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Vicente Beltrán Anglada


"Con profunda e infinita reverencia
a los insignes Adeptos de SHAMBALLA
en el AULA DE LA CÓSMICA COMPRENSIÓN…
Vicente Beltrán Anglada."
-V.B.A
.


 

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CAPÍTULO IV
 


LA ESTRUCTURA MÍSTICA DE SHAMBALLA

La ISLA BLANCA, es decir el emplazamiento geográfico elegido por los Señores de la Llama cuando instituyeron la Gran Fraternidad de SHAMBALLA aquí en la Tierra, es un misterio iniciático de alta trascendencia espiritual, basado en la geometría esotérica, pues nada externo, salvo las indescriptibles radiaciones magnéticas, podrá revelarle al investigador cualificado este maravilloso Centro espiritual del que surge la Luz del mundo. Últimamente se ha escrito bastante sobre SIIAMBALLA “el Oasis perdido en el Desierto de Gobi”, pero las narraciones novelescas basadas a veces en hechos rigurosamente ciertos, desarrollaron a extremos exorbitados la imaginación de los profanos y destilaron quizás un poco de luz o de tenue certeza en las mentes de los aspirantes espirituales del mundo. Sin embargo, ocultaron frecuentemente mejor que descubrieron los inmensos tesoros espirituales que se ocultan allí envueltos en hálitos de misterio y escondidos en los profundísimos arcanos de la Sabiduría de las Edades.

Lo que sí puede afirmarse con toda seguridad, lógica y realismo espiritual, es que el Centro de SHAMBALLA constituye en su totalidad un Misterio indescifrable al que sólo pueden acercarse los grandes Iniciados del planeta, después de haberse preparado para ello durante una multiplicidad de existencias, a medida que fueron recibiendo merced a Sus méritos espirituales, las sucesivas Iniciaciones.

Un indicio de este gran Misterio lo tenemos en la expresión bíblica: “LA CIUDAD DE LAS SIETE PUERTAS”, cuyas llaves de acceso van conquistándose tras cada una de las siete Iniciaciones planetarias, para poder penetrar conscientemente en las siete Esferas de SHAMBALLA.

El condicionamiento es real y el grupo de misterios no puede ser revelado de inmediato, por ávido que esté el investigador esotérico, de conocimientos más profundos. Existen reglas muy estrictas -impuestas por el SEÑOR DEL MUNDOque han de ser acatadas y son de tal naturaleza, de acuerdo con la ley oculta, que “son muy pocos los elegidos de los muchos que son llamados”, capaces de acatarlas. Y si estas reglas y disposiciones de carácter iniciático son tan difíciles de seguir por los mejores exponentes de las altas virtudes de la Raza... ¿cómo podrán los demás, los profanos, por elevados que sean sus conocimientos intelectuales, descubrir el exacto emplazamiento místico de SHAMBALLA, aun cuando se les haya dado ciertas nociones informativas acerca de su emplazamiento geográfico?

La lógica esotérica se impone a cualquier otro comentario, y razones no le faltan al investigador realmente cualificado, cuando habla del “oasis perdido en el Desierto de Gobi”, como de un lugar eternamente inexplorado. Pero este oasis, esta Isla Blanca en el árido desierto, más que un lugar geográfico en donde se desarrolla un drama histórico, es UN ESTADO DE CONCIENCIA del LOGOS PLANETARIO, expresado objetivamente para los Iniciados a través de SANAT KUMARA, el SEÑOR DEL MUNDO y nadie, absolutamente nadie, podrá penetrar en recinto alguno de este prodigioso Reino, sin haber obtenido previamente “la Palabra de Pase”, o Mántram específico que permite descubrir algunas de sus Puertas de Entrada y acallar la Voz de los ASURAS.

El Reino de SHAMBALLA abarca la totalidad del planeta y se extiende mucho mas allá de los límites de la esfera gravitatoria o “círculo-no-se-pasa” de la Tierra. Es decir que, cuando hacemos referencia a SHAMBALLA como emplazamiento magnético, estamos tratando de localizar un Centro de conciencia desde donde la luz, la vida y el amor de este desconocido, trascendente y exaltado Ser que llamamos Logos planetario, puedan ser proyectados sobre el mundo a través de SANAT KUMARA. Tengamos muy presente, sin embargo, que pese a Su infinita trascendencia, el Señor del Mundo es sólo la representación objetiva de aquella increíble Entidad cósmica que desde niveles totalmente inaccesibles al entendimiento humano gobierna internamente la estructura total de SHAMBALLA, con sus siete Esferas gravitatorias, algunas de ellas directamente relacionadas con el ambiente cósmico a través de elevadas y misteriosas Vidas extraplanetarias...

El magnetismo indescriptible que emana de SHAMBALLA se extiende por el mundo, siguiendo ciertas definidas líneas de fuerza, creando vórtices o puntos de proyección a través de los cuales es dinamizado el entero cuerpo del planeta. Estos centros o vórtices de fuerza están sabiamente distribuidos de acuerdo con ciertas posiciones celestes marcadas por ciertas constelaciones, soles y planetas, kármicamente vinculadas con la evolución de la Tierra.

Podríamos decir, por lo tanto, que desde que los Señores de la Llama (SANAT KUMARA y Sus exaltados DISCÍPULOS VENUSIANOS) vinieron a nuestro mundo para instaurar el Reino Espiritual de SHAMBALLA, han sido creados muchos de aquellos centros magnéticos, canalizadores vivos de fuerza cósmica, y antes de que fuesen construidas las pirámides de Egipto y el conjunto pétreo de Stonehenge en Inglaterra, ya habían existido muchos miles de años atrás, otras construcciones mágicas similares, en Europa, América y Asia. Los dólmenes, menhires y otros parecidos monumentos de piedra, algunos de ellos verdaderamente gigantescos, no fueron sino expresiones vivas en determinados períodos de la historia del planeta, del poder extraordinariamente magnético de SHAMBALLA, irradiando desde las edades más lejanas su tremenda fuerza espiritual en beneficio de la totalidad del planeta y, muy particularmente, para facilitar el desarrollo del cuarto Reino de la Naturaleza, el Reino humano, sobre el cual -tal como rezan las más antiguas tradiciones místicas- “… tiene depositado el SEÑOR todas Sus infinitas Complacencias”.

Al hablar del centro de SHAMBALLA, nos referimos intrínsecamente a la historia viva del planeta, a todas las fuerzas y energías planetarias conscientemente dirigidas hacia los reinos de la Naturaleza desde un CENTRO vital de irradiación, tremendamente dinámico y proyector de energía cósmica. SHAMBALLA es la síntesis de todas las actividades planetarias, la centralización “…en un momento específico del tiempo y en un definido lugar del espacio” -tal como puede leerse en el antiquísimo “LIBRO DE LOS INICIADOS”- de tres grandes e indescriptibles Entidades cósmicas: el LOGOS SOLAR, el LOGOS PLANETARIO y SANAT KUMARA, el SEÑOR DEL MUNDO, constituyendo un conjunto triangular geométricamente ideal para poder invocar constantemente sobre el planeta Tierra, las energías de las doce Constelaciones del Zodíaco, las de otras no menos esplendentes Constelaciones siderales, kármicamente afines, y las que provienen de cada uno de los esquemas planetarios del Sistema solar.

Este conjunto geométrico se refleja íntegramente en el triángulo planetario constituido por los tres principales Centros espirituales: de SHAMBALLA, la jerarquía planetaria o Gran Fraternidad, y la Humanidad, la Raza de los hombres, los cuales, vistos desde los niveles superiores del esquema terrestre, aparecen como los Chakras Coronario, Cardíaco y del Entrecejo del Logos planetario en el vehículo etérico de SANAT KUMARA.

Sin embargo, dada la naturaleza septenaria del Logos planetario, habrá que suponer que aquel trascendente vehículo etérico del SEÑOR DEL MUNDO estará integrado también, como en el caso del ser humano, por otros cuatro chakras o centros de distribución de la energía de los Rayos. Utilizando la analogía, podríamos establecer, aunque con la debida reserva y considerando la evolución actual de los centros planetarios en esta cuarta Ronda, las siguientes relaciones:
 

Chakra............. Reino...... Rayo
Coronario...........SHAMBALLA...1
Cardíaco............JERARQUÍA...2
Entrecejo...........HUMANIDAD...4
Sacro ..............DÉVICO......5
Laríngeo ...........ANIMAL......3
Plexo solar.........VEGETAL.....6
Base de la
Columna Vertebral...MINERAL.....7


Según se nos dice ocultamente, los elevados RISHIS que trascendieron el Karma de la Tierra ven este conjunto septenario como una fulgurante estrella de seis puntas con un punto todavía más brillante en el centro de la misma, el cual corresponde al centro sintetizador de SHAMBALLA. Sobre este punto central convergen todas las líneas de fuerza provenientes de los Rayos del Sistema, y esta estrella -cuya figura geométrica sólo puede percibirse desde los planos superiores- irradia una luz definida y emite un sonido característico que son las emanaciones naturales del Logos planetario. Así, cuando en los profundos tratados místicos se nos habla de la “Luz cósmica” o de la “Música de las Esferas”, se nos está informando en realidad de una Entidad psicológica de infinitas proporciones que está manifestándose kármicamente en el seno de una familia cósmica y en un ambiente social de Dioses. Así, uno de los grandes secretos a revelar en la Iniciación -de la cual nos ocuparemos oportunamente- es el de iluminar la conciencia sobre la íntima y misteriosa vinculación existente entre aquel ambiente social de dioses y el ambiente social humano y sobre las formas geométricas a que da lugar el principio de Jerarquía Espiritual sobre el cual se fundamenta la ley de evolución... Las formas geométricas observadas surgen siempre como un efecto de los inmediatos o lejanos contactos kármicos que los Dioses o los hombres establecen entre sí, con la particularidad lógica de que las jerarquías mayores incluyen siempre dentro de sus fronteras cósmicas a las jerarquías menores. Podríamos decir por lo tanto, de acuerdo con este principio, que el reino vegetal incluye dentro de sí al reino mineral pero que, a su vez, se halla incluido dentro del reino animal, el cual se nutre de todas sus esencias vegetales. El reino humano incluye a los tres reinos subhumanos, mineral, vegetal y animal y, de manera misteriosa, constituye el centro de atención del Logos planetario en esta Cuarta Ronda por el hecho de constituir el centro místico de la evolución planetaria, ya que participa indistintamente de la substancia material de los tres reinos inferiores a los cuales incluye y de la esencia espiritual de los tres reinos superiores, dentro de los cuales se halla incluido. Esta cíclica coincidencia, en relación a la expresión de las Jerarquías Espirituales, da origen en el caso de la humanidad, a una profunda y acentuada aproximación del Logos del esquema terrestre, lo cual explicará razonadamente a todos los aspirantes espirituales que “tengan ojos para ver y oídos para escuchar”, por qué fueron implantadas en la Tierra las técnicas iniciáticas, después de aquella tremenda efusión de fuerza venusiana que dio como resultado la Venida de los Señores de la Llama y la consiguiente Instauración de la Gran Fraternidad Espiritual en nuestro planeta. Todas estas ideas se mueven, como ustedes podrán observar dentro de aquella gran razón cósmica que esotéricamente llamamos “Ambiente Social de Dioses”.

Ahora bien, todas las jerarquías planetarias, angélicas y humanas, todos los reinos de la naturaleza y todo cuanto vive, se mueve y tiene el ser dentro del orbe del planeta, hasta llegar a las fronteras del “círculo-no-se-pasa” del mismo, se hallan bajo el poder controlador y ejecutor del SEÑOR DEL MUNDO, Quien desde Su centro sintetizador ejerce Su influencia sobre todas las Esferas de Shamballa, de la misma manera que el ser humano ejerce poder -o cuando menos trata de hacerlo- sobre sus centros etéricos o chakras.

A medida que el ser humano vaya evolucionando a través de las edades, se dará cuenta de que el Espacio, con su multiplicidad de soles, constelaciones y planetas, es un verdadero y perfecto mapa astronómico, confeccionado según las más elementales reglas de la geometría y que todo el Inmenso e indescriptible Contenido espacial -visto cósmicamente no es sino el CUERPO EXPRESIVO de UNA ENTIDAD SUPREMA, cuyo poder y absoluta grandeza sobrepasa la visión de los más elevados y esplendentes RISHIS... Este absoluto e inmenso conjunto estelar condiciona todo tipo de visión, a medida que la entidad espiritual evolucionante va desarrollando sus poderes de percepción. Podríamos considerar este misterioso e indefinible conjunto estelar desde tres principales campos de observación: humana, planetaria y cósmica:

    a. Desde el ángulo de la percepción humana. En su presente estado de desarrollo, cuando el hombre observa el firmamento estrellado, sólo aprecia puntos brillantes de distintos resplandores que son las refulgentes estrellas y planetas, cíclicamente organizados de acuerdo con la ley del Karma y que constituyen la maravillosa estructura de los Cielos. Este tipo de percepción le permite al observador humano contemplar una serie infinita de figuras geométricas, basadas en el principio científico de la perspectiva. Surgen así las engañosas formas geométricas creadas por los infinitos ángulos de enfoque de la visión humana, sujeta a las deformaciones geométricas de la relatividad objetiva y condicionada por la inclinación del eje de la Tierra con respecto a la elíptica.

Este tipo de visión ha constituido hasta aquí el fundamento de la Astrología convencional o Astrología científica, con respecto al destino de los hombres. Desde el nivel puramente físico, viendo el firmamento como una superficie plana, no puede percibirse otra cosa que las formas y situaciones geométricas aparentes, creadas por los cuerpos estelares en el espacio infinito. El destino del ser humano, enmarcado desde el ángulo de la perspectiva visual y de la posición física de los astros, aparece únicamente como una condición fija e inalterable. Desde este punto de vista, nada puede detener el curso inflexible y rígido de los astros y “…las estrellas inclinan y obligan”. Tal es el principio de perspectiva que surge de la contemplación bidimensional del espacio.

    b. Desde el ángulo de la percepción causal, utilizando los poderes de la clarividencia en los niveles más elevados de la mente. Esta visión contempla el universo estrellado, el refulgente conjunto de soles y planetas, desde una dimensión más completa e incluyente. Los cuerpos celestes, sea cual fuere su importancia, aparecen como centros luminosos con vida propia y habitados por Entidades cósmicas de inenarrable grandeza y evolución, constituyendo entre sí misteriosas y enigmáticas figuras geométricas, poliédricas, transparentes y de una extraordinaria belleza.

El espacio cósmico no aparece aquí como una superficie plana, como en el caso anterior, sino en su aspecto cuatridimensional, es decir, en volumen y de manera transparente, viéndose las composiciones geométricas poliédricas por fuera, por dentro, a través y desde todos los ángulos. Ya no se escuchan únicamente las notas particularizadas de cada cuerpo estelar sino que el oído del observador, insuflado del aliento cósmico, se extasía con la sinfonía creada por un inmenso conjunto orquestal, formado por todas aquellas gigantescas agrupaciones estelares que arrastran raudamente sus composiciones geométricas, que son las ideas de los Dioses a través del espacio infinito. Esta visión “en volumen” y en exquisita e indescriptible transparencia del Cosmos se fundamenta en realidades causales y utilizando un tipo de luz o de percepción absolutamente desconocido todavía por los hombres de la Tierra, pero que utilizan sabiamente los Iniciados, para descubrir los grandes secretos cósmicos, el misterio de los Rayos y el oculto destino del alma humana.

Si pudiésemos asignarle un nombre científico a ese tipo de visión y al conocimiento que se extrae del mismo, el más apropiado sería sin duda el de “Astrología Esotérica”. Este es el campo de observación de los Adeptos de la Gran Fraternidad Blanca del planeta, cuando tratan de leer el destino causal de las naciones, el de los conjuntos sociales humanos y el de los discípulos espirituales del mundo que más adelante serán los Iniciados de la Jerarquía. Como ustedes irán observando -si siguen atentamente el proceso- estamos utilizando la regla esotérica de la analogía, cuando investigamos los distintos ángulos de percepción geométrica del Cosmos.

   c. Desde el ángulo de la percepción cósmica, utilizando sistemas de visión que están más allá de la inteligencia humana y son accesibles solamente a aquellos Iniciados que alcanzaron ciertas Iniciaciones fuera del Sistema solar. Ya no se perciben formas geométricas basadas en las percepciones físicas ni las transparentes formas geométricas que dieron lugar a la lectura astrológica causal del destino del Ego y de los grupos egoicos. Aquí la percepción es multidimensional y se relaciona con las indescriptibles figuras geométricas constituidas por las agrupaciones de conjuntos monádicos, de los cuales los grupos egoicos en los niveles causales de los planetas no son sino pálidos reflejos. Se trata por lo tanto, de una visión o percepción del destino monádico de todas las humanidades existentes en el sistema cósmico del cual nuestro Sistema solar forma parte, pero que, por analogía, puede ser extendido al Sistema Galáctico absoluto central del que surgen todos los espíritus, todas las almas y todas las formas.

Tal es la Astrología de los Dioses, de la cual no se conoce prácticamente nada, salvo la consideración analógica que se extiende por su propia e infinita fluidez a regiones siderales de tal maravillosa y excelsa magnitud, que escapan incluso a la percepción multidimensional de los grandes Budas planetarios...

Sin embargo, fue a través de la luz proyectada por esta Astrología cósmica sobre el campo de la percepción de los Iniciados planetarios, que surgió a su debido tiempo la Astrología jerárquica, merced a la cual se confeccionan los mapas astrológicos correspondientes al destino de los astros dentro del Sistema solar. Es por tal motivo que a SANAT KUMARA, el SEÑOR DE SHAMBALLA, se le denomina “El Gran Astrólogo”, cuando se le menciona jerárquicamente, pues solamente EL, en la incomprensible soledad de Su augusta Cámara Secreta, puede medir el paso cíclico de las grandes Constelaciones y confeccionar creadoramente el destino de la Tierra. Desde tal punto de vista, el Centro de SHAMBALLA es el observatorio cósmico desde el cual SANAT KUMARA puede “prever” el nacimiento de los mundos hermanos que han de aparecer de acuerdo con las leyes cíclicas del Universo, basadas en la Geometría esotérica, para cumplir determinada misión kármica dentro del “círculo-no-se-pasa” solar.

Pero el mapa celeste que se utiliza para tales observaciones cósmicas sólo podrá ser tenuemente interpretado cuando se haya recibido la séptima Iniciación planetaria, cuando el gran Iniciado empieza a prepararse ya activamente para crear Su propio modelo de mundo, dentro del gran conjunto cósmico.

Además de los grandes centros etéricos planetarios a los que hacíamos referencia durante el curso de este capítulo sobre la Estructuración Mística de SHAMBALLA, existen en la Tierra otros centros menores cuya función es similar o muy parecida, a la actividad desarrollada por las glándulas endocrinas dentro del organismo humano y a través de las cuales es canalizada la energía procedente de los centros etéricos o chakras del Logos planetario. Algunos de tales centros menores, esotéricamente reconocidos, son las ciudades de LONDRES, GINEBRA, NUEVA YORK, TOKIO y DARJEELING en el norte de la India.

La consideración analítica del establecimiento de tales centros y la forma como es utilizado el tremendo poder magnético del SEÑOR DEL MUNDO, a través del Centro de Poder o Talismán sagrado del planeta, para crear estos centros menores de poder logoico, serán estudiadas en otro capítulo de este libro, dedicado exclusivamente a las Iniciaciones planetarias.

Poco nos queda por decir ya acerca de la estructuración geométrica y mística de SHAMBALLA, ya que se trata únicamente de vincular este absoluto centro planetario de Síntesis, con la totalidad del contenido universal y de estudiar las repercusiones de su omnipotente poder sobre la minúscula estructura geométrica del ser humano ya que éste, en virtud de la ley de semejanza cósmica -base fundamental del principio de analogía- es un verdadero centro de vinculación con todo lo creado y aun, dentro de las limitaciones propias de su etapa evolutiva, trata constantemente de revelar en el tiempo aquel eterno secreto del espacio que un día le convirtió en un hombre y que, más adelante, le convertirá en un Dios.
 

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2008-02-24

 

 

 

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