia, están trabajando intensamente aunque no se den cuenta, hay resultados, están aceptando el reto de los acontecimientos, si no, no estarían aquí, estarían en otra parte. Están involucrados en esta fuerza tremenda a la cual hago referencia, que es la fuerza de la Jerarquía, que es la fuerza de los Maestros, que es la fuerza de la propia Divinidad dentro de nosotros cualificando nuestra vida, nuestros sistemas de adaptación a la vida, nuestros ambientes sociales, nuestros campos profesionales, hasta llegar a lo más íntimo de nosotros mismos, hasta llegar a la esfera mística del corazón, penetrando en su augusto santuario, y desde allí empezar a trabajar y empezar a servir, buscando, no la vanagloria, no la dádiva ni el regalo, ni la complacencia, sino buscando la efectividad. La efectividad, cuando se aplica científicamente indica también magia organizada. Hay que ser efectivos en la acción, no hay que quedar detenidos en el comentario analítico, ni en los vanos razonamientos, ni en el estímulo de la acción porque creemos que esta acción alumbrará o inspirará a los demás, lo primero que hay que hacer es darse cuenta de si realmente estamos interesados en esas cuestiones,  y si realmente lo estamos, si aceptamos la responsabilidad, adquiriremos el poder de la magia, pues el poder de la magia no se ofrece si no hay responsabilidad en el ser humano. Y esto es lo que estamos tratando de hacer en estas pequeñas charlas, tratar de profundizar en la responsabilidad innata del corazón, que triunfe de los acontecimientos temporales, que está más allá y por encima de las redes quiméricas del tiempo, que está surgiendo triunfante porque es la ley. No busquemos objetivos previstos, avancemos constantemente, la magia se adquiere cuando no creamos metas rígidas ante nosotros, sino que vamos avanzando, avanzando, sin detenernos. ¿Se han dado cuenta hasta qué punto una meta impuesta a la conciencia nos incapacita para la acción creadora?, que nos ata a la rueda incesante de muerte y nacimiento, que impide que gobernemos nuestros impulsos, que impide que seamos portadores de la buena nueva de la ley, de lo que constituye el estímulo espiritual que la humanidad necesita, y más ahora en estos momentos de gran confusión, cuando existen acontecimientos de tal envergadura que al pasar por la conciencia causan en nosotros aquella sensación de vuelta o de regresión al pasado...Hay que ser optimistas ante lo que está ocurriendo, porque todo cuanto ocurre forma parte de la ley, y nosotros no somos jueces, sino que solamente debemos observar esas cosas, pues aquel que juzga será juzgado, naturalmente. La ley es sencilla y pura y, por lo tanto, lo que interesa en estos momentos es ver la justicia y la pureza de esta ley, tan dúctil, tan sutil y transparente que no puede albergarse dentro de nuestra pequeña conciencia, que suele reaccionar por impactos personales producidos, de una u otra manera, por los estímulos ingobernables de la razón, lógica, esto es algo que hay que tener en cuenta. Del deseo desenfrenado o de la confusión de los sentidos. La razón lógica  servirá cuando por acumulación de energía se convierta en intuición. Que después la razón se constituya en instrumento de la intuición, esto queda por descontado, pero hay que llegar a aquel país en donde no hay fronteras, son fronteras impuestas por la razón, por el afán de absorber verdades, de albergar debajo del celemín, como hacían los fariseos, sino que si tenemos la mente muy abierta y constantemente despierta a la realidad, la intuición de los altos lugares, allí en donde se escancia y esencia la magia, tendremos entonces toda esta energía dentro de nuestros vehículos y se operará en nosotros un efecto idéntico al que se realiza en los grandes seres que llegaron a establecer el Reino de Dios en su conciencia. Seremos uno de ellos y, por lo tanto, habremos conquistado el poder de vivir más allá y por encima de las pequeñas conveniencias personales.

 Quisiera conversar con ustedes más profundamente sobre estas condiciones, que para alguno son convicciones. Si alguno de ustedes tiene alguna duda acerca de lo que hemos dicho, si tiene alguna idea particular sobre el caso, si se da cuenta en algún nivel de que realmente lo que estamos diciendo aquí es un desafío a la conciencia, ahora tiene la oportunidad de utilizar el poder de la palabra para extender el significado de lo que acabamos de decir.

 

Interlocutor.— A mí la magia me ha interesado siempre como tema, pero de lo que has hablado, de una magia que ya por sí se realiza. Es decir, en todos los niveles, creo, estoy convencido, de que existe la propia magia de toda una serie de seres diminutos hasta grandes arcángeles que se cuidan de la manifestación, y entonces, no sé quien puso al nivel, llamemos inconsciente, el hombre manipula los reinos inferiores para hacer su magia sin el título, por decirlo así, de mago, está realizando magia como tú dices, ser siendo, pero para mí el verdadero mago es aquel que además de tener esta luz interna aplica ciertos conocimientos para ciertos fines, para que el Plan de Dios se restablezca en la Tierra. Entonces, para mí hay, como dices, dos clases de magos, aparte de que hay el consciente y el inconsciente, que pueda ser blanco o negro, está el que aplicando estos llamemos dones adquiridos a través de miles de vidas, de esta cierta llamemos claridad kármica, puede aplicar una magia más útil, con unas metas más definidas de acuerdo con la propia evolución para sus hermanos que vienen detrás, según dice el Maestro Tibetano: “habiendo enfrentado la Luz, le das la espalda y enfocas a tus hermanos”. Entonces, ¿no crees que sería necesario para ser, para aquellos que sienten la llamada ésta espiritual, esto que se está sembrando en estas conversaciones, que trataran a su vez, de profundizar en el por qué y en el para qué de la vida?, el por qué del karma, el cómo poder ayudar. Es decir, si esta magia innata se pudiera aumentar con ciertos conocimientos, o no son necesarios.

Vicente.— A medida que el ser humano avanza, sea en el campo del conocimiento esotérico, sea en el campo de la vivencia esotérica, aplica la magia con más intensidad, pero, ¿qué sucedió con Madame Blavatsky cuando aplicó la magia tratando de atraer gente de lo material a la vida espiritual?, que creó un campo de confusión en el mundo que le afectó a ella muy profundamente, aparte de la deuda contraída de Madame Blavatsky con el Maestro Morya. Ustedes saben que madame Blavatsky  pertenecía al ashrama del Maestro Morya, y que con el cuerpo de Cagliostro –que tenía Madame Blavatsky, según dice el Tibetano– aplicó la magia de una manera que no era correcta en aquellos tiempos. Entonces, a medida que vas avanzando por el terreno espiritual, el mago en latencia, podemos decir, se convierte en potencia. Su radiación se hace más viva, su palabra tiene efectos mágicos, igual que su pensamiento, igual que su sentimiento, se convierte –vamos a parafrasear de esta manera– en un ser radioactivo, no tiene necesidad de emplear el conocimiento, aunque lo posea, para crear magia. Cristo curaba por radiación –según dice la tradición– no por imposición de manos. La radiación de un Maestro es curativa, siempre, constituye la salvaguarda de la virtud y el apoyo de la fe, más el testimonio vivo de lo que significa realmente la magia. Ahora bien, cuando la humanidad ha llegado a ciertas cotas de incorrección, cuando el mal se ha enseñoreado de una u otra manera del corazón de un gran número de personas, se impone una tarea mágica. Esa tarea mágica es la de invocar fuerza cósmica mediante liturgia ceremonial o actividad mágica conscientemente dirigida, que es realmente lo que hace el Adepto cuando quiere impresionar de una u otra manera el campo de conciencia de sus discípulos, o de alguna organización de tipo esotérico con la cual  esté relacionado, muy íntimamente vinculado, entonces crea magia a voluntad, y la Jerarquía, siguiendo el impulso de la invocación puede atraer fuerza cósmica a la Tierra, y esto es un acto mágico. Y ahora que estoy hablándoles a ustedes y ustedes están escuchándome, estamos creando una obra mágica, que a medida que vamos interpenetrando, fusionando nuestras auras, se crea lo que podríamos llamar el campo mágico. No hemos pretendido ni ustedes ni yo ser magos, lo estamos haciendo, simplemente. Y una de las cosas que tendremos que hacer, cuanto más pronto mejor, es desmitificar el campo de la magia, limpiarlo de aquellos que buscan solamente la fenomenología, que buscan la expansión de la conciencia para que los demás lo estén viendo, es decir, la espectacularidad. Porque una obra mágica, ¿qué es para ustedes, que una persona pueda viajar astralmente de uno a otro continente, que pueda poseer el poder como Uri Geller de doblar objetos de acero y hacer que otros lo hagan o lo repitan por inducción magnética? Esto no es el campo elegido por la Jerarquía, y todos aquellos que aparecen en el mundo con poderes, aparentemente supranormales, desaparecerán absorbidos por el fuego de la propia inutilidad. Ya no se habla de Uri Geller y de otros que han pretendido absorber la atención del mundo, ¿es que con ello negamos los poderes? Simplemente no. Situamos los poderes al nivel que corresponde, simplemente. Por ejemplo, desde el ángulo de la Jerarquía, la mente mayormente mágica, es la mente vacía, un contrasentido, ¿verdad?, porque si no hay nada en la mente, ¿cómo podemos organizar la magia? ¿Pero no podemos pensar también que la magia del creador esté utilizando aquella vacuidad mental o aquella serenidad, aquella paz de la mente y del corazón, para manifestar Su gracia creadora y mágica? Es decir, hay tantas maneras de considerar el embrujo de lo que hasta aquí hemos considerado como magia, y hemos rendido culto a las personas que a nuestro entender tienen grandes poderes psíquicos. Yo puedo decirles a ustedes que no se puede llegar a la iniciación si los poderes psíquicos que poseemos y que son reminiscencias de nuestro pasado lemur y atlante, quedarán cerradas para nosotros estas puertas iniciáticas, y al entrar en los ashramas se da cuenta el discípulo con asombro, estupor, de que no tiene poderes, que los ha perdido en contacto con el ashrama, y cree entonces de buena fe que ha perdido algo que le era muy querido, y a través de lo cual creía que hacía una obra creadora. Pero esta es la ley espiritual, hay que perderlo todo para ganarlo todo, hay que dejar las armas si ya no queremos luchar. Aquel que tiene un arma, y el poder psíquico puede ser un arma, indica que la persona quiere luchar todavía, y, ¿cómo lucha una persona que tiene una facultad? El hecho de creer que por poseer esta facultad psíquica está más allá y por encima de los demás ya es separatividad, ya es falta de fraternidad. De ahí que los últimos serán los primeros siempre. En la cuarta, la quinta, la sexta, en todas las Rondas, y en todos los Esquemas, porque es la ley del Sistema Solar, que los últimos, los humildes, son los que adquieren los poderes de la magia, porque cuando uno no tiene nada que guardar para sí, es cuando puede poseer el tesoro de Dios. Y esto es magia, ¿cómo se manifiesta esta magia?, como decíamos anteriormente, por radiación, por expansión de esta paz inmensa que posee el verdadero mago, y no es cuestión de conocimientos ni de impartir conocimientos. Es cuestión de vivir acontecimientos que están fuera del tiempo y que al manifestarse en el tiempo crean el fenómeno de la radiación magnética, que no es el magnetismo animal de ciertas personas superdotadas etéricamente, sino que es aquella expansión de energía magnética que proviene del espíritu, a través de unos cuerpos muy bien organizados, muy bien equilibrados, armonizados por completo, y entonces por donde pase un individuo de tal naturaleza, lleno de integración, amparado por el poder de síntesis, todo el mundo tiene que darse cuenta porque él trae la paz, la verdadera paz de los altos lugares y, por tanto, solamente un gran mago puede traer paz, no simples efectos caleidoscópicos en la esfera cerrada del tiempo.

 

Interlocutora.— Pertenece a la Jerarquía, o sea, la Jerarquía puede estar pendiente más o menos de todos los pequeños aspirantes espirituales. Esta atención de la Jerarquía hacia nosotros que estamos aquí reunidos puede crear una fricción dentro de nuestros cuerpos. ¿Cómo podrías explicar esto a  nivel práctico en la vida diaria de todos los...?

Vicente.— ¿La fricción producida cuando la Divinidad está atenta a nosotros? Bueno, cuando existen unos cambios de era, como por ejemplo ahora, que Piscis va cediendo el terreno a Acuario, hablando dentro de los cánones de la astrología convencional, cuando existe una incorporación de energía que surge del contacto, de choque de dos energías diferentes, dos cualidades de Rayo, por ejemplo, hay una liberación de energía. Es la energía de un Rayo que está marchando pero que se resiste a marcharse, y otro Rayo que está penetrando y le obliga a aquel Rayo a penetrar en las profundidades del Espacio. Pero, siempre que existe una tensión creada, sea por la influencia de las constelaciones, sea por la influencia de enviados dévicos o enviados celestes, o por el  contacto con los Maestros, la energía, tal como la acusa la gente normal, la gente corriente, sin tratar de peyorizar en este caso, hay un choque, porque nuestros vehículos están calibrados a ciertas ondas o a ciertas frecuencias vibratorias –utilizando términos eléctricos–, y la energía que tratamos de canalizar es superior a la capacidad de resistencia de nuestros vehículos, entonces se produce un choque, una reacción. Esta reacción produce resultados. En ciertos discípulos puede ser el abandono del ashrama porque no han podido asimilar aquella fuerza. En la humanidad, o bien puede hacerles remontar hacia niveles superiores, depende de su grado de adaptación a aquellas fuerzas,  o bien puede hundirlas en niveles inferiores a los de antaño. Es el precio que hay que pagar cuando vienen esas energías. Es al final del ciclo, cuando han pasado algunos cientos de años, que se da cuenta, el observador inteligente, de que en general aquella invasión de energía que ha creado impactos y fricciones ha sido beneficiosa  para una inmensa mayoría del planeta, implicando la actividad de los reinos de la naturaleza, los reinos subhumanos que dependen del reino humano. ¿Cuál es la misión ante estos tremendos despliegues de energía? Lo he dicho infinidad de veces: adaptabilidad y, ¿cómo seremos adaptables?, cuando estamos expectantes, sin metas rígidas, porque aquella fuerza destruye todas las barreras y todas las metas. Pero, ¿qué pasará cuando esta energía –me refiero a las personas inteligentes– no encuentre resistencia? Cuando estamos muy atentos no estamos ofreciendo resistencia, estamos abriendo las compuertas espirituales de nuestra vida, no utilizamos la mente para resistir la fuerza porque la mente quedaría aniquilada, no liberada, destrozando el vehículo etérico que corresponde al  cerebro y destruyendo el cerebro físico, por resistencia, porque resistimos a la ley que es energía. Así, cuando estamos muy atentos y expectantes no hay tensión, no hay vibración inarmónica con todo cuanto surge, con todo cuanto puede producir el ambiente, con cuanto puede proceder de las estrellas o de los signos del zodíaco, o de los planetas del Sistema Solar, lo acogemos naturalmente, adaptándonos graciosamente a  las condiciones impuestas como se adapta el agua a cualquier vasija.

 

Leonor.—  Bueno, yo quería decir algo sobre el aspecto magia, sobre el aspecto del mago, que puede hacer algo, algún trabajo, o sea, para efectos determinados. Yo creo que en primer lugar debe ser ya un alma madura que ha venido a esta existencia para poder hacerlo, porque no es que se adquiera ni con los conocimientos ni haciendo prácticas, hay algo que sale espontáneamente. Algún ser determinado, espontáneamente tiene una acción en un determinado momento, un determinado fin, entonces conoce que él está adecuado para hacer todo aquello, aparte de que esta persona puede ir realizándose en este camino de estudios esotéricos, si es que lo necesita, porque puede llegar ya como una ciencia infusa. Pero verdaderamente creo que un alma joven, como puede ser cualquiera de nosotros, que quiere saber, que quiere estudiar, que quiere llegar a conocer, quiere llegar a actuar, pero tiene que saber primero si tiene esta madurez que a través de la edades, a través de diferentes encarnaciones ha ido acumulando. Por eso yo he conocido personas muy sencillas que en un momento determinado han podido hacer algo que ni ellos mismos sabían que podían hacerlo, pero es que esto ya lo llevaban hecho. Entonces, si, además esta persona puede tener sus conocimientos, puede actuar, pero es que lo primero es llevar dentro esta madurez. Cuando esta madurez no existe, por más conocimientos que se tengan, con la magia no se puede trabajar, para determinados fines, porque sabemos que a través del alma colectiva humana se extrae una fuerza, de ahí, para hacer algo, pero este algo, desgraciadamente, en un alma no madura, puede encontrar algo que también puede extraer del ánima grupo de los animales y entonces puede hacer  la parte negra. En fin, pero yo quiero decir que hacer un determinado trabajo muy efectivo, hacia determinado fin, ha de ser un alma madura, y esta madurez no se adquiere con conocimientos, ni con prácticas, ni con yogas, ni con nada, es algo que hay que llevar la base, la base tiene que venir de atrás. ¿No te parece a ti?

Vicente.— Sí, pero podemos ahondar mucho sobre esta cuestión, porque, realmente, cuando a un ser se le aplica la categoría de mago es porque lo es. [Ha venido con una fuerza] No viene por el conocimiento, pero el conocimiento como esencia está en su átomo permanente. Él ha tenido que luchar en alguna vida, o en muchas vidas, para adquirir el poder del mago. Además, si les dijese a ustedes que el Logos Solar, el Dios del Universo, fue un  día un hombre como nosotros y que fue ascendiendo en la evolución hasta alcanzar esta inmensa categoría logoica, y que un  átomo de nuestro cuerpo con el tiempo se convertirá en un ser humano, ustedes dirán que parece una maravilla, o que es imposible que sea así. Es que ustedes juzgarán quizá por el tiempo y no por el espacio, porque de la categoría atómica  a la categoría humana, o de la categoría humana a la categoría logoica, hay inmensas cantidades de tiempo, y, naturalmente, se van produciendo en el tiempo estas reacciones en cadena, por decirlo de alguna manera, de la radioactividad que se está liberando de cualquier compuesto molecular, o de la tremenda fuerza logoica que se libera a través del Universo. Todo esto constituye una línea segura de la magia. Seguramente que si contemplásemos un átomo veríamos que produce magia, una magia desconocida, porque, ¿qué sabemos del átomo?, ¿qué está compuesto por protones electrones y neutrones?, y, ¿qué más? No sabemos el conjunto, la agrupación familiar de un compuesto molecular, con sus directrices dévicas, con su magia, creando las formas que constituyen los órganos de nuestro organismo. Hay una jerarquía incluso en los átomos, y no podemos comparar un átomo que constituye el cerebro –hablo del hombre– con un  átomo dentro del hombre que constituye la piel. Hay una especificación, hay una jerarquía, ¿verdad? O cuando hablamos del corazón, son átomos especializados que constituyen agrupaciones jerárquicas de la misma manera que existen agrupaciones cósmicas. Y allí, en el Cosmos, existen agrupaciones familiares, o lo que el Maestro Tibetano ha dicho alguna vez: “existe una gran familia cósmica dentro de un ambiente social de dioses”. Pues bien, todo es magia. Al principio no existe un conocimiento de la actividad mágica, se aplica la magia sin ser un mago, si podemos decirlo de alguna manera, pero a medida que prosigue la evolución el aprendiz de mago se convierte en mago y el mago se convierte en un Logos, y así prosigue la evolución. Naturalmente que no será por el simple conocimiento de la magia que podemos utilizar la magia, sino que es la recta intención y la buena voluntad la que producirá en y a través de nosotros efectos mágicos. Y creo que esto lo hemos discutido tantas veces que casi parece que vuelvo a decirlo, pero así es la ley y así es el principio de la magia, y todo cuanto existe de creación es un resultado de la magia organizada del Creador, o de la infinita pléyade de creadores que están construyendo los vehículos de los seres humanos. En las iniciaciones –hablo de la iniciación humana en el sentido jerárquico– se aprende la técnica mágica de construir a la manera de Dios, creando estructuras. Un Adepto puede crear una estructura con sólo crear la imagen dentro de sí y utilizando el poder se su voluntad, que constituye el soporte de la magia, como los grandes Rishis están vivificando constelaciones. Vemos pequeños faquires que hacen crecer o germinar una semilla por el poder de su voluntad y vemos que va creciendo la semilla a medida que va enfocando su voluntad mágica sobre aquella semilla, viene la germinación, surge de la tierra y llega a producir flores y frutos en espacio de horas, no de siglos ni de años, no espera a que venga el momento ideal, por ejemplo, una estación primaveral o el invierno, para producir sus efectos, basta su voluntad, que de acuerdo con la voluntad del creador está operando un prodigio, y la gente lo ve, y esto lo ha comprobado la ciencia sin poder explicarse el porqué. La base de la magia es la utilización de la voluntad operando sobre el cuerpo etérico del mundo o sobre fracciones etéricas del planeta, produciendo lo que Dios produce armoniosamente a través de Su Universo. Por lo tanto, no es que quiera significar a ustedes que tenga alguna importancia el que un  fakir, o un yogui, en la India o en cualquier lugar, pueda hacer germinar y fructificar una semilla, es solamente mencionar un efecto mágico, no estoy indicando a ustedes que se preparen para hacerlo, porque esto no tendría razón de ser, porque la transmutación que opera el fakir o el yogui en el ambiente ustedes lo pueden producir dentro de su triple envoltura, la física, la astral y la mental, creando campos de situaciones armónicas, fructificando la semilla del espíritu y produciendo frutos de radiación, y, entonces, tenemos el caso de que cada uno de nosotros puede convertirse en un mago por radiación. El alma de la radiación es la buena voluntad, en un  principio, más tarde es la inteligencia creadora, o la imaginación creadora, finalmente es el espíritu que gobierna la forma y crea estructuras de acuerdo con los arquetipos que el mago se ha impuesto a sí mismo. Pero, si vamos siguiendo atentamente el desarrollo de la acción creadora de nuestro espíritu a través de los cuerpos que utilizamos, iremos siendo conscientes de la magia, y  cuando menos lo pensemos estaremos practicando magia, no para que los demás nos ensalcen o glorifiquen sino para que vean que existe una fuerza tremenda en la naturaleza, que el ser humano puede y tiene el deber de controlar.

 

Interlocutora.— ¿Qué sentido tiene el oráculo? 

Vicente.— Bueno, el oráculo es una fórmula, un mántram. Si ustedes se han dado cuenta de que decía que el hombre produce magia por la palabra, ¿qué pasará cuando conozca el significado íntimo de las palabras, que vea lo que sucede con las palabras al entrar en contacto con el éter? El examen profundo de los investigadores esotéricos contemplando el poder de la palabra dio origen a los mántrams y a los oráculos. Un oráculo es la magia organizada de una manera, que a través de la palabra se puede rasgar el velo del pasado y del futuro desde el presente. El oráculo enseña a través de la palabra por el gobierno de los señores del tiempo, es decir, de aquellos que están subordinados a la fuerza de la memoria cósmica, lo que sucedió en el remoto pasado, como hacían los profetas, o de trasladarse al futuro como hacen los videntes. El oráculo, en este caso, por el mántram, es una fuerza que permite la aglutinación de energías dévicas para producir un resultado determinado. Es lo mismo que todo cuanto contiene de mágico y de condicionante de las fuerzas, cuando una persona se cuelga una cruz o cualquier amuleto. La fuerza del mántram mental penetra la fuerza del talismán, del amuleto, le confiere una gracia que sin el mántram no poseería, sería una cosa como las demás y, sin embargo, desde tiempos inmemoriales las personas se han adornado con talismanes, religiosos, místicos, del carácter que sea. Esto viene segregado por este gran egregor del pasado que llamamos religión, que utiliza estas fórmulas, incluso oráculos y los mántrams consecuentes, para crear situaciones de adaptabilidad espiritual en las gentes. Y todos llevamos amuletos, pero no les damos importancia a ellos como les daban los antiguos, pero, un amuleto, un talismán, era vivificado por la influencia del espíritu, en ceremonias solemnes, en ritos mágicos, y entonces quedaba para siempre impregnado el talismán, o aquel oráculo, por la fuerza mística del verbo de los conocedores. Y, así, a través del tiempo, viene la tradición, y llevamos talismanes y amuletos, por moda, por esnobismo, no porque conozcamos la eficacia de la ley.

 

Interlocutor.— Vemos..., yo sigo con la magia porque es un  tema, repito, que me apasiona. Por ejemplo, en la Biblia se nos dice: “Estamos hechos a imagen y semejanza de Dios”. Jesucristo nos dice: “Dios está en vosotros”. En fin, en Oriente también cientos de expresiones similares. Entonces, a través del estudio de la magia, de las reglas, de las leyes, podemos conocer nuestras limitaciones, nuestro círculo-no-se-pasa. Nuestra aura es de equis metros, depende de nuestra evolución, comparado con los cientos de kilómetros que se dice que era el aura del Cristo, la radiación del Logos Planetario abarca todo el planeta. Nosotros, a través del estudio de las leyes, de los ciclos, podemos conocer nuestras limitaciones, qué energías y qué fuerzas podemos poner en movimiento. La energía sigue al pensamiento, es decir, que el esoterismo, indudablemente, como decía la señora, no nos hace malos, pero nos hace conocedores de las leyes y, a través de nuestra voluntad podemos ejercer ciertas funciones, no solamente a un metro, sino a tres mil kilómetros o a doscientos mil, no hay distancia. Entonces, yo me pregunto, si estamos creados a imagen y semejanza de Dios, ¿por qué no somos perfectos? Si Dios es la perfección a la cual...en fin, no hay palabras para decir, ¿por  qué nosotros no podemos ser tan taumaturgos como Él?, ¿qué nos limita esto?, ¿es nuestro propio conocimiento, o nuestro desconocimiento?, ¿cómo lo ves?

Vicente.— Nuestro desconocimiento de la ley siempre impide de una manera clara y determinante que una persona sea depositaria de valores eternos. En realidad no hay ninguno de entre nosotros que no tenga ante sí una meta de perfección más o menos elevada. Aparentemente, tal y como decía anteriormente, la meta limita la acción del pensador, pero, cuando hablo de que la meta limita la atención del pensador siempre lo hago en términos de discípulo, no hablo de la gente común, corriente, que no podrían comprender esta razones, porque decimos: “mañana voy a hacer tal cosa”, o “haré tal cosa”, y si en el campo conceptual, mental, o espiritual, creamos una meta mística, tampoco podemos decir que aquello es falso. De esta manera, tendríamos que destruir todas las religiones, todas las creencias, toda la fe en el corazón del hombre que se apoya en símbolos y no en realidades. Hablo de una técnica mágica que está más allá del símbolo, que ve la realidad inmanente en nosotros,  que puede pasar a la trascendencia, y el mago interno cuando es innato, o inmanente, cuando se transforma en sí, se convierte en la trascendencia del propio Dios. Dios le da todo para que trabaje. Hay que hacer una casa, Dios te suministra los materiales. La perfección de la casa no depende de Dios sino de nosotros. O haremos un palacio o una simple chabola, ¿verdad?, es la ley, porque cada cual recibe según su medida, según su entendimiento. Solamente el mago, el Adepto, puede trascender las pequeñas cosas a que nosotros   damos tanta importancia, como el conocimiento, por ejemplo, de la ley. Y como tenemos un conocimiento de la ley, tenemos el temor de la ley en nuestro corazón, y seguimos por temor, no por aquella eterna sumisión al poder de Dios, sino por el temor al castigo, y así han nacido todas las religiones del mundo en un  principio. Quizá después se han diversificado y han creado nuevas zonas de interés para los creyentes, pero tal como está el mundo actual, la persona no ve la realidad si no es a través de un símbolo, el del Cristo, por ejemplo, el del Logos, el del Maestro. Y, naturalmente, cuando se le dice al mago en potencia que debe ejecutar su obra mágica, se le enseña a pasar por aquello que místicamente llamamos la noche oscura del alma, o el árido y reseco desierto de la incomprensión, para poder llegar a aquellas regiones innombrables en donde se gesta la magia de la creación. Y, claro, tantos siglos y tantos siglos de atavismos y de iniquidades, tantos siglos de tradiciones y de símbolos variados, que llega un momento estelar en la vida del hombre en que se le dice, ashrámicamente, “todo esto tienes que dejarlo”. Debe ser una conmoción tremenda el paso que va del mago inmanente al mago trascendente. Y aquí es donde hay que trabajar. Y tal es el conocimiento interno que van adquiriendo los discípulos en los distintos ashramas de la Jerarquía, preparándolos para el estado de Arhat, de aquel que crucificado en la cruz de los prejuicios particulares y del mundo, y surgir triunfante de la prueba y convertirse en un mago, después de haber atravesado aquellas zonas sombrías de la pasión y muerte en la cruz. Esto es la magia verdadera, porque la magia del conocimiento nos llevará sólo a un punto, allí donde se agota la fuerza de luz del antakarana, aquel puente de arco iris que hemos creado a través del tiempo y que une la mente inferior con la mente superior. Pero, cuando hemos llegado a cierto punto, viene la gran prueba, la prueba del sacrificio del yo. Tienes que dejarlo todo y sumergirte en algo que desconoces, en la nadencia de la actitud para penetrar en la augusta sala en loor de la magia. ¿Y cuántos atraviesan esta noche oscura sin sentirse atraídos de nuevo al campo conceptual de los recuerdos y de las tradiciones, o de los símbolos? Muy pocos, porque son muchos, son todos los llamados y muy pocos los elegidos, precisamente porque nadie se atreve a dar el último de los pasos, el de mago en potencia al mago en actividad, o del mago inmanente al mago trascendente, repitiendo el mismo término: pasar del hombre a Dios, simplemente. Es una obra mágica de gigantesca envergadura que cuando lo aplicamos en nuestras conversaciones, da una impresión de que es algo que no podemos regresar jamás, y, sin embargo, la fuerza de la vida, la fuerza de la evolución, la fuerza de las circunstancias, nos van empujando constantemente hasta este punto. Quizá regresaremos una y otra vez, por el temor a lo desconocido, por el temor a la inseguridad después de haber vivido con tantas seguridades, que nos empujará y ya no podemos resistir, nos sentaremos, nos sentiremos succionados, absorbidos por esta fuerza de la magia suprema de la creación. Y cuando hayamos traspasado este velo de misterio, nos daremos cuenta de aquella inseguridad, aquel silencio inaudito y profundo es la esencia del propio ser, y entonces nos reconoceremos sin necesidad de mirarnos al espejo de los sentidos, de la emoción o del pensamiento, estaremos más allá del tiempo, nos habremos convertido totalmente en espacio, si podemos comprender esta idea, la diferenciación entre espacio y tiempo. El tiempo siempre es una mancha dentro el espacio, y así están separados por distancias incalculables o sistemas siderales.
 


CONFERENCIA VICENTE BELTRAN ANGLADA

Barcelona 
14
-Septiembre-1985

Conferencia digitalizada por el Grupo de Trascripción de Conferencias (G.T.C.)
22-Septiembre-2007 (2008-11)

Editada por el Centro de Estudios VBA (en curso)
12-Marzo-2008

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